La demagogia mató al aire
La decisión del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz, por postergar todo un año la aplicación de la verificación vehicular y las multas para los automovilistas omisos ha hecho del año 2017 el más contaminado de todo su mandato. Anualmente se estiman 500 muertes ligadas con ese factor
Luis Herrera[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_va2ttg4q” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /]
La determinación del Gobierno de Jalisco por suspender la verificación vehicular durante todo el 2017 ha impactado severamente en la calidad del aire que respiran los tapatíos, haciendo de este año el más contaminado en todo lo que va del mandato de Aristóteles Sandoval Díaz.
Esa decisión tomada en enero de 2017 para postergar la aplicación de la verificación vehicular, eximiendo a todos los automovilistas omisos de ser multados, puso el último clavo al ataúd de ese programa que ha llegado a mínimos históricos de cumplimiento en este sexenio del PRI.
Tras el llamado “gasolinazo” y la molestia que despertó en la sociedad, el gobernador buscó congraciarse con los ciudadanos, pero lo hizo sepultando la verificación, pese a ser fundamental para el ambiente y a que había sido reformada con multas automáticas para los incumplidos.
“He tomado la decisión de posponer la implementación del nuevo modelo de verificación. El objetivo, no gravar más la economía familiar con una nueva erogación (…) este año será de sensibilización y socialización de los efectos del cambio climático y la necesidad de mejorar la calidad del aire”, dijo Sandoval el pasado 8 de enero.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), al 2 de diciembre Guadalajara había atravesado ya por 51 eventos de precontingencias y contingencias atmosféricas por mala calidad del aire, lo que ha superado a todo el 2016, con 46, y convierte al 2017 en el peor año en esta materia con Sandoval Díaz.
En realidad, en esta gestión, con Magdalena Ruíz Mejía al frente de Semadet, ha habido un deterioro progresivo de la calidad del aire que sigue agravándose: en su primer año, 2013, hubo ocho eventos de precontingencias y contingencias; en 2014 crecieron a 17; y en 2015, a 21.
Por eso se han reducido tanto los días con aire en niveles aceptables de contaminación, es decir, de calidad buena y regular: en 2013 fueron 242; en 2014, 241; en 2015, 240; y en 2016, 213.
Contaminados
Eventos por mala calidad del aire en Guadalajara:
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Fuente Semadet folio 04776417.
Un mundo sin multas
La decisión del gobernador por aplazar la aplicación de la verificación vehicular sumó en un limbo legal al programa. La Semadet dice que está vigente, pero se dejaron de ejercer los mecanismos coercitivos para su cumplimiento: multas y la vigilancia de los agentes viales.
Los números hablan por sí solos: En 2012, último año del pasado gobierno de Emilio González Márquez, el nivel de cumplimiento de la verificación era de 33.5 por ciento, en contraste, hoy y tras el anuncio del gobernador, apenas rebasa 15 por ciento.
A esto se suma que la Secretaría de Movilidad (Semov), de Servando Sepúlveda Enríquez, también dejó de cumplir con su obligación legal de vigilar a los vehículos en circulación para garantizar que se adhieran al programa de verificación.
Si en 2016 sus agentes viales impusieron 68 mil 500 multas a vehículos que carecían del holograma de verificación, para 2017, tras la orden suspensoria del gobernador, apenas han emitido 2 mil 504 multas, es decir, la vigilancia se desplomó un 96 por ciento de un año a otro.
Demasiado tarde
Una vez que se hicieron evidentes las graves consecuencias que trajo su determinación para la calidad del aire de Guadalajara, el gobernador comenzó a emitir discursos tendientes a corregir su postura, para entonces el daño ya estaba hecho:
“Hago un llamado a los usuarios de vehículo privado a que pasen a sus talleres a verificar. Nos informan los dueños de los talleres que cada vez es menos la gente que va”, dijo el 1 de noviembre, y poco antes, el 17 de octubre: “el hecho de haber aplazado el modelo de verificación de ninguna manera significa que se haya otorgado una licencia para contaminar”.
En realidad, la Semov no solo dejó de vigilar que los autos portaran su holograma, también que no contaminaran. Por ejemplo, en 2012, último año de la pasada gestión, los agentes viales impusieron 15 mil 284 multas por autos con contaminación evidente del aire, en contraste, en 2017 solo van 113, un 99 por ciento menos.
La incongruencia
Este gobierno gusta de autonombrarse “líder en el país en materia de manejo sustentable del medio ambiente”, como en el IV Informe, y hasta se arroga un supuesto liderazgo global en combate del cambio climático, pero no tuvo reparo en suspender la verificación vehicular.
En este sexenio los tapatíos han respirado una mayor cantidad de contaminantes todos los días, así lo muestra el promedio diario del Índice Metropolitano de la Calidad del Aire (IMECA), que en 2013 fue de 85 puntos; en 2014, de 87; en 2015, de 90 y en 2016, de 93.
El 12 de junio pasado se decretó una Contingencia Atmosférica Fase II, por alcanzar los 219 puntos IMECA, lo que no había ocurrido en todo el sexenio, si bien este gobierno señala que sus indicadores de contaminación son comparables de 2014 en adelante, pues tuvieron cambios.
Cuando el gobernador presentó el 6 de mayo de 2016 su iniciativa para reformar la verificación, y cambiar de talleres a verificentros, había dicho: “Es nuestra responsabilidad histórica la que debemos asumir para impulsar medidas de esta naturaleza”, ocho meses después optó por relegar esa “responsabilidad histórica”.
La nueva estrategia que estaba lista para iniciar en 2017, y que fue postergada todo un año, le iba ahorrar al Estado “6 mil millones de pesos que se destinan anualmente en tratar enfermedades respiratorias”, y evitaría la emisión de 70 mil toneladas de CO2 por año, pero todo se dejó de lado.
El Estado ha reconocido hasta 500 muertes anuales relacionadas con el aire contaminado, y Semadet ha dicho: “La contaminación del aire es quizás el principal problema ambiental que aqueja a los habitantes del Área Metropolitana (Informe de Calidad del Aire 2015)”.