A un año y medio de su inauguración, tras una inversión de 152 millones de pesos en su rehabilitación, el Parque Libertad, construido sobre lo que alguna vez fue el penal de Topo Chico, es un espacio inseguro, lleno de maleza, infraestructura dañada y basura.
En septiembre de 2021, a unos meses de concluir su administración, el entonces gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, inauguró los trabajos de construcción del proyecto, mismo que tenía como objetivo convertir las 10 hectáreas que solía ocupar el penal en un nuevo “pulmón urbano” para la ciudad, con la inclusión de 50 mil metros cuadrados de áreas verdes.
En el parque ubicado en la colonia Valle Morelos, en el norte de Monterrey, a espaldas del Palacio de Justicia del Estado, se planeaba también la siembra de 700 árboles nativos de la región, así como la edificación de un museo y una nueva sede del Archivo General del Estado.
Hoy, este día, para mí es extraordinario. Quizá hasta uno de los mejores de mi gobierno. Hoy inauguramos el Parque Libertad, que surge de eliminar lo que por años ensució las faldas del cerro del Topo Chico. Surge de cerrar el penal más peligroso y antiguo de Nuevo León. pic.twitter.com/X1D6nN5dLk
— JAIME RDZ EL BRONCO (@JaimeRdzNL) September 20, 2021
Sin embargo, con el fin del gobierno del “Bronco” llegó también un notorio desentendimiento del lugar por parte de las autoridades, situación que no ha pasado inadvertida por los residentes de la zona.
“El parque está olvidado; al principio sí le dieron sus visitas y todo muy bien, estaba muy bien atendido, pero ahorita ya está muy descuidado”, comentó un vecino entrevistado por Reporte Índigo.
Inseguridad y basura
La falta de rondines de seguridad por parte de las autoridades ha provocado que el área sea frecuentemente utilizada por carretoneros para tirar escombro, basura y hasta muebles en desuso, situación que tiene cansados a los habitantes del sector, quienes incluso han sido amenazados.
“Venía de caminar, estaba un carretonero y se me hizo fácil decirle que no tirara la basura. Le dije que lo iba a grabar, pero me amenazó con aventarme piedras al celular, pasó un joven y le dije que grabara, y a él se le fue con piedras”, expuso un poblador de la zona, quien añadió que las agresiones también se han realizado en contra de personas de la tercera edad.
Aunque los vecinos intentan sostener el lugar mediante el riego de árboles, el mantenimiento de áreas verdes y la realización de labores de vigilancia, la presencia de personas que consumen drogas a espaldas del Palacio de Justicia representa una constante que aleja a las familias y evidencia el escaso interés de las autoridades por el sitio.
“Muchas personas tratan de ya no llegar hasta la cancha, o se vienen temprano porque hay personas consumiendo drogas, mejor se van con sus hijos a sus hogares”, señaló la señora Francisca, vecina del sector.
El abandono del Parque Libertad representa no solo una de las peores inversiones de la administración de Jaime Rodríguez, sino un problema urgente que las administraciones actuales han optado por ignorar.