En la recta final de su gobierno, Miguel Ángel Mancera deja su cargo en la Ciudad de México sin la popularidad que lo ayudó a llegar a la Jefatura de Gobierno, entre múltiples cuestionamientos, y con su gabinete original casi desmantelado entre escándalos, renuncias y cambios.
De aquel equipo inicial sólo se mantienen como titulares Tanya Müller, en Medio Ambiente; Édgar Amador, en Finanzas; Fausto Lugo, en Protección Civil; y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en Asuntos Internacionales. Uno de los últimos en marcharse fue Luis Serna, quien era secretario particular de Mancera.
Las reuniones que en calidad de secretario de Desarrollo Social sostuvo José Ramón Amieva Gálvez con diversos integrantes del gabinete mandaron la señal de que él será quien concluya el sexenio, mientras que Miguel Ángel Mancera renuncia para ir al Senado.
El candidato promesa
Miguel Ángel Mancera hizo historia en el 2012 al obtener una votación del 63.56 por ciento de los capitalinos con 3 millones 28 mil 704 votos, cifra superior a la alcanzada por los anteriores jefes de gobierno.
Su antecesor, Marcelo Ebrard Casaubón, logró 2 millones 213 mil votos en 2006; mientras que en el 2000, Andrés Manuel López Obrador obtuvo un millón 674 mil; y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, un millón 861 mil en el año1997.
Según especialistas electorales, la fórmula que lo llevó a ganar en el 2012 fue su carisma, la predominancia del PRD y los resultados que dejó Marcelo Ebrard en la Capital del País.
Pero a casi seis años, esos factores ya no son los mismos: la popularidad de Mancera disminuyó, Morena irrumpió como principal rival del PRD, y Marcelo Ebrard regresó con cuestionamientos respecto a la Línea 12 del Metro.
Sin embargo, uno de los primeros obstáculos de Mancera como Jefe de Gobierno ocurrió en el 2013, cuando anunció el aumento del boleto del Metro, que pasó de costar 3 pesos a 5. Desde entonces su popularidad empezó a disminuir.
En 2014, el descontento creció con el endurecimiento del Hoy No Circula que prohibió a los autos con más de 15 años de antigüedad circular en las calles de la capital. Las mediciones de aquellos años refieren que el rechazo ciudadano alcanzó el 70 por ciento.
Principales polémicas
El aumento del Metro
El Programa Hoy No Circula
Las fotomultas
Proliferación de megaconstrucciones
El aumento de índices delictivos
La Planta de Termovalorización
Su vida en riesgo
Al reto de gobernar con una popularidad a la baja, el gobernante enfrentó un reto de salud que puso en riesgo su vida, causando una crisis que sacudió a la administración local.
El 31 de octubre de 2014, el Jefe de Gobierno ingresó al Hospital ABC para que realizaran un procedimiento de ablación cardiaca por cateterismo para corregir una taquicardia detectada durante su chequeo anual.
De acuerdo con la versión oficial, la situación se complicó, los médicos le perforaron la aurícula y arteria aorta, lo que provocó una intensa hemorragia y un paro cardiaco durante 480 segundos.
En medio de una fallida estrategia de comunicación incluso se llegó a hablar de que el mandatario había fallecido. Sin embargo, el domingo 2 de noviembre, a las 14:30 horas, Mancera salió por su propio pie del hospital ABC.
Tras ese episodio, su administración tuvo otros tropiezos como acusaciones por la proliferación de megaconstrucciones. Los vecinos incluso comenzaron a hablar de “cárteles inmobiliarios” que se beneficiaban de cambios de uso de suelo.
Otro de los episodios más relevantes fue el rechazo al proyecto del Corredor Cultural Chapultepec, donde los vecinos obligaron una consulta ciudadana en el que el “No” obtuvo la mayoría.
Tras el fracaso del Corredor Chapultepec, el gobierno mancerista sufrió una racha de rechazos vecinales.
A esta lista se sumó la puesta en marcha de las fotomultas. Esta medida de infraccionar a los automovilistas que circularan a exceso de velocidad le costó el rechazo ciudadano hasta la fecha.
Tal fue el escándalo ocasionado por el contrato de las fotomultas, cuyas ganancias iban a parar en un 46 por ciento a la empresa operadora, que se convirtió en un tema polémico en las recientes precampañas.
El 19S y otros retos
Más allá de las decisiones tomadas por el gobierno, la naturaleza puso a Mancera otro reto: el catastrófico sismo del 19 de septiembre de 2017.
La estrategia de Miguel Ángel Mancera y su equipo de colaboradores más cercanos fue acudir diariamente a las instalaciones del C5 para la toma de decisiones mientras la ciudadanía lo reclamaba en la calle.
El terremoto dejó un saldo de 228 muertos en la Ciudad de México y miles de edificios dañados que arrojaron a miles de afectados y damnificados.
Los daños del sismo desviaron la ruta política trazada por el mandatario local y su equipo en busca de la candidatura presidencial para el 2018. Mancera se vio obligado a atender la emergencia y prolongar su permanencia al frente del Gobierno de la Ciudad de México.
A la fecha, miles de capitalinos exigen ayuda para sus viviendas y los recursos destinados para tal fin siguen sin llegar a los afectados.
Finalmente, antes de abandonar la administración local, Mancera intentó afianzar el proyecto de la Planta de Termovalorización, lo que generó una crisis en la Asamblea Legislativa entre Morena y el PRD.
El pasado 7 de noviembre, durante la sesión ordinaria, se discutía el dictamen sobre la garantía financiera de 109 mil millones de pesos para la construcción, operación y puesta en marcha de la Planta de Termovalorización.
La bancada de Morena intentó evitar la votación de ese documento, lo que generó de inmediato la confrontación con el PRD. La parálisis legislativa duró semanas debido al choque entre ambos partidos.
Su herencia
El más grande legado que su administración como Jefe de Gobierno dejó es la Primera Constitución Política para la Ciudad de México, ha dicho Miguel Ángel Mancera.
“La Constitución de la Ciudad de México pone en el centro a la ciudadanía, su dignidad y libertades”, escribió hace unos días en el primer aniversario de la Carta Magna capitalina.
“Sintámonos orgullosos de ser parte de este proceso histórico y de pertenecer a esta capital”, agregó.
Sin embargo, el también exprocurador reconoció que una de sus últimas deudas fue la seguridad de los capitalinos.