Éste es el tercer caso financiero en el que el órgano regulador presidido por Guillermo Babatz no toma medidas preventivas, aun cuando la decisión puede afectar a los inversionistas
Después de casi cuatro años de juicio y ante el silencio de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que preside Guillermo Babatz, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió embargar a Banco Invex.
La SCJN rechazó el recurso de revisión que la institución crediticia presentó el pasado 8 de marzo, según el expediente 894/2008 y designó a Jorge Alberto Mena Ramírez como interventor para tomar posesión de la administración de ese banco.
El pasado 23 de mayo de este año, el Juez Cuadragésimo Noveno de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, determinó embargar al banco por un adeudo que supera los 27 millones de pesos incluidos los intereses.
Además informó que el interventor tomará la administración del banco esta semana, hasta recuperar la deuda que Invex tiene con la empresa proveedora.
Y como la CNBV no se ha manifestado en ningún sentido, pese a que el juicio lleva ya cuatro años, la SCJN le notificó al órgano regulador que Jorge Alberto Mena Rodríguez se hará cargo de la caja del banco.
En el medio financiero, se comenta con sorpresa que Guillermo Babatz, como presidente de la CNBV no haya tomado cartas en el asunto.
Ahora con el embargo de Invex, antes Bulltick y luego el cambio en la metodología del Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, ya son tres los casos en los que la CNBV no ha echado mano de su facultad regulatoria para poner orden.
Llama la atención, también, que el monto del pasivo acumulado es irrisorio comparado con las utilidades netas que Invex obtuvo y que a finales de 2010 sumaron siete mil 848 millones de pesos.
Incluso, el banco informó que este año repartirá entre sus accionistas, dos mil 166 millones de pesos que obtuvo de dividendos en 2011.
Es muy grave que por no resolver las cosas a tiempo, la administración de un banco quede en manos de un acreedor, y lo peor de todo es que estas decisiones afectan a los clientes e inversionistas de Invex.
Paga…no quiero
De 2008 a la fecha, la institución crediticia se negó a pagar los 25 millones 546 mil 943 pesos a la firma Taylor Marketing, por incumplir con el pago de servicios derivado de un contrato de promoción de las tarjetas de crédito.
El monto reclamado deriva de la falta de pago a los proveedores de nueve mil 458 solicitudes para la tarjeta Liverpool Club Card (de un total de 20 mil 746 pues sólo pagaron 11 mil 288) y 15 mil solicitudes del plástico Spira (de un total de 17 mil 626 y del que sólo pagaron 2 mil 234).
Fue un estira y afloja. Juicios de amparo, un recurso de revisión ante la Suprema Corte para ganar tiempo. Ahora la institución financiera tendrá que asumir las consecuencias de negarse a pagar, explicó a Reporte Indigo, Carlos Odriozola Mariscal, abogado representante de Taylor Marketing.
El banco que forma parte del Grupo Financiero Invex del que es presidente y director general Guichard Michel desde hace 20 años, alegaba que sólo debía pagar las solicitudes cuando el crédito llegaba a ser aprobado.
Pero el contrato con Taylor Markting establecía otra cosa, y por esta razón se interpuso una demanda de juicio ordinario mercantil.
Invex recurrió al bufete que lleva el ex procurador Antonio Lozano Gracia, para tratar de salvar el asunto mediante una denuncia penal, sin fundamento, que no tuvo éxito.
Ahora, tendrá que aceptar y asumir la resolución de la SCJN y si no deja que el interventor tome posesión de su cargo, los abogados tendrán la facultad de recurrir a la fuerza pública.
El alegato que argumentaron desde el principio los representantes legales de Guichard, es que no se debía permitir poner en riesgo la credibilidad de una institución bancaria ante el público inversionista.
Sobre todo, sentenció Odriozola Mariscal, con un adeudo “ridículo” comparado con los beneficios que la institución obtiene mes a mes.
Más que una negativa, opina, “es una necedad del banco en no pagar la tarjeta Spira no les representó un negocio”, y ahora quieren que los proveedores paguen sus fallas”.
