Javier Valdez, el retrato de una herida
Para César Arístides, Valdez tenía dos cualidades que hicieron trascender su trabajo: la sensibilidad y la empatía con que investigaba y escribía sus textos; cualidades que se reflejan en los relatos de la antología ‘Periodismo escrito con sangre’
Imelda GarcíaLa tarea de Javier Valdez, el periodista sinaloense asesinado en mayo pasado, fue retratar la herida abierta que ha provocado la violencia en México.
A 127 días de su asesinato nada ha pasado. Ningún detenido por jalar el gatillo y ninguno por ordenar la muerte del reportero.
Sus letras, sin embargo, estarán vigentes y serán el retrato de la crisis que ha sacudido a México en los últimos años.
Javier Valdez Cárdenas fue un periodista especializado en temas de narcotráfico y crimen organizado. Fue asesinado el 15 de mayo de este año, afuera de las oficinas de su periódico, RíoDoce.
En homenaje, la editorial Aguilar publicó “Periodismo escrito con sangre” (Aguilar, 2017), una recopilación de sus textos más relevantes.
César Arístides, editor principal del autor, habló con Reporte Indigo sobre la trascendencia de la obra de Javier Valdez y cómo sus textos deben ser un referente para los periodistas, especialmente los jóvenes que quieren dedicarse al oficio.
Retratar la realidad
“Son los dueños de las calles, de los restaurantes, de las chavas. Los que siempre tienen que estar encabezando las filas de los automóviles frente al semáforo en rojo. Los que rebasan por la derecha, ponen las luces altas y sacan la fusca ante cualquier reclamo. Los que jalan el gatillo, jalan la muerte, jalan la vida, la aceleran y violentan. Los que mandan y matan.
“El país se desmorona. Se va por el resumidero. Las cloacas ganan. Andan en las calles sus personeros, representantes plenipotenciarios”, escribió Valdez en “Claudia”, uno de los capítulos que conforman este libro.
Así describe Javier Valdez la realidad que le tocó vivir en Sinaloa, cuna y campo de acción de narcotraficantes y tierra que el periodista dejó retratada en sus textos.
Para César Arístides, Valdez tenía dos cualidades que hicieron trascender su trabajo: la sensibilidad y la empatía con que investigaba y escribía sus textos; cualidades que se reflejan en cada uno de los textos de esta antología.
> ¿Por qué hacer este libro?
César Arístides (CA).- Después de la muerte lamentable de Javier Valdez, consideramos necesario hacer una revisión de su trabajo periodístico y como un homenaje se hizo una antología, donde se presentan los temas más recurrentes en la obra de Javier Valdez: la familia, los temas de la mujer y los niños; porque dentro de todo este universo criminal, violento, delictivo, a Javier Valdez le preocupaba mucho el estado en que se encontraban las familias cuando el padre era levantado o ejecutado, cuando el esposo era narco o cuando el hermano había tomado el riesgo de irse a trabajar con algún sicario, en fin.
El propósito también es ofrecer a los lectores, no solo de actualidad política o estudiantes de periodismo, sino al público en general, acercarlo a un periodista muy valiente, muy comprometido y, sobre todo, muy congruente entre lo que hacía, lo que decía y lo que escribía.
> ¿Cuáles eran las circunstancias de Javier en su oficio?
(CA).- Hay una anécdota que lo ilustra todo. Javier tenía un amigo periodista de Hermosillo, al que le dedica un texto y en la dedicatoria le dice: ‘Te la debía’. Es curioso porque es un tipo que se dedica a escribir reportando la nota, vive a salto de mata, hasta que tiene que esconderse, cambiarse de domicilio, y siempre le decía a todos: ‘No me dejen abajo, no me dejen abajo’.
Hasta que un día ya no se pudo reportar con sus colegas y lo encontraron muerto, lo ejecutaron. Lamentable y con la misma suerte que corrió Javier Valdez, que después de amenazas le quitaron la vida; viviendo en esa zona tan frágil, lo ejecutaron.
> ¿Cuál es la relevancia de un trabajo como el de Javier?
(CA).- Es importante para los jóvenes, pero también es un trabajo de conciencia. Hay un país que se está cayendo en pedazos, hay una gran indiferencia por parte de las autoridades, hay unas ganas de desconocimiento de la gente que ya no quiere saber más sobre violencia, sobre sangre, sobre víctimas.
Entonces, el trabajo de Javier Valdez es importante y es necesario porque él le daba voz a la gente que no tenía voz, a la gente que no era atendida, que no era considerada. Le daba voz, por ejemplo, a Las Rastreadoras, que buscan a sus familiares; a las personas que eran levantadas y que por algún milagro habían salvado su vida; a los heridos o a los torturados, a las víctimas directas del narcotráfico.
Este periodismo es necesario y es muy valioso a la vez porque en pocos autores se puede sentir ese rasgo tan humano y conmovedor como en Javier.
> ¿Este libro ayuda a la familia de Javier Valdez?
(CA).- Sí, la publicación de este libro fue también una medida para apoyar a su familia, porque las regalías pasarán de inmediato a ellos. Se busca que este texto tenga una buena salida comercial porque es una manera de no dejar desprotegidos a su esposa y sus hijos.
Porque los ingresos de Javier Valdez no eran los de algún político consumado ni los de un narcotraficante. Eran los de un hombre de trabajo, que todos los días salía a ganar el sustento, como millones de personas, y sí nos gustaría que se reflejara en ventas porque esto pasa directo a su familia.
> Personalmente, ¿qué te marcó de Javier?
(CA).- Lo conocí en 2009 y desde entonces trabajé con él. Era un hombre extraordinariamente amable, muy amoroso, muy cariñoso y llegamos a convertirnos en amigos, hablábamos de nuestras familias, de lo difícil que estaba la situación del país.
Yo me quedo con sus grandes bromas, con su risa, con su abrazo, con su afecto y su calidad como ser humano. Y además era un autor muy divertido que, si tú lo veías, no te imaginabas que ese autor estuviera cubriendo tanta masacre y tanto dolor.