Javier Valdez era una periodista que sabía muy bien el riesgo que implica no callarse en un país donde la verdad pocas veces es bien recibida, así lo hizo saber en 2011 cuando fue galardonado en Nueva York por el Comité para la Protección de Periodistas.
“En Culiacán, Sinaloa, es un peligro estar vivo y hacer periodismo es caminar sobre una invisible línea marcada por los malos que están en el narcotráfico y en el gobierno; un piso filoso y lleno de explosivos”, dijo Valdez al aceptar el Premio Internacional a la Libertad de Prensa.
Valdez, quien dicen sus colegas siempre tenía a la mano una laptop, un buen libro y una tasa de café, levantó la voz desde Nueva York para denunciar que en México los periodistas deben cuidarse de todo y todos, pues muchas veces no hay con quien acudir.
“He contado la tragedia que vive México y que debe avergonzarnos. La niñez recordará esto como un tiempo de guerra, tiene su ADN tatuado de balas (…) esta es una forma de asesinar el mañana; somo homicidas de nuestro propio futuro”, señaló el comunicador.
El periodista que no quería que nadie le reclamara que se calló ante la violencia en el país, no negaba que en México se vive una guerra, pero siempre recalcaba que éste es un enfrentamiento en el que los ciudadanos ponen los muertos, y las armas los gobierno de México y Estados Unidos, mientras que las ganancias se quedan en manos de personajes que se esconden.
“He preferido darle nombre y rostro a las víctimas, retratar este panorama triste y desolador, estos pasos agigantados de tomar atajos hacia el apocalipsis, en lugar de contar los muertos y reducirlos a números”, agregó el periodista en 2011.
Valdez alzó la voz, hizo un llamado a la sociedad, a los periodistas y a los medios de comunicación a dar seguimiento a los temas que se publicaban en el semanario Ríodoce, fundado hace 14 años por él, pues la desolación hace más vulnerable a los periodistas.
El comunicador, quien consideraba que hacer periodismo en México es como formar parte de una lista negra, fue asesinado al medio de este lunes, a tan sólo uno calles de las instalaciones de Ríodoce, el medio desde el que crítico sin miedo al narco y al gobierno, pero sobre todo desde donde dio rostro a la tragedia de la guerra contra el narco.