La amenaza de las vinazas de la industria tequilera para el agua de Jalisco

El Gobierno de Jalisco alista una Norma Ambiental Estatal para comenzar a regular las vinazas, un residuo que genera la industria tequilera y que suele liberarse en los cuerpos de agua sin un tratamiento previo; se estima que la industria produce en un año más de 3.8 mil millones de litros del contaminante
Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
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La Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) de Jalisco elabora una norma ambiental para comenzar a regular el residuo líquido que genera la industria tequilera denominado vinazas, el cual, pese a ser contaminante, suele liberarse sin ningún tratamiento en los cuerpos de agua del estado.

El Gobierno de Jalisco ha estimado que la industria tequilera puede generar en un año más de tres mil 800 millones de litros de vinazas, sin embargo, actualmente no hay ninguna reglamentación local ni federal para el control específico de ese residuo, por lo que la dependencia asegura que se convertirá “en la primera norma ambiental en el país en regular esta materia”, según lo indica el Segundo Informe de Gobierno de Enrique Alfaro Ramírez.

En el proyecto de dicha Norma Ambiental Estatal “que establece los Criterios para la Gestión Integral de los Residuos Líquidos denominados Vinazas en el Estado de Jalisco”, cuyos avances fueron proporcionados por la dependencia vía transparencia (recurso 569/2021), se advierte:

“La falta de regulación de las vinazas, como un residuo de manejo especial líquido, ha conducido a la diseminación de malas prácticas ambientales entre las empresas tequileras, tales como el vertido directo de vinazas sin tratamiento hacia cuerpos receptores (…) o hacia redes de drenaje y alcantarillado donde se producen afectaciones a la infraestructura de recolección y conducción, así como a la estabilidad de las plantas de tratamiento de aguas residuales que las reciben”.

Para evidenciar el potencial contaminante de estos residuos tequileros, el proyecto de norma cita un estudio que caracterizó las vinazas de 20 unidades productoras y “mostró que la concentración media de demanda bioquímica de oxígeno de las vinazas tequileras es de aproximadamente 120,000.00 mg/L, mientras que el límite máximo permisible establecido en la NOM-001-SEMARNAT-1996 para uso en riego agrícola con impacto en ríos es 200 mg/L”.

Y complementa: “Es decir, la concentración promedio de las vinazas presentan, en promedio, concentraciones de materia orgánica que son 600 veces mayores a las permitidas en dicha norma. Por lo anterior, una de las principales características de las vinazas es su alto contenido de materia orgánica, la cual incide negativamente en el equilibrio de los ecosistemas acuáticos”.

La norma contra las vinazas

Ante el riesgo contaminante que representan las vinazas, en el apartado de “Restricciones y Prohibiciones” del proyecto de Norma, destacan los siguientes elementos: “Queda prohibida la descarga de vinazas sin tratamiento previo o vinazas concentradas a cuerpos receptores de agua, directamente sobre suelo natural, agrícola o no agrícola y/o al sistema de alcantarillado”.

Junto a estos: “No se podrá aplicar o disponer vinazas en zonas inundables o zonas cuyo relieve tienda a la acumulación de agua. (…) No se podrán conducir las vinazas por canales de riego, canales pluviales o cursos naturales de agua. (…) Queda prohibido cualquier uso distinto de las vinazas que no esté contemplado en esta norma”.

La norma pretende que las vinazas dejen de ser un problema ambiental para convertirse en un insumo aprovechable, de ahí que en el apartado de “Criterios Generales” se establezca que:

“La gestión integral de las vinazas debe estar orientada hacia el tratamiento y la valorización de dichos residuos, principalmente mediante su conversión en subproductos de valor agregado, tales como fertilizantes, biogás, suplementos alimenticios animales, entre otros”
Propuesta de Norma Ambiental Estatal

Una vez que la norma esté concluida y entre en vigor, tendrá efectos sobre todo el sector tequilero, pues en el apartado de “Campo de Aplicación” se indica: “La presente norma es de observancia obligatoria para las personas físicas y jurídicas, así como las entidades públicas y privadas que lleven a cabo proyectos y actividades de producción, manejo, uso y/o valorización de vinazas en el Estado de Jalisco”.

Las autoridades estatales pretenden involucrarse en la aplicación de la regulación, pues esta establece que “La vigilancia del cumplimiento de la presente norma corresponde a la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet) y a la Procuraduría Estatal de Producción al Ambiente, sin perjuicio de las atribuciones federales y municipales correspondientes”.

Trabajos rezagados

La Semadet, que encabeza Sergio Humberto Graf Montero, se ha retrasado en la emisión de la norma de marras, pues en el Segundo Informe de Gobierno de 2020 se señala que la misma estaba prevista para “publicarse el primer trimestre del siguiente año”, no obstante, al menos hasta julio pasado eso no había ocurrido.

En ese Informe se señala: “La relevancia de esto radica en que la vinaza es el residuo que se genera en grandes cantidades con la producción de tequila. Tan sólo en el año 2018, la producción de tequila fue de 254 millones de litros (INEGI, 2019) y, si tenemos en cuenta que por cada litro de tequila producido se generan entre 10 y 15 litros de vinazas, en el mismo año se produjeron entre 2 mil 540 y 3 mil 810 millones de litros de vinazas, aproximadamente; una vez que este líquido se descarga a los cuerpos de agua, al tener una carga muy elevada de materia orgánica puede provocar el decaimiento de oxígeno, lo que, aunado a sus características de toxicidad, limita el desarrollo de la vida acuática”.

Esta se prevé que sea la primera norma en su tipo en el país para este residuo que suele liberarse en los cuerpos de agua

Mientras tanto, “se está desarrollando una estrategia de transición para, en colaboración con las dependencias e instituciones señaladas, dar manejo adecuado a las vinazas tequileras del municipio de Tequila (…). La complejidad de esta obra radica en que en esta planta se tratarán las vinazas de un grupo heterogéneo de tequileras y que generan vinazas de composiciones diversas, por lo tanto, el proceso diseñado es robusto y con capacidad de atender dicha diversidad de residuos”.

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