La estrategia que sigue el Gobierno de Jalisco para contener la pandemia del coronavirus ha enviado mensajes cruzados a la población en las últimas semanas, al haber pasado de una “Fase de Responsabilidad Individual” a una nueva etapa restrictiva en la que podría activarse un “Botón de Emergencia” de un momento a otro.
La “Fase de Responsabilidad Individual” se había decretado desde el 11 de junio mediante un anuncio del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, que despertó polémica pues fue interpretado como una rendición de su parte ante la expansión que ha estado mostrando la pandemia en Jalisco.
“El modelo que funcionó a partir de la premisa de que el gobierno garantizaría el cumplimiento de las medidas sanitarias haciéndolas obligatorias ha terminado ya en la práctica, la gente salió a la calle, muchos a trabajar, muchos otros sólo a romper el encierro, esa es la realidad y de nada sirve querer ocultarla”, dijo ese día el mandatario.
En esta nueva etapa de “Responsabilidad Individual”, había dicho el gobernador: “Cada ciudadano tendrá que vigilar su comportamiento, ser consciente y hacerse responsable de su salud y la de sus familias”.
El rol del Estado como “vigilante” de las medidas sanitarias, recurriendo incluso a la fuerza pública para hacerlas cumplir, se había acabado; ahora vendría el “cuidado” mutuo: “Nos vamos a repartir la responsabilidad, los ciudadanos deberán de cuidarse a sí mismos y a su familia, no salir a la calle más que para lo estrictamente necesario, usar cubrebocas, seguir todas las medidas de salubridad e higiene; ya no se trata de vigilarnos, se trata de cuidarnos entre todos”.
La fase traía además otro gran cambio: dado que el Estado ya no fungiría como un policía persecutor de los ciudadanos, ahora estaría concentrado en otras tareas:
“El gobierno por su parte se va a enfocar en reforzar nuestra capacidad hospitalaria para tener más camas y una mayor atención médica, en ampliar la capacidad para hacer más y más pruebas, como nos lo propusimos, y por más crudo que se escuche, también, en coordinación con los municipios, nos vamos a concentrar en ampliar la capacidad funeraria para el correcto manejo de cadáveres por el COVID-19“, dijo el gobernador.
Brazos caídos
Aquel mensaje del 11 de junio en el que el gobernador Alfaro Ramírez mostraba una postura de brazos caídos ante el crecimiento exponencial del coronavirus, se consideró una reacción directa al caso de Giovanni López, el joven que fue detenido por policías municipales por no portar cubrebocas, y quien moriría a manos de los uniformados.
El gobernador había decretado que se utilizara la fuerza pública para hacer cumplir las medidas sanitarias, incluyendo el uso del cubrebocas, por lo cual la muerte de Giovanni, difundida el 3 de junio, le significaba un duro golpe político, capitalizado por sus opositores, quienes lo utilizaron para denunciar el talante autoritario del mandatario.
Si a esto se suma el mal manejo de las protestas que se dieron por el caso Giovanni, particularmente la del 5 de junio cuando la Fiscalía local desapareció y torturó durante algunas horas a los manifestantes, lo que resultó de todo ello fue un serio descalabro a la imagen del gobernador.
Fue en ese contexto, aún en la turbulencia del caso Giovanni, que el Gobierno de Jalisco dejaba atrás su postura proactiva ante la pandemia que tantos réditos le había traído al gobernador –le dio proyección nacional– para decretar la “Fase de Responsabilidad Individual”, donde la autoridad se plegaba a incrementar la capacidad hospitalaria y de manejo de cadáveres por el COVID-19.
Llega el “Botón de Emergencia” a Jalisco
Este 7 de julio, sin embargo, lejos de la postura derrotista que se había adoptado casi un mes antes, el Gobierno de Jalisco retomó su rol activo ante la pandemia para anunciar la creación de un “Botón de Emergencia”, el cual se hará efectivo si la población no acata las medidas sanitarias impuestas por el gobernador.
Alfaro Ramírez dejó a un lado la “Responsabilidad Individual” donde “cada ciudadano tendrá que vigilar su comportamiento” para advertirle a la población que, si incumple con las medidas y protocolos sanitarios, activará el “Botón de Emergencia” para “parar en seco” toda actividad decretando un “confinamiento total” por 14 días:
“Al decir ‘parar en seco’ nos referimos a una medida más drástica que la que tomamos en la primera etapa del aislamiento social”, mencionó.
“Significaría cerrar toda la industria, el comercio y los servicios. Sólo se mantendría la operación de los servicios de salud, de seguridad y los relacionados con abasto de alimentos. En este periodo de confinamiento total no podrían operar los restaurantes ni en su modalidad de servicio a domicilio”, aseguró.
El mandatario expuso que no podrían operar los tianguis, bancos, iglesias, ni el gobierno ni las plazas o corredores comerciales. Sólo podrían abrir entre semana mercados y tiendas de autoservicio solamente para venta de alimentos.
El gobernador activará su “Botón de Emergencia” considerando dos indicadores: Saturación del sistema hospitalario y tasa de incidencia semanal por fecha de inicio de síntomas.
Aunque se suponía que el estado se encontraba en la “Fase de Responsabilidad Individual”, el gobernador reprendió de nuevo a los jaliscienses, como lo solía hacer hasta antes de esta etapa:
“La gente por su parte, no entendió que había que quedarse en casa salvo para lo estrictamente necesario y por eso vemos en los últimos días sitios abarrotados en la ciudad con gente de paseo y centros turísticos como Tapalpa, Chapala, Tequila o Mazamitla saturados de visitantes. La reactivación económica sólo tenía que impactar el 7% de la movilidad en nuestro estado. Lo que hemos visto en estos días es otra cosa: una muestra clara de irresponsabilidad e inconsciencia que nos ha puesto en riesgo a todos. Esto no puede seguir así”.