Nueve oficiales del Ejército mexicano fueron acusados de colaborar con el cártel de “Los Zetas” a finales del sexenio del expresidente Felipe Calderón pese a que en el proceso logró comprobarse que fueron objeto de tortura por parte de policías judiciales militares para incriminarse.
No obstante, este martes la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) inició un juicio en su contra el cual fue plazado durante meses.
En el momento de sus detención ambos acudieron a la Comisión Nacional de Derechos Humanos en donde a través de un informe se confirmaron las torturas, pero el Ejército pagó para que el reporte no saliera a la luz.
De acuerdo con el abogado de Javier Soto, la salida de su cliente en la “justicia civil sería fácil”, pero bajo las leyes castrenses no.
“Un general preside el tribunal, acompañado de cuatro vocales. Ninguno es experto en leyes. El juez, el único que sí sabe, no decide. Entre el presidente y los vocales decidirán el futuro de los nueve”, expresa en declaraciones con el diario español.
La acusación contra los elementos mexicanos se derivó de las declaraciones de “Gerry” y “Guacho”, dos supuestos integrantes de “Los Zetas”.
En dichas declaraciones ante la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, los investigadores agregaron una lista con nombres, fechas y cantidades.
El rotativo detalla que en esta lista apareció Soto así como 16 nombres y apodos más. El “Guacho” aseguró en su testificación que Soto era el encargado de repartir el dinero al resto de militares.
Las cantidades que repartía el grupo criminal eran de 10 mil 000 a 50 mil 000 pesos o de 500 a 2 mil 500 dólares.
En tanto “Gerry” dijo que Soto era uno de los enlaces con “Los Zetas” en Coahuila, pero después ante el juez militar que instruyó el caso lo negó y aseguró que agentes de la SEIDO le obligaron a incriminarlos.
No es la primera vez que se da un caso así. En 2012, las autoridades detuvieron a cuatro generales, un mayor y un teniente, todos acusados de colaborar con el Cartel de los Beltrán Leyva.Todos apuntados por testigos protegidos y eran militares de alto nivel.