A Patricia Secunza, directora nacional de la organización, y al equipo de Casa Alianza, la motivación para trabajar en pro de los jóvenes es hacer la diferencia. Foto: Especial

Juventudes plenas y sin violencia, la misión de Casa Alianza

La asociación tiene 36 años trabajando una intervención integral que busca restaurar los derechos de quienes han vivido situaciones de abandono social

La infancia es uno de los periodos más vulnerables del desarrollo, un momento en el que las experiencias que se viven marcan a las personas para el resto de sus vidas; sin embargo, UNICEF calcula que en México existen 40 millones de niños que viven alguna situación de abandono.

Desde 1988, Casa Alianza México trabaja para proteger a jóvenes vulnerables y, mediante un programa multidisciplinario, los ayudan a reintegrarse a la sociedad y romper el ciclo de violencia y negligencia.

Patricia Secunza, directora nacional de Casa Alianza México, señala que en los 36 años de trabajo, esta asociación de asistencia privada ha cambiado su enfoque.

“Anteriormente, el número de niños y adolescentes en situación de calle era altísimo, particularmente por razones de violencia. Nosotros empezamos con un centro comunitario y posteriormente se adoptó un modelo residencial”, comenta.

A partir de las necesidades detectadas, se elaboraron cuatro enfoques de intervención integral: prevención, atención directa en el modelo residencial, acompañamiento para jóvenes mayores de 18 años y construcción de redes de apoyo familiares.

Enclavada en el sur de Ciudad de México, las instalaciones de Casa Alianza en Xochimilco son hogar de los primeros dos programas.

El programa residencial acompaña a los jóvenes a fortalecer habilidades sociales y emocionales para evitar que regresen a situaciones de violencia.

“Nosotros hablamos de un programa 24/7 con un enfoque multidisciplinario donde participan pedagogos, psicólogos, médicos y consejeros. Buscamos que las experiencias traumáticas se puedan reelaborar y desnormalizar para promover sus derechos humanos”, explica Patricia.

Este año, Casa Alianza México acompañó a 83 adolescentes en abandono social. Desde 2016, también atienden a jóvenes en situación de movilidad, como una niña hondureña que, tras recibir apoyo, logró reunirse con su familia en Estados Unidos.

Para la directora nacional, la motivación es combatir la indiferencia social y ofrecer a los jóvenes una educación integral y un programa de desarrollo socioemocional.

Patricia asegura que los mayores desafíos son el incremento de la violencia y la ausencia de políticas públicas enfocadas en la prevención.

A pesar de los retos, Casa Alianza México busca fortalecer sus programas, incrementar el número de jóvenes atendidos y fomentar el desarrollo de habilidades para una vida independiente.

“Nos deparan cosas muy interesantes porque estamos enfocados en mejorar el retorno de inversión social y ampliar nuestro impacto”, finaliza Patricia Secunza.

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