Javier Lozano, vocero del candidato presidencial priista José Antonio Meade, insistió a las autoridades que investiguen la presunta red de lavado de dinero de la que Ricardo Anaya fuera participante y beneficiario.
En una conferencia de prensa, marcada como urgente, el senador argumentó que hace un mes había dicho que el arquitecto Juan Carlos Reyes no era propietario de la empresa Manhattan Master Plan que compró la nave industrial, como lo argumentó el albiazul, sino del chofer de Manuel Barreiro, Luis Alberto López López.
“En realidad Luis Alberto López López fue el comprador de la nave industrial como representante legal de la empresa Manhattan, pero que lo había hecho como prestanombres, por petición u orden de su patrón Manuel Barreiro… que él no sabía lo que estaba firmando, que él nunca vio a los ojos al notario, que él no conoció al suegro de Ricardo Anaya, que él no tuvo beneficio alguno en la operación y, que sin embargo, firmó por lealtad y por obediencia”, dijo Lozano.
El vocero dijo que la transacción, además de lavado de dinero, representó “un pago de favores”, ya que el terreno de la nave industrial era propiedad del estado de Querétaro, y tenía un valor de 915 millones de pesos, pero fue vendida a 113 millones.
Según Lozano, luego de que se evidenciara que la familia de Ricardo Anaya vivía en Atlanta, aceleró la transacción para justificar los ingresos que costearan su estilo de vida; además, acusó al candidato frentista de utilizar a un inocente, como lo fue el chofer de Barreiro.
“Peor miseria humana… una ruindad es utilizar a un chofer que, por su estado de necesidad, por su desconocimiento de la materia en operaciones tan complejas, sin llevarse un centavo siquiera a cambio, por puritita lealtad a ciegas, firma unos papeles que estuvieron a punto de privarle de la libertad”, dijo Lozano.
Al finalizar la conferencia pidió a la Procuraduría General de la República (PGR) no dejarse intimidar.
