Israel: un año de guerra y la violencia continúa

En el último año, Israel se volvió el foco de atención a nivel mundial, y no por sus avances tecnológicos o por una protesta social, sino por el ingreso ilegal de Hamás a su territorio, donde dejó a mil 200 personas sin vida, dos mil 700 heridos y más de 200 desaparecidos.

Por las agresiones a su pueblo, al que Hamás llegó a calcinar o matar a sangre fría al interior de su casa o durante la fiesta de Nova, en los últimos 12 meses Israel no ha dejado hacer lo que sentenció hace un año: terminar con el grupo terrorista por los crímenes cometidos y recuperar a los rehenes que siguen en cautiverio.

“Lo que más duele y lo que es más difícil es pensar que todavía hay 101 personas secuestradas en Gaza. Nadie se imaginaba que civiles que fueron secuestrados desde sus camas, desde sus casas un sábado en la mañana, iban a seguir secuestrados en una situación terrible, en condiciones de tortura, de humillación, en túneles oscuros, húmedos, sin comida, sin aire, sin luz, y sin que Hamás esté dispuesto a liberarlos”, declara para Reporte Indigo la embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger.

En voz de la diplomática, en Israel nadie se imaginaba que iban a estar un año después en guerra, la cual, reafirma, fue forzada, “inesperada, un ataque sin ninguna provocación de parte de Israel”.

Previo al 7 de octubre del 2023, aunque el Estado de Israel era señalado de cometer “opresión y dominación a la población palestina en todas las zonas bajo su control”, según difundió Amnistía Internacional a inicios del 2022, la realidad es que parte del pueblo judío era cercano a sus vecinos de Gaza.

“El 6 de octubre del año pasado, antes del ataque, estábamos viviendo tranquilamente con la frontera de Gaza. Miles de trabajadores (palestinos) pasaban todos los días de Gaza a Israel a trabajar y a volver a sus casas para llevar el pan a sus familias. Nosotros no tuvimos intención de que empezara esta guerra”, afirma la embajadora.

Así también, el pasado 30 de octubre, el mayor Roni Kaplan, portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), compartió vía redes sociales un ejemplo de la cercanía que existió entre el pueblo israelí y el palestino. Afirmó que del kibutz Nir Oz, ubicado a 1.6 kilómetros de la Franja de Gaza, llevaban a personas que estaban bajo el gobierno de Hamás a hacerse quimioterapia a hospitales israelíes. Incluso el jefe del grupo terrorista, Yahya Sinwar, fue operado de cáncer en el cerebro en territorio israelí.

A pesar de la ayuda y colaboración que hubo entre ambos pueblos, un año después del ataque de Hamás a Israel, son las fuerzas armadas israelíes y su gobierno los señalados de cometer crímenes de lesa humanidad por dejar sin vida civiles palestinos inocentes.

Respecto a las acusaciones que hay sobre Israel, la embajadora Einat Kranz Neiger deja en claro que no hay una guerra contra la población palestina.

“No queremos que sufra (el pueblo palestino). El sufrimiento de gente inocente es siempre terrible, siempre triste y no es lo que quiere Israel. Los ciudadanos palestinos no son nuestros enemigos, nuestro enemigo es el movimiento terrorista Hamás, que aterroriza a su propia población (…) Los están utilizando como escudo humano.

“Hamás tiene esta estrategia de colocar armas, sus lanzadores de cohetes, dentro de casas, lugares muy poblados, dentro de mezquitas, de escuelas, cerca de las oficinas de Naciones Unidas; eso hace que cuando Israel tiene que atacar a los terroristas o eliminar un lanzador de cohetes, existen daños a la población civil que está cerca”, precisa.

A pesar de avisos continuos por parte de las fuerzas de Israel para que la población desaloje las zonas donde podrían atacar a terroristas, los decesos siguen. De acuerdo con datos arrojados por el Ministerio de Salud de Gaza, al pasado 2 de octubre se registraron 41 mil 689 palestinos muertos.

Golpe nacional a la economía y turismo

Con una guerra que cumple su primer aniversario, Israel ha dejado de ser uno de los principales destinos turísticos.

De acuerdo con el portal Statista, mientras que en septiembre del año pasado los turistas que llegaron a Israel alcanzaron un aproximado de 330 mil 900, en octubre llegaron a 98 mil 600. Asimismo, mientras que el turismo generó 1.4 mil millones de dólares en el tercer cuarto de 2023, después del ataque la cifra cayó a menos de un tercio.

Al respecto, la embajadora confirma que el conflicto sin duda ha afectado el turismo en Israel, sobre todo porque “la gente no quiere llegar a un país que está en guerra”. Asegura que aunque en gran parte del año no ha habido problemas con la llegada de turistas a distintas partes de su Estado, los turistas son mucho menos que en años pasados.

Los últimos 12 meses también han golpeado la economía del país de Medio Oriente, pues mientras que en 2022 su PIB creció un 6.5 por ciento, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la institución espera que este año alcance el 1.6 por ciento.

El profesor Rubén Ramos Muñoz, internacionalista de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, señala que la economía no es la única afectación que Israel ha sufrido con la guerra, sino la degradación de los grados crediticios impuestos por diversas calificadoras.

