En Jalisco los problemas que se relacionan con el flujo, cantidad y calidad del agua se han ido agravando año con año. Esto quedó demostrado en el informe sobre Derechos Humanos en Jalisco 2018, publicado por el Centro de Justicia para la Paz y el Desarrollo (CEPAD).
Allí, en el apartado relacionado con el suministro del recurso, el experto del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Carlos Peralta Varela, señaló que pese a las denuncias sobre el abuso en el consumo y extracción del agua en la región, esto no ha tenido una repercusión importante en la agenda del Gobierno estatal, a quienes se critica por no hacer lo suficiente para contrarrestar las carencias.
En buena medida, las problemáticas relacionadas con el agua de Jalisco se derivan de los modelos de uso poco o nada sustentables; esquemas de consumo como el urbano-industrial y el agropoductivo están propiciando el continuo deterioro de lagos y acuíferos, con una evidente repercusión en los ecosistemas y en la calidad de vida de los habitantes.
“Promover un modelo urbano-industrial y agro-productivo extractivista que favorece al interés privado por encima del público, ha conllevado al deterioro de la calidad y cantidad del agua en ríos, cuerpos de agua y acuíferos, con graves impactos en la salud humana”, explicó en su informe Peralta Varela.
Esta crítica se suma a las recientemente presentadas por organizaciones ciudadanas en donde se denuncia la existencia de un acaparamiento de grandes cantidades de agua en pozos subterráneos por parte de empresas que, además, abonan a la contaminación de afluentes como el Río Santiago y el Lago de Chapala.
Hoy por hoy, estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) retomados por el académico, apuntan que la concentración de arsénico y fluoruro en el acuífero Lerma-Chapala se duplicó en los últimos 14 años. Destacando el hecho de que este sistema hídrico es la principal fuente para el abastecimiento de agua de millones de habitantes en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
“Se han reportado niveles altos y extremadamente altos en algunos de los parámetro físicos, químicos y biológicos medibles conforme a los niveles máximos permitidos en las normas oficiales mexicanas para potabilización del agua y de descargas residuales en aguas nacionales. Particularmente, es muy alta la presencia de coliformes fecales”, informó el experto en referencia a las sustancias identificadas en el Lago de Chapala.
Carencia y sobreexplotación
Por otro lado, la falta de acceso y el rezago en el suministro del recurso rompen por completo el concepto del agua como un derecho universal, consagrado en párrafo seis artículo cuatro de la Constitución Política de México, donde se señala explícitamente la obligación que tienen las autoridades para proveer el líquido a los mexicanos.
En Jalisco, los datos del Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2019, muestran que en cuanto a los servicios básicos en la vivienda, el 2.5 por ciento de la población tapatía no tiene acceso al agua, mientras el 1.5 por ciento no cuenta ni siquiera con drenaje.
Además, de las 10 mil 948 localidades con las que cuenta el estado de Jalisco, sólo dos mil 525 cuentan con sistemas de abastecimiento de agua potable; en donde 129 localidades comparten la misma fuente de abastecimiento, de acuerdo con información de 2018 publicada por la Comisión Estatal del Agua.
Por si fuera poco, el estado cuenta con un registro de 695 regiones de aguas superficiales y tres mil 809 pozos profundos. Justo en el último aspecto, académicos de la Universidad de Guadalajara señalaron que es donde se enfrenta una mayor crisis, pues se ha podido detectar un alto grado de “estrés hídrico”, que se refiere a la disponibilidad y demanda del recurso.
“Una gran cantidad del consumo de agua en este país viene de aguas subterráneas. En 1975 teníamos aproximadamente 16 acuíferos sobreexplotados; hoy se considera que tenemos 105 acuíferos sobreexplotados”, señaló a finales de marzo Hermes Ramírez Sánchez, profesor de la división de Ingenierías e Innovación Tecnológica en el Centro Universitario de Tonalá.
Frente a este panorama que parece no tener solución, el también integrante de la asamblea del CEPAD señala que durante el 2018 se realizaron diversas acciones con relación a este tema. Protestas que se concentraron en la denuncia de problemas de cantidad o calidad que atentan directamente contra la sustentabilidad de la población.
En contraste con la movilización ciudadana, el académico dijo que no hay prioridad de las autoridades por atender la problemática del agua, a pesar de que tienen conocimiento e información técnica suficiente sobre la dimensión de la crisis que enfrenta el estado, como el relacionado con la contaminación en el sistema de Chapala.
Hace unas semanas, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, declaró con relación al problema del agua que éste no se podrá resolver durante su administración, debido a la falta de acciones de las pasadas gestiones.