Dicen que la juventud es el futuro de un país, pero en México este grupo poblacional conformado por más de 30 millones de personas no tiene un porvenir asegurado.
Actualmente ser joven significa ser excluido, discriminado y no tener oportunidades laborales, además de ser vulnerable ante la violencia.
Felipe y Alan son dos jóvenes de 22 años que están por terminar su carrera en fisioterapia. Aunque tienen todas las ganas de ejercer y ayudar a las personas, saben que por su corta edad y falta de experiencia en cuanto estén fuera de la universidad, toparán con pared.
“No hay muchas oportunidades laborales. La mayoría del tiempo piden mucha experiencia. Si nos ven jóvenes piensan que no tenemos el conocimiento suficiente. No deben de generalizar, nosotros tenemos hambre de superarnos, de ayudar y en eso no debe de influir para nada la edad”, comenta Felipe.
Alan, explica que hace falta un cambio de mentalidad en los empleadores.
“Nosotros como estudiantes de universidad muchas veces salimos y no tenemos la experiencia pero es porque no nos dan la oportunidad. Es ilógico pensar que vamos a tener experiencia si vamos saliendo y nadie nos quiere emplear para ganar esa experiencia”, agrega Alan.
Por su parte, la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) en su última edición, 2017, reveló que el 25 por ciento de los encuestados dijo haber sido discriminado solamente por su corta edad.
Además, el 60 por ciento consideró que la mayoría de los jóvenes son irresponsables, el 38.6 por ciento no les rentaría un cuarto de su vivienda y el 39.8 por ciento de las personas contestó que les parece justo llamar a la policía cuando hay jóvenes reunidos en una esquina.
Ante esta discriminación y exclusión económica, social y política, un grupo de senadores se encuentran trabajando para promulgar la Ley General de Juventud, la cual busca garantizar el pleno ejercicio, protección y defensa de los derechos de los jóvenes.
Pero, ¿esta reforma será suficiente? Muchos de los problemas que padecen los jóvenes se encuentran arraigados en la sociedad, en la maquinaria del sistema y en las raíces ideológicas de la población.
Después de 14 intentos legislativos fallidos, la Ley General de Juventud por fin podría ver la luz en esta LXIV Legislatura. La iniciativa es impulsada por la senadora Lucy Meza, presidenta de la Comisión de Juventud y Deporte, y respaldada por todos los partidos.
En México no existe un marco legal para que los jóvenes puedan ser sujetos a derechos, es el único país de América Latina y el Caribe que no cuenta con una ley general para las personas jóvenes ya que después de firmar en 2013 la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes, el tratado internacional nunca se ratificó.
La senadora Lucy Meza, el 6 de noviembre del 2018, presentó un punto de acuerdo para que el tratado fuera ratificado; hasta la fecha sigue sin recibir respuesta.
“Como no le hicieron caso al exhorto, metimos una reforma constitucional modificando el artículo 4 y el 73 para que el Congreso de la Unión tenga facultades de legislar en materia de jóvenes, porque no tenemos esa facultad, solamente lo podemos hacer en los derechos de niños, niñas y adolescentes. Hasta ahí”, dijo la legisladora morenista a Reporte Índigo.
Ante la falta de respuesta de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), los senadores de las Comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos 1, presentaron una iniciativa de reforma a los artículos 4 y 73 constitucionales para tener facultades y poder expedir la Ley General de Juventud.
El pleno del Senado aprobó con 113 votos a favor la iniciativa, por lo que ahora la Cámara alta tiene un año para presentar la nueva legislación.
Lucy Meza comenta que a la par de que hacían los cambios constitucionales para poder legislar, la Comisión de Juventud y Deporte del Senado y la Comisión de Juventud y Diversidad Sexual de la Cámara baja, trabajaron en foros de parlamento abierto en todo el país para ir avanzando en la ley.
“Hicimos un ejercicio bicameral y debo de confesar que ya la tenemos (la ley) muy avanzada. Se va a presentar a principios del segundo periodo del segundo año legislativo. En los foros que hemos hecho nos dimos cuenta de que el norte no es igual que el centro o que el sur del país. La idiosincracia es distinta y por lo tanto las necesidades de los jóvenes también.
“Pero algo que sí vimos es que están deseosos de ser tomados en cuenta, porque los jóvenes no están siendo tomados en cuenta, principalmente en la política. Hay un rechazo muy fuerte a los políticos y a la clase política y eso se entiende”, revela la legisladora.
Finalmente la morenista asegura que el principal reto a vencer es la falta de oportunidades laborales para los jóvenes, y una planeación real del presupuesto destinado para atenderlos.
“Siempre se ha dicho que hay presupuesto destinado para los jóvenes pero no se sabe si es así. Se han destinado hasta 180 mil millones de pesos para el tema de la juventud pero sin reglas de operación y sin auditarse”, concluye.
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De la escuela al trabajo, el reto de la juventud
En México el 66.8 por ciento de los jóvenes de 15 a 29 años no asisten a la escuela, revelan datos de la Encuesta Intercensal 2015 del Inegi.
