El aseguramiento del Hotelito Desconocido en 2015 por el Gobierno mexicano, para golpear a la red de lavado de dinero del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Cuinis, significó la desactivación de un eslabón que superaba ya los 91 millones de pesos de fondos inyectados.
La Procuraduría General de la República (PGR) intervino el Hotelito Desconocido en Tomatlán, Jalisco, el 19 de agosto de 2015, el mismo día que el Gobierno de Estados Unidos lo incluía en su lista de Narcotraficantes Especialmente Designados, junto a su firma propietaria, W&G Arquitectos, y a la administradora de esta, Wendy Dalaithy Amaral Arévalo.
Según información en poder de autoridades mexicanas, la empresa W&G Arquitectos le compró el Hotelito Desconocido el 5 de noviembre de 2007 a la compañía del mismo nombre y a MMC, con las que pactó estos costos:
Por las tierras y construcciones de la exclusiva propiedad fueron 7 millones 715 mil dólares; por el equipo de operación, 285 mil dólares, y por los derechos de la marca otros 250 mil dólares, aunque por cada uno de estos conceptos también pagó IVA por 182 mil 250 dólares; 42 mil 750 dólares y 37 mil 500 dólares, respectivos.
De esta manera, la joya de la corona del entramado de empresas que, según las autoridades, está conectado con esos cárteles, requirió una suma de 8 millones 512 mil 500 dólares tan solo para echarse a andar, según ese contrato de compraventa de escritura 78 mil 370.
Un monto que, en ese momento, representaba cerca de 91 millones 339 mil pesos. Es así como la firma W&G Arquitectos se hacía de estos bienes:
Nueve unidades privativas del Hotelito Desconocido en el predio Nopalito, y el resto de la fracción sur del mismo por 192 mil 730 metros cuadrados; así como otras siete unidades privativas del desarrollo en el predio El Ermitaño, y el resto de este por 137 mil 036 metros cuadrados (las unidades rondan los 37 mil metros cuadrados).
El día que la PGR intervino el hotel señaló: “El aseguramiento obedece a la existencia de indicios de que el inmueble es operado y utilizado como estructura empresarial aparentemente legal para ingresar recursos al sistema financiero y como lugar de reunión por miembros de un grupo con actividades criminales en la entidad”.
El origen
La firma que la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros (OFAC) de EU identificó detrás del Hotelito Desconocido, W&G Arquitectos, no se originó en Jalisco, sino en la Ciudad de México, el 1 de abril de 2005, con la fe del notario 68 Alejandro Soberón Alonso.
W&G Arquitectos fue pensado con un abanico muy amplio de negocios, según sus actividades registradas. No por nada, la Administración para el Control de Drogas (DEA) se ha referido a ese par de cárteles como “dos de las organizaciones de narcotráfico más prolíficas y violentas del mundo”.
Sus posibilidades de inversión estaban tan diversificadas que alcanzaban ramos como la construcción y el mercado inmobiliario, el otorgamiento de préstamos, y otras como estas:
“Poseer, adquirir o explotar toda clase de derechos de propiedad intelectual o industrial, incluyendo marcas, patentes, nombres comerciales y derechos de autor.
“Diseño, fabricación y comercialización de todo tipo de bienes muebles y maquinaria para la industria en general”, enlista, entre otras actividades, su acta constitutiva de escritura 133 mil 278
Brazo empresarial
El crecimiento de W&G Arquitectos fue meteórico. La inyección acelerada de capital quedó plasmada en la escritura 78 mil 370 del contrato de compraventa del Hotelito, que elaboró el notario 24 de Guadalajara, Jaime Martínez Gallardo.
La empresa se había constituido inicialmente con un capital de solo 50 mil pesos, sin embargo, el notario asentó este historial de incrementos:
“Se hace constar la protocolización de una acta de asamblea general ordinaria de accionistas de la sociedad mercantil W&G Arquitectos celebrada en Naucalpan de Juárez, Estado de México, el 1 de abril de 2005, en la cual se acordó aumentar el capital social en el rango variable de esta entidad jurídica en la suma de 17 millones 950 mil pesos”.
Y luego, otra acta de la asamblea del “20 de julio de 2007, en la cual se acordó aumentar el capital social en el rango variable de esta entidad jurídica en la suma de 55 millones 500 mil pesos”.
El notario consignó los acuerdos de otra asamblea del 25 de octubre de 2007, donde se asienta que el proyecto de compra del Hotelito se echaría a andar con un préstamo de la banca:
“La presidente de la asamblea manifestó a los señores accionistas que, como es de su conocimiento, se ha obtenido un financiamiento con BANSI, en Guadalajara, para la adquisición del desarrollo hotelero Hotelito Desconocido, que incluye el terreno y las construcciones y negociación mercantil, así como equipo y marca”.
La riqueza
El nombre de Wendy Amaral Arévalo cobró notoriedad no solo por su designación de la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros de EU, sino por ser la esposa de Gerardo González Valencia, hermano de Abigael, presunto líder detenido de Los Cuinis.
Gerardo fue aprehendido en abril de 2016 en Uruguay por lavado de fondos, tras las revelaciones de los Panama Papers, donde su nombre y el de Amaral Arévalo aparecían relacionados con un par de esas sociedades offshore.
La OFAC ha designado 31 empresas en México que estarían integradas a la infraestructura de lavado de ese binomio CJNGCuinis, 25 de estas en Jalisco.
La Fiscalía local le ha decomisado desde 2010 al CJNG, 211 vehículos y 24 inmuebles, y la PGR otros 160 MDP, publicó Reporte Indigo en La riqueza del cártel, el 26 de septiembre pasado.
Disparado crecimiento
La firma W&G Arquitectos, dueña del Hotelito Desconocido, registró una inyección acelerada de capital:
> La empresa se constituyó inicialmente con un capital de 50 mil pesos.
>El 1 de abril de 2005 aumentó el capital social por la suma de 17 millones 950 mil pesos.
>El 20 de julio de 2007 se acordó aumentar el capital social por la suma de 55 millones 500 mil pesos.