IPads para el control

Ceñidos a un grupo de poder, las decisiones que en la Universidad de Guadalajara (UdeG) se toman desde sus instituciones “democráticas” son unánimes. 

En las mismas no se permiten las diferencias y en ellas impera la sumisión que se ha pagado, al menos en los últimos dos años, con regalos disfrazados de donaciones.

Dichas donaciones han sido solicitadas y autorizadas por el propio rector general de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla, para ser entregados a los miembros del Consejo General Universitario (CGU).

Jonathan Ávila Jonathan Ávila Publicado el
Comparte esta nota
4,884
pesos
el valor de cada una de las 54 iPad’s mini donadas
previamente, en 2014, un total de 263 mil 736 pesos

Ceñidos a un grupo de poder, las decisiones que en la Universidad de Guadalajara (UdeG) se toman desde sus instituciones “democráticas” son unánimes. 

En las mismas no se permiten las diferencias y en ellas impera la sumisión que se ha pagado, al menos en los últimos dos años, con regalos disfrazados de donaciones.

Dichas donaciones han sido solicitadas y autorizadas por el propio rector general de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla, para ser entregados a los miembros del Consejo General Universitario (CGU).

Ya que, aunque poco visible, el Consejo es el máximo órgano de toma de decisiones oficial dentro de la máxima casa de estudios. En el recinto que alberga a éste poder se decide la distribución del presupuesto universitario y se elige al rector general cada seis años.

Su real control reside en la Comisión de Hacienda. Y aunque desde esta comisión se toman las más importantes decisiones, se debe de conciliar con los más de 180 consejeros que integran el CGU, de los que se piden los unánimes votos a favor de las decisiones cupulares. 

Para lograr tal fin, al menos en los últimos dos años, el rector general solicitó la donación de 161 iPads de la UdeG para ser dados a los consejeros alumnos, en un primer año, y profesores, en este 2015.

De acuerdo con actas de la Comisión de Hacienda, las dadivas iniciaron el 30 de octubre de 2014, cuando el rector general giró el oficio RG/420/2014 en el cual solicitaba expresamente la “autorización para donar las tabletas electrónicas (…) a los 54 consejeros alumnos”.

Este equipo en realidad eran iPad’s mini, marca Apple modelo A1432, que habían sido dadas a los consejeros por medio de la Coordinación General de Tecnologías de Información (CGTI) para sus actividades.

Reconocimiento a su labor

Como los consejeros no reciben remuneración por su ejercicio, la dirección de Finanzas argumentó que el regalo serviría como reconocimiento a su labor. La vía para poder realizarse era la autorización del rector general –de acuerdo al Presupuesto de Ingresos y Egresos–, así como de la autorización de la Comisión, según la Ley Orgánica de la UdeG.

En la sesión del 24 de noviembre de 2014, por medio del acuerdo 13.1, la Comisión de Hacienda autorizó la donación e instó al titular de la CGTI para que diera de baja el equipo.

Dos días más tarde, en el oficio IV/11/2014/2023/II, el rector general informaba al titular de la CGTI, Luis Alberto Gutiérrez Díaz de León, el acuerdo aprobado por la Comisión para que diera de baja el equipo.

Según consta en las notas de crédito para dar de baja el mobiliario y equipo de la Unidad de Control Patrimonial, el proceso de desincorporación de las tabletas inició hasta el 26 de febrero de 2015.

En esta nota de emisión se detalló el costo unitario de cada iPad, cuyo valor es de 4 mil 884 pesos, lo que da un total de 263 mil 736 pesos como costo total de lo donado. El proceso de donación concluyó el 20 de marzo de 2015, cuando fueron dadas de baja las tabletas y entregadas a los consejeros.

No obstante la historia siguió. Ya que el 27 de octubre de 2015 el rector general volvió a girar otro oficio para que nuevamente fueran donadas iPad a los consejeros universitarios alumnos y profesores.

Esta vez la solitud fue para que se donaran iPads a 53 alumnos y 54 profesores, con costo total de 522 mil 588 pesos, que se autorizó por parte de la Comisión de Hacienda el 27 de noviembre pasado.

Y aunque la autorización se encuentra en proceso de ser finalizada por parte de las dependencias encargadas de entregar y dar de baja el equipo universitario. La dádiva por más de 786 mil 600 pesos ya fue solicitada, autorizada y, sólo en el primer caso, concluida.

Se trata de una polémica similar en la que en agosto de 2014 se vio involucrado el Gobierno del Estado de Jalisco y Ricardo Villanueva Lomelí, como candidato a Guadalajara en las pasadas elecciones.

Por parte de la Secretaría de Desarrollo Económico se entregaron 100 tablets a empresarios agrogourmet de 18 municipios de Jalisco, cuyo costo total de 547 mil pesos fue criticado en redes sociales.

Un costo muy por debajo de los tres cuartos de millón de pesos que serán entregados a los consejeros universitarios con el beneplácito de la máxima jerarquía de la UdeG.

La toma de decisiones 

El Consejo General está sometido a un poder que se reduce a unos pocos, que también administran los recursos de la UdeG, integrados en la Comisión de Hacienda, presidida actualmente por Tonatiuh Bravo Padilla.

Sus actuales integrantes son José Alberto Castellanos Gutiérrez, quien es rector del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas y cercano al presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y exrector de la UdeG, Raúl Padilla López.

También están Enrique Velázquez González, actual dirigente sindical de los académicos y exdiputado local por el PRD.

José Alberto Galarza Villaseñor, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), organización creada por Raúl Padilla y que sirvió como apoyo para cimentar su poder en la universidad.

Ruth Padilla Muñoz, rectora del Centro Universitario de Tonalá, al que llegó tras no ganar la rectoría general y subordinada a Raúl Padilla.

Como secretario de actas y acuerdos está Alfredo Peña Ramos, cercano al exrector Padilla, sombra dirigente de la FEU y cuya oficina se encarga de los asuntos del CGU.

Consejo, poder oficial

En la historia de la UdeG el Consejo General ha fungido como poder oficial para realizar actos políticos a favor de quienes dirigen la casa de estudios.

Durante el mandato de Carlos Ramírez Ladewig, que dirigió y negoció con el gobierno estatal entre los años 60 y 70, se hicieron las reformas a la Ley Orgánica de la UdeG para que a este poder pudieran acceder los alumnos.

El alumnado representaba el principal pilar de poder de Ramírez Ladewig, ya que por medio de la entonces Federación de Estudiantes de Guadalajara controlaba tanto a académicos, profesores y alumnos, con base en las armas y la cooptación.

Incluso fue como dirigente de la FEG que Raúl Padilla López inició su carrera para la toma del poder universitario. 

Tras la muerte de Carlos Ramírez en 1975, su hermano Álvaro asumió el poder y encumbró a Raúl Padilla.

Con la llegada de Raúl Padilla a la rectoría se hizo del poder del Consejo General y desplazó a la FEG para abrirse paso y cimentó el cargo que tras bambalinas ostenta hoy.

Posteriormente, cuando en 2008 el exrector Carlos Briseño Torres intentó desplazar al ya entonces exrector Padilla López, éste último utilizó al CGU para destituir a Briseño y colocar a alguien afín a él.

De esa forma el poder institucional universitario ha servido como órgano oficial para beneficio de las decisiones a favor de la industria cultural que Padilla controla en la UdeG, además de que durante su rectoría se reformó la ley orgánica para no permitir la creación de organismos estudiantiles independientes a la FEU, cuya penetración no vulnera el poder del exrector.

Síguenos en Google News para estar al día
Salir de la versión móvil