El esquema de certificación que presentó recientemente el Gobierno de Jalisco llamado “Tequila Libre de Deforestación”, es un intento por sujetar finalmente a la normativa ambiental a la industria tequilera, cuya expansión en los últimos años arrasó con decenas de miles de hectáreas de bosques y selvas en el estado.
Los representantes de la industria tequilera dicen que ahora saben la importancia de proteger al ecosistema, sin embargo, los daños ambientales que le causaron durante años a Jalisco con la pérdida continua de zonas forestales fueron enormes.
“El cultivo de agave tuvo su crecimiento más importante entre 1990 y 2005, cuando pasó de 20 mil hectáreas a cerca de 120 mil hectáreas de cultivo, ocasionando cambio de uso de suelo por la deforestación, especialmente en detrimento de las selvas caducifolias y en la sustitución de cultivos tradicionales”, señala el estudio de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Jalisco a Futuro 2018-2030.
En un encuentro que tuvo con el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, en Madrid, en el marco de la Conferencia de las Partes contra el cambio climático (COP25), el presidente del Consejo Regulador del Tequila (CRT), Miguel Ángel Domínguez Morales, aseguró que los empresarios tequileros han comenzado a ocuparse de las externalidades ambientales de su industria tequilera.
“Hoy somos conscientes de que contar con procesos y productos que generen menos emisiones constituye un factor de diferenciación en los mercados internacionales, fortaleciendo la marca del producto y por ende su competitividad (…) con todos estos trabajos la Cadena Agave Tequila buscará tener el liderazgo en estos temas, para convertirnos en referente como producto emblemático de México con un alto sentido de responsabilidad ambiental”.
Sin embargo, el estudio de la UdeG publicado este 2019 hace ver que, en realidad, la industria tequilera en Jalisco ha regido su crecimiento bajo criterios preponderantemente económicos, pero no ambientales, así lo señala sobre el crecimiento desmesurado del periodo 1990-2005.
“Existe un incremento en la demanda de materia prima para la producción del tequila y en las exportaciones de este producto, que a su vez están vinculadas con acuerdos comerciales con diversos países”.
La iniciativa “Tequila Libre de Deforestación” implicó la firma de un convenio de colaboración este 9 de diciembre entre las áreas ambientales del Gobierno estatal con el Consejo Regulador del Tequila para que sus empresarios adopten medidas que reduzcan la huella ambiental tanto en cultivos como procesos industriales.
Expansión de la industria tequilera
El estudio de la UdeG identifica a la industria tequilera de Jalisco como el principal motor de deforestación entre los años 2002 y 2007, periodo en que el estado registró la tasa de pérdida de bosques y selvas más alta de las últimas décadas.
“En el periodo de 1993 a 2012, Jalisco perdió un total 522 mil 031 hectáreas de bosques y selvas, siendo el periodo de 2002 a 2007 cuando se presentó la deforestación más elevada con 48 mil 618 hectáreas cada año, colocando al estado en ese periodo con una tasa de deforestación de 3.2 por ciento anual, mayor al promedio del resto del país (2.3 por ciento anual)”.
Además, el documento de la UdeG revela que detrás de esos años de gran deforestación en Jalisco (2002-2007) “el cambio de uso de suelo fue casi exclusivamente para uso agrícola, vinculado principalmente a la accesibilidad de financiamiento e inversión para la siembra de agave para la producción de tequila en la región de Los Altos, debido a los elevados precios del destilado, así como a las características casi perennes del cultivo; ese cambio en el uso del suelo podría considerarse permanente y se focalizó principalmente en la sustitución de selvas y bosques caducifolios”.
Es por ello precisamente que el agave está considerado como uno de los cultivos que mayores perjuicios ambientales la trae a Jalisco.
“Entre los principales cultivos que, por su extensión, modos de producción, crecimiento reciente o vinculación con procesos de industrialización conllevan mayor impacto ambiental son agave, aguacate, caña de azúcar y berries (bayas)”.
El nuevo protocolo
Según el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), Sergio Graf Montero, el esquema de colaboración con los industriales tequileros incluye la implementación de un “Protocolo y Certificado Agave-tequila Cero Deforestación”, para regular la planificación, zonificación y verificación de sus nuevas plantaciones.
Pero también se prevé la adopción de medidas tecnológicas para que la gestión de los residuos de la producción del tequila (la vinaza y el bagazo), se vuelva sustentable.
La industria tequilera es una de esas actividades económicas que han consolidado a Jalisco como el “gigante agroalimentario”, por lo que el gobernador, Alfaro Ramírez, se refirió al impacto ambiental que conlleva la producción agropecuaria en el estado, en el marco de la COP y dijo que su objetivo central es contener el cambio climático global.
“Jalisco, que es el Gigante Agroalimentario de México, entiende que tenemos que poner especial atención en todas las industrias del sector agroalimentario para poder avanzar en los compromisos que presentamos ante la comunidad global en materia de cambio climático”.
En el 2018 la agroindustria del tequila consumió un millón 139 mil toneladas de agave, señaló el Estado, para producir 309 millones de litros (de los que 222.7 millones se exportaron a 120 países).