Jóvenes médicos contra el COVID-19

Con tan solo 27 años de edad, Alfredo es uno de los jóvenes médicos residentes del Antiguo Hospital Civil de Guadalajara, un centro médico fundamental para la atención de la pandemia en Jalisco; ya sufrió en carne propia la enfermedad, pero su determinación por atender a pacientes con distintos padecimientos no pierde fuerza
Luis Herrera Luis Herrera Publicado el
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Alfredo es uno de los médicos del Hospital Civil de Guadalajara que sabe por experiencia propia lo que es el COVID-19, la pandemia que este año impactó al mundo

Han transcurrido ocho meses desde la primera conversación que este medio sostuvo con Alfredo; y no obstante, aun tras innumerables horas de pandemia encima, su determinación por afrontar este presente oscuro sigue siendo la misma.

Alfredo tiene ahora 27 años cumplidos y rememora que su contagio de la enfermedad se confirmó el 4 de junio:

“Yo la verdad recuerdo que era un día que había salido de guardia, todavía estaba resolviendo algunos asuntos pendientes en el hospital y es cuando yo empiezo a sentirme más cansado, con fiebre y decido agendar una cita en el área Covid; al día siguiente voy, me realizo la prueba y esa misma tarde yo comienzo con más fiebre, cansancio, tos seca, y en la noche me llaman del área de Epidemiología y me confirman que soy un caso positivo a coronavirus”, recuerda.

Alfredo –a quien llamamos así para resguardar su identidad– ya había previsto la posibilidad de salir temporalmente de su hogar en caso de que su trabajo en el hospital lo convirtiera en una amenaza para la salud de su familia, así que se alejó de su casa.

“Pues la verdad es que en ese momento yo ya esperaba que me dijeran que fuera un caso positivo porque tenía toda la sintomatología, la verdad es que sí tenía preocupación por eso, tenía la esperanza de que llegara a ser dengue en vez de que fuera coronavirus, pero a partir de eso yo comienzo con más sintomatología; me alejé de mi casa, dejé de ir a mi casa y me quedé aquí en el aparta-estudio de mi novia para disminuir la exposición de los de mi hogar, que es un grupo más vulnerable, a que me cuidara ella aquí los días posteriores de aislamiento”, explica.

Mientras padecía los estragos del COVID-19, Alfredo, aun siendo joven, llegó a experimentar preocupación, pues había sido testigo directo de la naturaleza traicionera del coronavirus; justo por ello uno de sus compañeros quien también resultó contagiado suma ya tres meses de incapacidad debido a que sufrió una disminución importante de su función pulmonar.

“Yo tenía la esperanza de que todo saliera bien, la verdad es que sí me sentía muy cansado, me sentía enfermo, me sentía fatigado; sí llegué a pensar que iba a empeorar y sobre todo quien me estaba cuidando, que es mi novia, ella era la que llevaba la mayor preocupación, porque ella veía exactamente cómo en las noches comenzaba yo a respirar con una frecuencia respiratoria más elevada, que tenía fiebre que no remitía con medicamento que tenía, a la hora de dormir que me quejaba debido a que tenía una molestia general”, cuenta el médico.

En ese sentido la experiencia de Alfredo no es excepcional: todos los médicos residentes, pese a su juventud, han tenido que lidiar con el riesgo de ser contagiados en un momento u otro por el coronavirus.

“Si en mi círculo de contactos que tengo en el hospital fuera aproximadamente de 50 personas, yo diría que aproximadamente 30 personas ya han salido positivos a coronavirus, que en mi caso es conocer más personas que se han infectado que personas que faltan por infectarse“

Los jóvenes médicos del país se arriesgan a contraer el COVID-19 y por ello a veces toman la determinación de salirse de su casa para no llevar la infección en caso de ser portadores

El antiguo Hospital Civil de Guadalajara tiene un área exclusiva para la atención de pacientes con COVID-19, Alfredo no está en ella, sin embargo, siempre está presente la posibilidad de que personas que acuden por otros padecimientos estén contagiadas sin saberlo; es por ello que el personal médico queda expuesto a un contagio de la nueva enfermedad.

“La verdad es que todos los días se vive una incertidumbre de todo paciente que llega con fiebre, con dificultad respiratoria, tos, ya tratamos de manejarlo como si fuera un caso positivo hasta que se demuestre lo contrario; se insiste mucho en el servicio de Covid que lo vayan a revisar. Sí se tiene incertidumbre de quién va a ser el próximo que va a caer todavía de los compañeros que todavía no han salido positivos a coronavirus, que ya son pocos a comparación de los que ya nos hemos enfermado”.

La columna de médicos residentes

Los médicos residentes del Hospital Civil son jóvenes que recién egresaron de la universidad y que se están formando en una especialidad médica; su salario puede ir desde los 12 mil 500 pesos hasta los 15 mil pesos, sin embargo, su contribución a la atención de la pandemia ha sido tan determinante como la del personal más experimentado.

Por ejemplo, Alfredo relata que los departamentos del Hospital Civil, cuyo personal ha tenido que ser transferido de emergencia al área de COVID-19 están siendo reforzados en su operación precisamente con los jóvenes médicos residentes.

“Lo que (…) hemos hecho es apoyar al servicio que es la unidad de terapia intensiva, apoyar con nosotros a manejar a los pacientes que son no infecciosos, o sea que no son positivos para coronavirus, porque los médicos que estaban encargados de esas áreas son los que se llevaron a la unidad de coronavirus”, explica.

Aunque es uno de los centros médicos más importantes de Jalisco para la atención del COVID-19, el antiguo Hospital Civil de Guadalajara no ha dejado de atender a pacientes con otros padecimientos, esto ha llevado a que todas sus áreas experimenten un aumento en la demanda de servicios.

“Se mantuvo elevado debido a que las otras unidades hospitalarias únicamente se dedicaban a atender pacientes Covid, entonces derivaban a todos sus pacientes al Hospital Civil viejo por no ser un hospital Covid en sí al 100%, como ellos; por ejemplo (…) nos llegaban muchos pacientes que derivaban del hospital Zoquipan, del Civil Nuevo, debido a que ahí no estaban atendiendo pacientes que no estaban contagiados“.

Aun con la llegada de la vacuna, Alfredo visualiza que la contingencia está muy lejos de acabar; pese a ello y todo lo que ha vivido a su corta edad, no ocupa su tiempo en lamentarse: “Yo creo que por mínimo podríamos pasar otro año con la pandemia. Yo creo que mis expectativas es eso, incluso yo me estoy mentalizando para que sea pues un año más de pandemia, trabajar a ese ritmo al que estamos trabajando ahora”.

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