La disputa política en la pandemia del coronavirus
El partido Morena ha lanzado una ofensiva política contra el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, para contrarrestar el protagonismo que ha adquirido ante la pandemia del coronavirus; la intensa campaña comunicativa que ha desplegado el estado consigue distraer la atención pública de los malos resultados en seguridad y medio ambiente
Luis HerreraLa contención de la pandemia del coronavirus en Jalisco ha dado pie a una nueva disputa política entre el Gobierno del estado y el partido Morena, luego de que el primero se desmarcara casi por completo de la estrategia que ha venido siguiendo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Los morenistas de Jalisco han comenzado a dar señales de que buscarán frenar el liderazgo político que ha ejercido hasta ahora en solitario el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, ante esta emergencia sanitaria en el estado a la que aún le quedan meses por delante.
Desde el 12 de marzo pasado, el gobierno de Alfaro Ramírez puso en marcha una intensa campaña de comunicación en redes sociales y medios tradicionales abordando la pandemia del coronavirus, que ha logrado eclipsar con éxito al menos en este estado a la figura y protagonismo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Fue el 15 de marzo, sin embargo, cuando sorpresivamente el gobernador anunció que no acataría el dictado de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal para suspender las clases a partir del 20 de marzo (en Jalisco se suspendieron desde el 17 de marzo), en un mensaje con múltiples críticas tanto explícitas como implícitas hacia el gobierno de López Obrador:
“He expresado que no estamos de acuerdo -lo digo con respeto sobre la manera como el Gobierno de la República ha enfrentado esta circunstancia; si no nos tomamos en serio lo que está sucediendo me parece que vamos a mandar un mensaje equivocado (…) Jalisco no va a ser omiso, nosotros no compartimos el mensaje de que hay que estar tranquilos, lo que creemos es que hay que estar activos, conscientes y preparados; no con miedo, no con pánico, pero sí todos asumiendo la responsabilidad”, dijo Alfaro Ramírez.
Tras calificar como “absurdo” que no se suspendieran las clases de inmediato en el país, remató aquel día su mensaje de confrontación con el Gobierno federal:
Luego de más de 20 días de esta campaña comunicativa del Gobierno jalisciense distanciándose de la autoridad federal y promoviendo la imagen de Alfaro Ramírez como figura central ante la pandemia, la reacción de Morena llegó este 29 de marzo con un comunicado en el que le exige al mandatario:
“Acate el acuerdo del Poder Ejecutivo Federal que establece las medidas para la mitigación y control de los riesgos para la salud que implica la enfermedad por el virus SARS-CoV2 (Covid-19). Se abstenga de generar una agenda sanitaria paralela”.
Y además: “Reconozca a la máxima autoridad sanitaria del país que es el Consejo de Salubridad General, el órgano con facultades únicas e intransferibles para la toma de decisiones en materia sanitaria”.
Pan, circo y pandemia
La intensa campaña de comunicación que ha desplegado el gobierno de Enrique Alfaro para destacar sus acciones de contención ante la amenaza del coronavirus, logró borrar de la opinión pública dos ámbitos en los que la gestión alfarista estaba obteniendo malos resultados: la seguridad y el medio ambiente.
Por lo pronto, la cobertura mediática está concentrada en todo el abanico de acciones que ha anunciado el estado para hacerle frente a la pandemia: subsidios a trabajadores, empresas, asociaciones y campesinos; el llamado a cancelar vuelos internacionales y la intención fallida de aplicar pruebas masivas, entre otras, por lo que han quedado atrás las megafosas con hasta 50 cuerpos de hace apenas unos meses o la ausencia total de un programa de verificación vehicular en la entidad.
La ofensiva de Morena estaría buscando neutralizar ese protagonismo que ha ejercido con buenos réditos el gobernador del MC, acusándolo de generar confusión e incertidumbre innecesaria entre los jaliscienses con su metralla de mensajes, además de aprovechar la coyuntura para aumentar la deuda del estado.
En el reciente posicionamiento morenista se le solicita al gobernador: “Que acepte la coordinación técnica efectiva para el manejo de la pandemia, y Jalisco se sume a la Jornada Nacional de Sana Distancia. Así se evitará el desgaste y la confusión social que prevalece en el estado, debido a la implementación de medidas de distanciamiento social en fechas diferentes a las estipuladas por la máxima autoridad sanitaria del país”.
En el llamado, le piden que “se abstenga de generar pánico. Tanto la agenda sanitaria paralela como el mal uso de los insumos para la salud, como cubrebocas en apariciones públicas, provoca pánico y desatiende a las normas sanitarias, y a la ética”.
El Gobierno local ha confirmado que contratará una deuda por mil millones de pesos, de ahí que los morenistas también le exijan al mandatario que: “No endeude al estado”.
Rivalidad con altibajos
Un día después del posicionamiento de Morena, Alfaro Ramírez emitió un mensaje en el que bajó el nivel de confrontación con el gobierno de López Obrador, y justificó: “Las medidas que tomó Jalisco se dieron en una coyuntura muy particular: en ese momento las autoridades federales habían decidido minimizar el problema y no se había tomado en el país ninguna medida de carácter preventivo (…) no lo hicimos en un ánimo de confrontación”.
Y agregó: “Hoy el escenario es otro: el Gobierno de la República ha reaccionado y el presidente de México ha tomado una postura distinta ante la crisis que enfrentamos. Ahora que la Federación está asumiendo su responsabilidad, nosotros tenemos que mandar un mensaje claro y contundente de voluntad para coordinarnos”.
Ayer 1 de abril, empero, el gobernador anunció que están gestionando con Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención, la compra de pruebas rápidas para detectar el coronavirus, pero dijo: “que nos digan cuáles, que le permita la Cofepris con su certificación que sean importadas (…) no quiero yo pensar que lo que está haciendo López-Gatell es cuidar la estadística porque sería, literal, lo digo, un acto de traición a la patria”.