En febrero pasado, Moody’s bajó su calificación para Israel por primera vez en su historia, hecho que se repitió a finales de septiembre, y Standard & Poor’s hizo lo propio el primero de octubre, citando la posibilidad de que la guerra en Gaza continúe y el conflicto en Líbano se intensifique.

Una solución que no llega y el problema se complica

Durante el conflicto en Medio Oriente, la comunidad internacional, e Israel mismo, han expuesto algunas soluciones, pero a lo largo de un año la crisis sigue intacta.

En su momento, Qatar y Egipto presentaron un plan de paz que tanto Estados Unidos como el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas respaldaron.

El actual plan de cese al fuego, el cual se ha alargado durante todo el año, plantea tres etapas que, en conclusión, sugieren a los combatientes que bajen las armas para alcanzar una tregua duradera.

En la primera de estas etapas se daría un alto al fuego de seis semanas, tiempo durante el cual Hamás liberaría a 33 rehenes a cambio de prisioneros palestinos y el retiro de tropas israelíes de áreas pobladas de Gaza; la segunda, finalizaría con el intercambio de rehenes por prisioneros y marcaría el comienzo de un cese al fuego permanente para terminar en el último paso que se refiere a la reconstrucción de la franja y el fin del bloqueo comercial  a cambio de un desarme permanente de Hamás.

Aunque Hamás aceptó las generalidades del acuerdo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, bloqueó el cese al fuego por detalles en el control de los cruces fronterizos y la ocupación del territorio palestino en Cisjordania.

Mientras Estados Unidos reitera la firmeza de su alianza con Israel, el presidente Joe Biden ha manifestado su disgusto frente a la postura del régimen israelí al tiempo que las tensiones se extienden por la región y su apoyo militar se ve en la necesidad de hacerse presente.

En opinión de la embajadora de Israel en México, Einat Kranz Neiger, la posibilidad de una solución que incluya un diálogo con Hamás no resultaría al ser un grupo que solo quiere destruir su nación.

Desde su perspectiva, la única negociación que podría darse con el pueblo palestino es de manera directa, a través de un diálogo sobre la mesa para negociar, en conjunto, una solución a los temas en los que no están de acuerdo.

“Para esto debemos tener una contraparte que quiera sentarse con nosotros a negociar las soluciones”, menciona.

Sobre una cercanía con Irán, que influye y financia los movimientos de Hamás y Hezbolá, entre otros grupos, la diplomática precisa que entre Israel y el Teherán no hay lazos diplomáticos, por lo que la propuesta de soluciones solo se da a través de otros Estados.

El papel de México y el gobierno de Sheinbaum

Ante un conflicto que parece no acabar, Israel llama a la comunidad internacional a presionar a Hamás y liberar a los secuestrados.

Dentro del llamado a nivel mundial, la embajadora Einat Kranz Neiger incluye a México, que el pasado 1 de octubre inició un nuevo sexenio.

“Estamos pidiendo, y quiero llamar a México y a la comunidad internacional, a hacer todo lo que esté en sus manos para que se puedan liberar a los secuestrados y, además de eso, presionar a Irán, a todos los terroristas, los grupos que están atacando a Israel para que bajen sus armas y nos permitan a todos volver a vivir en paz”, asegura la diplomática.

En voz de la embajadora, Israel quisiera ver al gobierno de México entendiendo y apoyando el derecho de su nación a defenderse, lo cual se le podría permitir a cualquier país que hubiera sido atacado.

“Estamos haciendo todo lo posible para minimizar los daños a la población civil y para defender a nuestra población, lo que es un derecho y el deber de un Estado democrático que se está defendiendo contra el terrorismo”, añade.

Con México, Israel tiene 72 años de relaciones diplomáticas que la embajadora cataloga como “amistosas y muy cercanas de cooperación en muchos ámbitos”; sin embargo, el gobierno mexicano saliente le heredó a su sucesora lazos tensos con su socio de Medio Oriente.

Las tensiones surgieron desde el momento en que el primer gobierno de Morena no se posicionó en total favor de Israel en el conflicto en Gaza, aunque sí respaldó, hasta el día de hoy, una solución a través del diálogo y la diplomacia.

El conflicto llevó a que, en mayo pasado, México se incorporara al caso contra Israel en la Corte Internacional de Justicia por genocidio en la Franja de Gaza, lo que sorprendió al pueblo israelí.

Para abordar el conflicto en Medio Oriente, el maestro Óscar Abada, maestro en Diplomacia y Relaciones Internacionales por la Escuela Diplomática de España e internacionalista por la UNAM, opina que el gobierno de la doctora Sheinbaum debe ser prudente y actuar de manera consistente con los principios de su política exterior, enfocándose en la promoción de la paz y el respeto a los derechos humanos.

A través del fomento del diálogo y de canales diplomáticos que permitan facilitar la pacificación es como, dice el también académico de la Universidad Anáhuac, debe perfilarse el gobierno entrante. Así también, asegura que México podría enviar ayuda humanitaria como suministros y medicina y, a su vez, colaborar con otras naciones para reforzar los esfuerzos.

“Sin tomar partido, sino respetando a los pueblos involucrados, la no intervención y evitar una relación con las dinámicas directas (…) Prohibiendo el uso de la fuerza como medida de resolución de disputas, es como podría dar sus primeros pasos para participar de manera elocuente”, declara Abad.