Esta variable va cambiando de acuerdo a la edad, el 62.4 por ciento de los adolescentes de 15 a 19 años sí acuden a un plantel educativo, en contraste, la asistencia escolar en los jóvenes de 20 a 24 años representa el 25.5 por ciento y para el grupo de 25 a 29 años solamente el 7.1 por ciento.
De acuerdo con el análisis del Inegi, este comportamiento se debe a que los jóvenes tienen como meta la incorporación al mercado laboral en vez de seguir estudiando. Es por eso que de los 15 a 29 años, el 32.9 por ciento de este grupo poblacional cuenta con una educación media superior y solamente el 19.4 por ciento con una superior.
Esta premura por entrar al mercado laboral no se ve reflejada en una mejor calidad de vida. De los 7 millones 774 mil 57 jóvenes de 15 a 19 años que se consideran población económicamente activa, más de 688 mil trabajan más de 48 horas a la semana y un millón 273 mil 635 reciben un sueldo de 1 a 2 salarios mínimos, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del tercer trimestre de 2019.
De los 20 a 29 años de edad la población económicamente activa es de 13 millones 207 mil 608 personas, y casi la mitad, es decir, 6 millones 371 mil 819, trabajan de 35 a 48 horas semanales, mientras que el resto más de 48 horas.
La misma encuesta del Inegi revela que más de una tercera parte, 4 millones 661 mil 893 jóvenes, ganan de 1 a 2 salarios mínimos al día.
Para Cynthia Valerian, maestra en políticas públicas y profesora del TEC de Monterrey Campus Toluca, el panorama actual es bastante complicado para los jóvenes, comenzando por el hecho de que ni siquiera ellos están interesados en obtener un empleo formal, ya que prefieren emprender sus propias micro, medianas o pequeñas empresas.
“Esto tiene que ver con los niveles salariales que tenemos en México, aunque se ha hecho el esfuerzo de incrementar el salario mínimo y llevarlo a una posición más digna para los trabajadores, sigue siendo insuficiente para los jóvenes”, dice la especialista.
Además, la académica señala que ni las políticas públicas, ni la industria, ni los programas sociales toman en cuenta los intereses de los jóvenes.
Otro de los retos a vencer según la especialista, es el bajo nivel educativo de los jóvenes, ya que hay entidades en las que ni siquiera alcanzan las calificaciones promedio en áreas como matemáticas, comprensión lectora, redacción de textos o resolución de problemas.
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Discriminación y salud mental
Otro reto que deben enfrentar los jóvenes es el de los problemas mentales.
Claudia Rodríguez lleva 21 años trabajando con ellos como profesora, tutora, catedrática y psicóloga. Gracias a sus asesorías, consejos y consultas ha salvado muchas vidas de estudiantes que han estado cerca del suicidio.
“Los jóvenes tienen cada vez menos oportunidades para estudiar, para trabajar, les ponen muchas trabas para integrarse económicamente a la sociedad productiva. Esto les ocasiona un estrés psicosocial y los hace vulnerables a la depresión y a la neurosis de ansiedad. La mayoría también vive dinámicas familiares muy conflictivas que incluso los lleva a trastornos de personalidad desde leves hasta severos.
“He tenido varios casos de intentos de suicido en la escuela. Lo que más les preocupa es el factor económico, los problemas de pareja y la autoestima”, revela.
Para contrarrestar estos problemas, la especialista propone crear más talleres de autoestima y pláticas informativas para sus padres.
El sociólogo César Luis Cárdenas Varela, coordinador del área en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, urgió la necesidad de cambiar la perspectiva y dejar de pensar que los jóvenes son apáticos e irresponsables.
Jessica Marjane tiene 25 años y casi toda una vida de pelear por los derechos de los jóvenes transgénero para evitar la discriminación.
Nació en una comunidad otomí en la Sierra de Hidalgo en la que sus padres le asignaron el nombre de Jesús Aarón. Desde 2014 lidera el colectivo Red de Juventudes Trans México.
La activista comenta que muchos de los problemas de los jóvenes se deben a la falta de apoyo por parte del Estado hacia este grupo poblacional.
“No es lo mismo ser una persona joven en la ciudad que ser una persona joven en un contexto rural o un contexto donde perteneces a una comunidad indígena y mucho menos cuando se entrelaza con tu identidad de género, la cual corresponde a una persona trans. Los desafíos aumentan.
“Lo principal que hay que hacer es escuchar a los jóvenes y generar procesos de fortalecimiento para que se puedan informar sobre las herramientas que el Estado tiene para garantizar nuestros derechos”, dice la activista.
Como segundo paso para erradicar la discriminación y la exclusión de los jóvenes, Jessica propone involucrarlos en los procesos políticos para que ya no sean los adultos quienes hablan y eligen por las juventudes.
“La juventud sigue siendo un motivo por el cual te discriminan en los espacios públicos, en los espacios privados y que sigue condicionando una serie de prejuicios. Hay una doble moral dentro de las personas, te dicen que eres el futuro pero no ven que también eres un presente vivo que necesita trascender”, dice.