Los bots también han evolucionado. Ahora los asistentes digitales adquieren experiencia, como cualquier persona que desempeña una actividad específica en su trabajo, para tomar decisiones que, además de ayudar en la optimización de procesos, le pueden generar recursos económicos a una empresa.
“Un bot es un concepto viejo, pues su función se enfoca en tareas muy específicas, como mandar correos o archivos, su evolución requiere inteligencia artificial y Machine Learning para crear una plataforma de automatización que incluso pueda tomar decisiones”, señaló Miguel Ángel Campos Neri, director de Automation Anywhere México.
El asistente digital va adquiriendo experiencia y a partir de ahí aprende a tomar decisiones, pues en un inicio son programados de acuerdo con escenarios específicos, sin embargo, durante el proceso surgen variables.
“Cuando hay casos que desconoce lanza una alerta, y a partir de la decisión que toma el usuario es que va aprendiendo. Entonces, cuando se vuelve a presentar una situación similar, el asistente digital ya sabe proceder”, señala el especialista en automatización de procesos.
Actualmente, el apoyo de inteligencia artificial puede lograr que la operatividad del área de una empresa recaiga en los hombros de robots digitales.
“Hay algunos tan evolucionados que son capaces de sostener un área del negocio. En Latinoamérica hay departamentos creados a partir de asistentes digitales que generan hasta siete millones de dólares al año”, aunque dependen de personal humano que determine las actividades a realizar.
Sin embargo, para Campos Neri lo más importante de los asistentes digitales es que liberan a las personas de procedimientos monótonos, y ello les permite enfocarse en tareas creativas que impulsan el desarrollo de los negocios.
“Hemos desarrollado productos como un robot que lee el texto y determina si es correcto, a partir de ahí toma acciones. La importancia de esto es al momento de dimensionarlo con cuántas personas en una empresa revisan que una factura esté correcta, lo cual es poco productivo, pues contratar a un contador que invirtió más de cuatro años para volverse profesional y se dedica a revisar facturas es poco rentable”.
La convivencia entre el robot y el personal humano en lugar de significar una competencia debe ser un complemento que se traduzca en trabajo en equipo.
“El miedo a ser suplido por un robot es muy común, pero es importante aclarar que un asistente digital entra cuando hay múltiples actividades que son repetitivas. Donde no interviene el asistente digital es en la parte pensante del ser humano. Difícilmente la creatividad va a ser sustituida por un robot. Un asistente digital libera tiempo a un creativo, pero no libera a la empresa de la persona.
“Durante y después de la pandemia nos dimos cuenta que la gente no trabaja solo por dinero, trabaja por realizarse profesionalmente y una persona nunca se va a realizar profesionalmente cuando sus tareas son aburridas, repetitivas, manuales y no aportan mucho más al negocio que solo estar haciendo lo mismo”.
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