En los últimos años, México ha experimentado un crecimiento notable en su proceso de digitalización, consolidándose como una de las economías más digitalizadas de la región.
La pandemia de COVID-19 aceleró esta transformación, llevando a empresas, gobiernos y ciudadanos a adoptar tecnologías digitales de manera más rápida y efectiva.
A medida que avanzamos hacia el año 2024, es crucial analizar la actualidad de la digitalización de nuestro país, identificando los retos y oportunidades que se presentan en este emocionante panorama.
México y su lugar en la revolución digital
El Network Readiness Index de 2022 posicionó a nuestro país en el puesto 60 entre los 131 países evaluados. Nuestro país destacó como una de las economías más avanzadas en términos de digitalización, ubicándose en el puesto 12 si solo se consideran los países de renta media-alta, y en el continente americano, se situó en la octava posición.
Este índice valora a nuestro país por su fortaleza en áreas clave de la digitalización, como la gobernanza, regulación, capital humano y marco jurídico regulatorio.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2022 había 93,1 millones de personas que utilizaron internet, siendo esto un 78,6% de la población con 6 años o más.
En este estudio también se registró que había 93.8 millones de personas con un teléfono celular, lo que supone un 79.2% de la población estudiada y un aumento del 4,3% con respecto a la observación del 2019.
Comercio electrónico y representantes de la revolución digital
El comercio electrónico ha sido uno de los impulsores más destacados de la economía digital en nuestro país.
Según los datos de la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), en el año 2022 se produjo un aumento del comercio electrónico del 23% en comparación con el año anterior, traduciéndose en un aumento de MXN 528 mil millones (US$30,9 mil millones).
Según datos de la AMVO, en el 2023 se espera un crecimiento del comercio electrónico del 34% con respecto al 2022, lo que supondría un crecimiento exponencial que nos ayuda a confirmar la potencia de nuestro país en la carrera mundial de la digitalización.
Existen diferentes industrias que representan de manera efectiva este crecimiento de la digitalización en nuestro país, como es el caso de los casinos online, un sector que no para de crecer y que ya representa más del 0,5% del PIB de nuestro país.
Ante este crecimiento de la oferta de casinos, resultan necesarias las webs de profesionales del juego que estudien el panorama del juego en nuestro país. Cada vez que aparecen nuevos casinos o alguno de ellos modifica algún parámetro importante, estos expertos en la industria del iGaming los analizan, examinando cada punto relevante para así ofrecer una información clara y sencilla a aquellos que buscan el mejor casino online en el que apostar en México.
Según datos de la Asociación de Permisionarios, Operadores y Proveedores de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuestas (AIEJA), se espera que durante los próximos años este sector crezca en un 100%, compitiendo de manera directa en el mercado internacional.
Los Retos de la Economía Digital Mexicana en 2023
A pesar de los avances significativos en la digitalización, México aún enfrenta varios retos en su camino hacia una economía digital plenamente desarrollada.
Aunque se han logrado avances en la conectividad, todavía existe una brecha digital significativa en el país. Según el INEGI, en 2022, solo el 65,6% de la población tenía acceso a internet. La brecha digital en México es aún más pronunciada entre áreas urbanas y rurales, por lo que asegurar un acceso equitativo a la tecnología es un desafío crucial para nuestro país.
También es importante mejorar la infraestructura tecnológica para asegurar el acceso a internet de alta velocidad en algunas áreas rurales, donde también la cobertura móvil sigue siendo limitada o inconsistente.
Otro de los retos de nuestro país es que se debe apoyar más a los emprendedores, ya que son cruciales para el crecimiento de la digitalización.
Esto incluye facilitar el acceso a financiamiento, promover la formación y el aprendizaje continuo, estimular la colaboración y garantizar un marco regulatorio adecuado que fomente la innovación y el emprendimiento.