La crisis en los ríos de Nuevo León

El reciente derrame de pegamento en el río La Silla ha puesto otra vez en el centro del debate el tema de la contaminación de los afluentes, principalmente por parte de las firmas del sector industrial, aunado a eso el daño al aire y la escasez de agua vislumbran un escenario complicado
Jesús Padilla Jesús Padilla Publicado el
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Nuevo León no sólo presenta altos índices de mala calidad del aire, también varios ríos y arroyos se encuentran contaminados por descuidos principalmente de la industria, ubicada en la zona metropolitana.

En los últimos 3 años, por lo menos cuatro cauces han sido el escenario del derrame de sustancias como pintura, drenaje sanitario, combustible e incluso pegamento

Se trata del río Los Lerma, Arroyo Seco, río La Silla, río San Juan y ni qué decir del río Pesquería con serios daños a su ecosistema, pero además las pedreras ubicadas en Santa Catarina son señaladas por contaminar el medio ambiente, así como la cementara Cemex.

El incendio en la empresa de adhesivos Pega King ocasionó que se derramara pegamento en el afluente La Silla, que pertenece al Gran Parque Ecológico La Silla, ocasionando un evidente daño al ecosistema.

Ayer, decenas de metros cúbicos de agua contaminada con pegamento seguían observando en el lugar.

Manuel Vital, secretario de Desarrollo Sustentable del estado, aseguró que el pegamento no es tóxico, pero biólogos dijeron que el material derramado sí ocasiona una disminución del oxígeno en el agua, lo que provoca una mortalidad en los peces.

Y es que, señalan los expertos, que el pegamento está dentro de los materiales pesados como solventes tóxicos y corrosivos.

En 2012, la fábrica IRO Metales, que es parte del grupo Vermont que procesa pigmentos para la industria de metal y mecánica, fue señalada por la Secretaría de Desarrollo Sustentable de descargar material contaminante una vez más en el río La Silla.

Se evidenció que, a través de varios kilómetros, el agua que corría por este cauce tenía otro color de tipo azul intenso.

Un caso similar que molestó a organizaciones pro medio ambiente fue el derrame de combustible de Pemex en el río San Juan en el municipio de Cadereyta, pues la fuga de hidrocarburo dejó un daño ecológico irreversibles en 2014.

El derrame afectó a 100 especies de peces, anfibios, reptiles, mamíferos y aves que habitan en la zona, así como cultivos de cítricos y hortalizas, alertaron especialistas y funcionarios.

La contaminación se ha extendido más de 32 kilómetros del cauce que recorre municipios como Guadalupe, Juárez y Cadereyta.

Este año el río Pesquería presentaba altos grados de contaminación.

El reciente avistamiento de un cocodrilo exhibió las malas condiciones de este afluente, pues elementos de Protección Civil no lograron la ubicación del animal por la contaminación que prevalecía en la zona.

El Arroyo Seco en Guadalupe también ha tenidos episodios de derrames de desechos.

Afectaciones en el aire

Pero no solo se tiene contaminación en arroyos y ríos, recientemente vecinos del complejo habitacional Céntrika Victoria, ubicado en el municipio de Monterrey, señalaron a la empresa Cemex de contaminar, pues aseguran que sus automóviles amanecen llenos de polvo tipo cemento.

En esa zona están más empresas como Vimosa, Vitro, entre otras industrias.

El biólogo Antonio Hernández, integrante del colectivo Salvemos el río La Silla, consideró que la principal fuente de contaminación es la industria.

“Hablando de los orígenes o fuentes de contaminación, una que está perfectamente identificada es la industria y la que está bien caracterizada como fuente de contaminación del aire, es la industria como fuente fija”, indicó el experto.

“Lo que me parece que requiere valoración por esta serie de eventos, entonces es una realidad, la actividad industrial tiene afectación en el ambiente”, agregó el biólogo.

También las empresas de extracción de caliza, conocidas también como pedreras, son señaladas como culpables de tener una mala calidad del aire en el área metropolitana.

Aunque se emprendió una ofensiva para vigilar a dichas empresas, 6 de las cuales fueron clausuradas, aún no bajan los índices de contaminación que tiene a Nuevo León con una mala calidad del aire que aqueja a los 4.4 millones de habitantes de los municipios metropolitanos.

Escasez de agua

Aunado al problema de la contaminación, los tres embalses en Nuevo León presentan bajos niveles de agua, informó el organismo Cuenca Río Bravo.

La presa Cerro Prieto del municipio de Linares, Nuevo León, al cierre del 27 de julio presentaba 126.17 metros cúbicos, lo que representa un 41 por ciento de su capacidad, mientras que en la presa de La Boca se reporta 20.25 metros cúbicos.

El Cuchillo, ubicada en el municipio de China, tiene una captación de 755.47 metros cúbicos que apenas representan el 66.9 por ciento de su capacidad.

“Tenemos un Nuevo León colapsado, cuando no tenemos agua, tienes incendios en las sierras que dependen de la lluvia para apagarse, pues estás colapsado, ya se acabó el ciclo del agua, por eso no llueve”, aseguró el ecologista Guillermo Martínez Berlanga.

Aparte de la suciedad del vital líquido, en la entidad también se comienza a sufrir por la escasez del agua en los embalses

No se tiene una política ambiental en Nuevo León, por lo que las empresas que manejan material tóxico no tiene control por parte de la Profepa, agregó el especialista Martínez Berlanga.

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