La eliminación del Instituto Jalisciense para Migrantes por parte del Gobierno de Jalisco ha dejado en el abandono no solo a los migrantes centroamericanos que llegan al estado, sino también a los mexicanos que son deportados por las autoridades estadounidenses, advierte la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ).
Con la llegada del gobierno de Enrique Alfaro, en diciembre de 2018, se determinó la desaparición de múltiples organismos públicos bajo supuestos criterios de austeridad; pero, el Instituto Jalisciense para Migrantes se eliminó sin ser reemplazado por otra instancia con las mismas capacidades de gestión.
Así lo señala la CEDHJ en su Informe especial titulado “Sobre los acompañamientos realizados desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco a personas migrantes internacionales y nacionales, solicitantes del reconocimiento de la condición de refugiado y refugiada 2019”, publicado en agosto.
“Con la nueva administración desapareció el Instituto Jalisciense para Migrantes, el cual se encargaba de atender el tema migratorio a nivel estatal. Actualmente quien lo hace es la Dirección de Atención a Personas Migrantes; sin embargo, esta se encuentra limitada económicamente y en recursos humanos”.
La comisión ha intentado colaborar con esa dirección, pero, ha constatado que se encuentra rebasada por la situación y su respuesta no es efectiva.
“La oficina no ha respondido de manera oportuna en los casos que esta comisión ha canalizado y es importante que a esta dirección se le asigne mayor presupuesto y personal para atender los diversos casos que se presentan en la entidad, de lo contrario, no será posible que el estado actúe de manera oportuna en la promoción, protección, defensa y garantía de los derechos de la población migrante, deportada, solicitantes del reconocimiento de la condición de refugiados y refugiadas”, se lee.
Una situación denunciada por la CEDHJ es la que padecen los mexicanos deportados por el Gobierno de Estados Unidos, quienes, al no encontrar en Jalisco ningún órgano especializado en su acompañamiento, terminan en situación de calle en los alrededores de las vías férreas que cruzan Guadalajara.
Mexicanos olvidados
En las visitas que realizó en el 2019, la CEDHJ descubrió que en el segundo semestre de ese año había más mexicanos pernoctando en esos lugares, que migrantes provenientes de otros países.
“En los primeros cinco meses de 2019, la mayor parte de la población eran migrantes internacionales que iban rumbo a la frontera para llegar a Estados Unidos.
“Sin embargo, a partir de junio, ya no fue así, pues había más presencia de connacionales que son deportados de Estados Unidos. Se trata de hombres de treinta a cincuenta años, al dialogar con ellos referían que intentarán nuevamente llegar a ese país, pues su vida está allá: familia, trabajo, casa, etcétera”, dice el informe.
La eliminación del Instituto Jalisciense para Migrantes y la falta de albergues para apoyar específicamente al sector migrante, ha dejado al Gobierno de Jalisco sin herramientas para atender a las personas en esa condición.
En el caso de los mexicanos deportados encontrados deambulando en la ciudad, la CEDHJ indica que no existe un albergue específico para atenderlos y los que están en el Área Metropolitana de Guadalajara les dan uno o dos días y después ellos tienen que seguir su camino.
“Por ello es que terminan en las vías del ferrocarril, ya que, al no traer dinero, no tienen la posibilidad de rentar un espacio, la mayoría no cuenta con identificación (acta de nacimiento, pasaporte o INE) y se les dificulta encontrar trabajo por la falta de documentos”, explica.
Migrantes, personas invisibles
El desinterés que ha mostrado la administración alfarista por los migrantes —mexicanos y extranjeros—, se refleja en que tampoco están considerados en el presupuesto del estado.
Este abandono ha ocasionado que este sector enfrente barreras para acceder a servicios básicos como salud y educación; a fuentes de empleo que respeten sus derechos; e incluso a trámites de identidad como el registro de infantes y hasta casamientos.
Por ello, la CEDHJ solicitó al gobernador que se contemplen los procesos migratorios en el presupuesto de egresos del estado, ya que, en el Plan Estatal de Desarrollo no existe un presupuesto específico para atender el tema, lo que genera la inexistencia de programas y políticas públicas que garanticen la dignidad de las personas en contexto de movilidad humana.
Jalisco se ha convertido en estado destino para las personas deportadas, solicitantes del reconocimiento de la condición de refugiados y refugiadas”, por lo que existe “la urgencia de que el gobierno de Jalisco diseñe e implemente políticas de atención e integración
La CEDHJ también ha detectado a migrantes que llegan a Jalisco tras ser deportados por Estados Unidos para esperar hasta que su solicitud de asilo llegue a un juez estadounidense.
“Externan que vivir en los estados del norte del país es difícil por el contexto que se vive en la frontera: los albergues están rebasados; no hay un lugar para resguardarse y satisfacer necesidades básicas (alimentos, vivienda, salud, etcétera); viven en situación de calle y precariedad; y, cuando son familias, es más complicado por el bienestar de las niñas, niños y adolescentes”.
