Iztapalapa: inseguridad supera a la contingencia
En la alcaldía Iztapalapa, la crisis por Covid-19 está debajo de las necesidades de sus habitantes, quienes deben de poner en primer lugar su trabajo y la situación de inseguridad que existe en la demarcación
David MartínezEn una de las colonias con mayor índice delictivo de la Ciudad de México, la contingencia sanitaria pasa a segundo plano por la inseguridad y las necesidades básicas de la población. Se trata de la colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, alcaldía Iztapalapa, donde a diferencia del centro de la capital, la gente sale y hace su vida casi normal.
Iztapalapa es la demarcación territorial con más casos de Covid-19 y mantiene una tasa de 30 de contagios por cada 100 mil habitantes, muestra el mapa interactivo habilitado por la Secretaría de Salud del Gobierno de México.
Los colonos de esa comunidad viven como si la crisis por Covid-19 no existiera y las medidas sanitarias para prevenir contagios fueran una insistencia de las autoridades que solo queda en algunos letreros rojos con la leyenda “Quédate en casa”.
Dicha colonia fue de las primeras reconocidas como punto rojo en abril de 2019 cuando la Guardia Nacional entró en operaciones en la capital y desde entonces, el cuerpo de seguridad federal la patrulla.
El Portal de Datos Abiertos de la Ciudad de México muestra que la Desarrollo Urbano Quetzalcóatl se encuentra entre las 30 colonias con mayor índice delictivo durante 2019 de las más de mil que existen en la capital.
La misma fuente muestra que durante el año pasado fue la segunda colonia con mayor comisión de delitos en Iztapalapa con un total de 973 carpetas de investigación abiertas por la Fiscalía General de Justicia (FGJ), solo por debajo de la Central de Abasto que durante ese periodo acumuló mil 648 indagatorias judiciales.
Para llegar a la Desarrollo Urbano Quetzalcóatl hay que tomar un camión desde la estación del Metro Constitución de 1917 de la Línea 8.
Ver la avenida Manuel Cañas, la principal, es una señal de que ya llegaste.
Desde el principio de la vialidad, se pueden apreciar ópticas, estéticas, barberías e incluso establecimientos de renta de trajes para fiestas abiertos, que son considerados como no esenciales y deberían estar cerrados.
El 30 de marzo, se publicó un decreto en la Gaceta Oficial en donde se ordena el cierre de giros mercantiles no esenciales, con excepción de los que venden o distribuyen alimentos, medicamentos o refacciones.
José Rodríguez tiene tres años viviendo ahí, para él, el coronavirus sí existe pero en su vida diaria están más presentes las balaceras y asaltos que ocurren en su colonia.
“En el último mes, hubo como cinco balaceras, allá por la calle de pozos, es normal. Sí preocupa pero es normal que sucedan esas cosas, lo bueno de vivir aquí es que ya te conocen y no te asaltan”, relata.
También cuenta que la presencia policial en Iztapalapa es casi nula y la única patrulla que se puede ver durante el día es una que está frente a un Oxxo.
“Lo están cuidando porque aunque está la cámara de vigilancia en el poste, lo han asaltado como cuatro veces en este año”, relata.
Por las calles de la colonia, se ven a iztapalapenses caminando o haciendo fila en las tortillas sin portar cubrebocas o guardando la sana distancia de un metro y medio entre una persona y otra.
José sí cree en la pandemia y que el Covid-19 es una enfermedad pero se mantiene escéptico respecto a la magnitud del problema.
“No sé de algún caso, no sé bien qué pensar, no sé si es tan grave pero muchas personas tenemos la necesidad de trabajar y para todos no es tan fácil encerrarse”, señala.
No obstante, trata de no salir a la calle más que para ir por alimento o cuando tiene que ir a su trabajo.
El hombre, de 34 años de edad, labora en una microempresa que fabrica moldes para elaborar diversos objetos como tambos y tiene que ir una o dos veces a la semana por materiales.
Además, actualmente la mayor preocupación para José es la económica no la pandemia.
Como la empresa donde trabaja cerró y bajaron los clientes, el dueño les redujo el sueldo 30 por ciento.
Ha sido testigo de cómo algunas tiendas han encarecido los productos aun cuando la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha advertido durante la pandemia que no hay razones para ello.
“Desde la primera semana, el huevo andaba como en 50 pesos y el tomate como en 44”, menciona y refiere que eso le complica pagar su renta.
“Nos vamos a quitar cuando nos digan” tianguistas de Iztapalapa
En el tianguis de la colonia, principalmente en los puestos que venden verduras, los habitantes de la Desarrollo Urbano Quetzalcóatl no guardan la sana distancia.
Algunos llevan cubrebocas y los locatarios incluso tienen gel antibacterial.
Irma Fernández, una locataria, indica que pese a la contingencia, sus ventas se mantienen y que la autoridad los ha obligado a cumplir con medidas sanitarias.
“Tenemos gel antibacterial, nuestra mascarilla y tratamos de lavarnos las manos seguido”, explica.
Se le pregunta si ha solicitado a los clientes que guarden la sana distancia, pero menciona que es imposible.
“Nosotros hacemos lo que nos indican pero no podemos decirle a la gente cómo se tiene que portar, ellos vienen a comprar y necesitamos ese ingreso, si les decimos algo tal vez se molesten”, añade.
Por último, entiende que la pandemia está en la fase más crítica y considera incierto su futuro.
“Nos vamos a quitar cuando nos digan, quién sabe si el sábado nos darán chance de venir”, señala.