En los próximos años, el 20 de enero de 2021 será una de las fechas más importantes en los libros de texto, y no solo porque en ese momento Estados Unidos nombró a su presidente número 46, sino por las circunstancias en las que lo hizo. Hoy el demócrata Joe Biden tomará posesión en un Capitolio repleto de seguridad tras lo ocurrido el pasado 6 enero, cuando el recinto fue invadido por los seguidores de Donald Trump.
Para evitar que el suceso se repita, 25 mil miembros de la Guardia Nacional estarán atentos a las posibles manifestaciones que se pudieran dar.
El republicano que deja la Casa Blanca no estará presente durante el nombramiento de Biden, ya que partió esta mañana hacia Florida. Entre los que lo acompañarán están Barack y Michelle Obama, Bill y Hillary Clinton y George W. Bush, quienes serán parte de los mil 70 invitados, un número pequeño debido a la pandemia de COVID-19, en comparación con los casi 200 mil que acudieron a las tomas de posesión anteriores. Por lo que la crisis sanitaria será uno de los principales temas con los que tendrá que lidiar Joe Biden durante su mandato.
Según anunció hace menos de una semana, la crisis sanitaria la enfrentará junto a un equipo especializado, quienes además de tratar con la pandemia, intentarán frenar con la ayuda de la ciencia los problemas climáticos, una rama que el anterior presidente nunca consideró importante.
Otro de los grandes retos que enfrente Biden durante los primeros días será la política exterior, especialmente la relación con los gobiernos de Centroamérica, de donde comúnmente surgen miles de inmigrantes que buscan llegar a su nación y alcanzar el sueño americano.
Ante estos retos políticos y sociales, el doctor Juan Carlos Calleros, especialista en Relaciones Internacionales y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, asegura que Joe Biden está más que listo para afrontarlos, sobre todo tomando en cuenta la experiencia que tiene detrás al haber estado involucrado en la política estadounidense desde hace dos décadas.
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Nace una esperanza para migrantes con Joe Biden
Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, millones de migrantes en Estados Unidos no solo esperan que se termine el discurso de odio en contra de ellos, sino que están dispuestos a luchar por una reforma que les otorgue el estatus de ciudadanos legales en el país al que tanto le han dado.
La esperanza está puesta en Biden y parece que la comunidad migrante no será decepcionada, esto luego de que el equipo cercano al demócrata filtrara que una de sus prioridades durante sus primeros días de gobierno será presentar al Congreso una reforma que ofrecerá el estatus legal a cerca de 11 millones de personas que llevan más de ocho años residiendo en Estados Unidos.
De acuerdo con activistas migrantes, la propuesta se podría presentar incluso hoy en su primer día de gobierno, aunque para poder materializarse tendría que brincar las barreras que los republicanos, e incluso algunos demócratas, pudieran poner en el Cámara de Representantes, donde ambos partidos se encuentran en igualdad de fuerzas.
Si los migrantes miran hacia el pasado, la vista no es alentadora, ya que durante su primer año de gobierno, en 2009, Barack Obama prometió un proyecto de ley de inmigración, el cual nunca llegó.
De aprobarse la propuesta de Biden, se convertiría en una reforma histórica, ya que el antecedente similar más cercano ocurrió en 1986 cuando Ronald Reagan otorgó la ciudadanía a casi tres millones de personas bajo un decreto de amnistía.
La reforma del presidente electo, además de la ciudadanía para 11 millones de migrantes indocumentados, daría luz verde a miles de centroamericanos que buscan refugio en su país y otorgaría apoyos económicos en la región para frenar de raíz las causas de la migración.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que espera que Biden cumpla con su promesa y atienda el fenómeno migratorio. “Eso lo espero y lo voy a reconocer y celebrar”, dijo el mandatario mexicano.
Avelino Meza, secretario general de Fuerza Migrante, un movimiento binacional que engloba a más de 150 organizaciones en pro de los derechos de los migrantes, comenta que la relación no tan buena que lleva el Gobierno federal mexicano con los demócratas y la administración de Biden no afectará la expedición de la reforma, pero sí las condiciones que se le podrían solicitar en la misma a México.
“Sí va a haber un costo político por las decisiones de la administración del presidente López Obrador”, comenta.
El 20 de febrero de este año, Fuerza Migrante abrirá una oficina en Washington para cabildear con los legisladores y materializar la reforma.
“El Congreso podría resolverlo en 45-60 días más o menos. Para nosotros es bueno porque nos da tiempo de poner en la agenda lo más rápido posible las observaciones que pudiéramos tener. Nosotros como sociedad civil organizada debemos de cabildear, vamos a estar presionando a diversos congresistas que han trabajado con la comunidad latina, vamos a trabajar para que el presidente Biden cumpla con lo propuesto en sus primeros 100 días de gobierno y si no, que tenga un costo político para los demócratas, debemos de ser escuchados”, afirma.
Finalmente, Meza comenta que no aceptarán que la reforma aplique solo para un grupo.
“No vamos a aceptar que sea solo para un grupo. Podríamos comenzar con los jóvenes DACA, pero después hay que dar el siguiente paso, sus familiares, posteriormente deberían de seguir trabajadores esenciales como lo son los del campo y así sucesivamente”, concluye.