Con un nuevo reporte la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos sumó 35 colombianos y 61 empresas ligadas a ese país sudamericano relacionadas con el Cártel de Sinaloa.
Entre las compañías de esta nueva red, dirigida por el colombiano-mexicano Hugo Cuéllar Hurtado, hay desde una empresa de inversión en Colombia, hasta una cooperativa productora de carne de Avestruz en Jalisco.
Este entramado sudamericano se suma al del colombiano Jorge Milton Cifuentes Villa “El Economista”, con 30 personas identificadas y 44 empresas sudamericanas, reportada por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), desde febrero de 2011.
Entre esos 30 colombianos de la red Cifuentes-Villa se sentenció en enero pasado a Dolly Cifuentes Villa, cuñada del expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, y se boletinó internacionalmente a la sobrina de éste, Ana María Uribe Cifuentes, aún prófuga.
En la red reportada ayer por la OFAC hay cinco colombianos y dos mexicanas plenamente identificadas más su líder, Cuéllar Hurtado, quien trabajó también para el Cártel de Medellín que dirigía Leonidas Vargas, asesinado en España en 2009.
Cuéllar Hurtado, según la OFAC, obtuvo la ciudadanía mexicana, viven entre ambos países y se presenta como un hombre de negocios.
Tiene trato directamente con Juan José Esparragoza Moreno alias “El Azul”, el hombre de las relaciones públicas del Cártel de Sinaloa, a quien las autoridades califican como el negociador con otros cárteles de la droga.
Esta nueva red colombiana reportada por la OFAC creó seis empresas en Colombia: obtuvo en arrendamiento el Hotel Paraíso Resort en Huila, abrió la casa de inversiones Hunel, las empresas agropecuarias Cueta y Santa Bárbara, y dos comercios.
Mientras en México creó tres casas de empeño en Guadalajara y Zapopan, la agrícola-ganadera Cuemir y la Cooperativa Avestruz Cuemir en Tlajomulco de Zúñiga.
Cuéllar Hurtado opera con su propio hijo mayor como líder, Víctor Hugo Cuéllar Silva, y cinco intermediarios, tres de ellos colombianos y dos mexicanas.
Dos de los intermediarios colombianos también son sus hijos: Jenny Johanna y John Fredy Cuéllar Silva, y la tercera es la sudamericana Lucy Amparo Vargas Núñez.
Las mexicanas son Gabriela Amarillas López, de Culiacán, y Ofelia Margarita Montes Gutiérrez, de Guadalajara.
Viendo hacia el sur
Entre el 2007 y febrero de 2014, la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro reportó un total de siete distintas redes internacionales en cuatro países de Centro y Sudamérica, todas conectadas con El Chapo y con Sinaloa.
En Colombia, Guatemala, Honduras y Belice, hubo y hay negocios del Cártel de Sinaloa.
Las compañías colombianas, de las familias Cifuentes Villa y Cuellar Hurtado; dos familias hondureñas, la de José Miguel Handal Pérez y la de la Banda de Los Cachiros; dos familias guatemaltecas, la Chacón Rosell y la Lorenzana Lima, y la banda de Belice de John Angel Zabaneh.
Todas con un total de 54 extranjeros plenamente identificados y unas 80 compañías en Centro y Sudamérica, para colaborar en el narcotráfico y en el lavado de dinero.
Y si se toma en cuenta el número de redes que la OFAC reportó en México, el número asciende a 37 bandas entrelazadas para el servicio del Cártel de Sinaloa.
Muchas de ellas, según la propia Oficina para el Control de Bienes Extranjeros, bajo el control todavía de Ismael “El Mayo” Zambada García y Juan José Esparragoza Moreno “El Azul”.
Por ello es que la aprehensión de “El Chapo” Guzmán apenas es el inicio de una serie de detenciones y confiscaciones si las autoridades continúan siguiéndole la huella al dinero.
Nexos e investigaciones sobre lavado de dinero que el Departamento del Tesoro norteamericano está difundiendo para incrementar la presión a México, buscando la extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.