¿Por qué los jóvenes evaden el matrimonio? En la actualidad para las personas de menos de 40 años ya no es una prioridad casarse, dado que sus prioridades han cambiado generacionalmente y ahora el éxito personal y profesional es a lo que aspiran.
Ana Jimena Téllez Ramos, investigadora y docente de la Universidad Autónoma de Nuevo León, señala que aunado a ello ahora los jóvenes piensan: “¿para qué me caso?, si me voy a terminar divorciando”, esto porque en la mayoría de las familias los jóvenes provienen de padres divorciados.
“El hecho de que un gran promedio de los padres de dichos jóvenes están divorciados, con ello crece la asociación del matrimonio con el fracaso”.
La psicóloga destaca que además, los jóvenes que dicen no al matrimonio es porque sus prioridades son otras que consideran más importantes, como situaciones laborales, afectivas y personales, además de la falta de compromiso en ambas partes y la asociación del matrimonio con aspectos negativos.
“Los cambios en el matrimonio y las relaciones de pareja entre generaciones son un tema complejo y multifacético. Estos cambios pueden estar relacionados con diversos puntos, como son los cambios generacionales en las prioridades: la educación, la carrera y la autonomía personal son prioridades que compiten con el matrimonio”, aseguró.
En los últimos diez años, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), la edad promedio en que un varón contrae matrimonio subió de 29 a 34 años, mientras que en la mujer pasó de 26 a 31 años en promedio.
“Los jóvenes asumen que casarse trunca el éxito profesional, material y económico ya que la gente actualmente asocia la felicidad con el éxito personal y por esa razón descarta la idea que en los primeros años de formación profesional educativa llegue al matrimonio”, señala.
Divorcios
En México, durante 2022 se registraron 166 mil 766 divorcios, esto es, un incremento de 11.4 por ciento con respecto a 2021, factor que, advierte la psicóloga, las nuevas generaciones asocian negativamente.
“El matrimonio es ceder, aceptar los intereses del otro, cohabitar con alguien más y las nuevas generaciones no lo ven factible porque ello implica la negociación y ellas buscan solo su satisfacción antes que la del otro. Y esto fracciona una relación”, indicó.
Finalmente, Ana Jimena Téllez considera que, en el caso de las mujeres, la competencia laboral existente hoy en día implica postergar el matrimonio debido a que eso y el tener hijos puede rezagarse en el trabajo que desempeñan.
