Intellego regresa a la cancha

El contrato que otorgó Pemex a Intellego en diciembre del año pasado es el último paso en un camino que inició en 2009 con un escándalo que involucró a dos de sus funcionarios. 

La compañía contratada en diciembre -por 12.9 millones de pesos para ordenar 800 mil transacciones financieras de la petrolera- ha recibido contratos millonarios durante la administración de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, aunque ha estado envuelta en polémica.

Peniley Ramírez Peniley Ramírez Publicado el
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800,000
transacciones financieras de la petrolera, debían ser ordenadas
El contrato originalmente se firmó por 107 millones de pesos y cubriría servicios tecnológicos para los ejercicios fiscales 2009, 2010 y 2011

El contrato que otorgó Pemex a Intellego en diciembre del año pasado es el último paso en un camino que inició en 2009 con un escándalo que involucró a dos de sus funcionarios. 

La compañía contratada en diciembre -por 12.9 millones de pesos para ordenar 800 mil transacciones financieras de la petrolera- ha recibido contratos millonarios durante la administración de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, aunque ha estado envuelta en polémica.

En marzo de este año la dirección de Superissste, el sistema de tiendas de autoservicio del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), les otorgó por adjudicación directa un contrato por 159.5 millones de pesos. 

El objeto fue dar “servicios integrales de soporte operativo y mejora continua del ciclo comercial, financiero, operativo y administrativo” (Reporte Indigo, 16 de octubre del 2013).

La relación contractual con el ISSSTE comenzó desde mucho antes. En marzo de 2009, esa misma dependencia les había encargado integrar electrónicamente sus sistemas de finanzas.

El contrato originalmente se firmó por 107 millones de pesos y cubriría servicios tecnológicos para los ejercicios fiscales 2009, 2010 y 2011.

Iba a vencer en marzo de 2011 pero fue extendido primero hasta diciembre de ese año, luego hasta junio de 2012, después hasta junio de este año y finalmente debe vencer el 31 de diciembre próximo. 

Las autoridades no han explicado por qué los servicios de Intellego con el ISSSTE han sido renovados bajo el mismo contrato sin convocar a otra licitación durante casi tres años. 

Esta empresa forma parte ahora de las compañías afiliadas de Evercore, la empresa que dirige Pedro Aspe, el exsecretario de Hacienda de Carlos Salinas.

El escándalo en 2009

Tres meses después de que el ISSSTE le otorgara el contrato de software a Intellego, el diario Reforma reveló que Raúl Livas había sido funcionario de la compañía. 

Al momento de la publicación Livas el director corporativo de operaciones de Pemex, un puesto de segundo al mando en el corporativo. 

Su jefe directo era Jesús Reyes Heroles, entonces director general de la paraestatal, ahora su socio en la consultora EnergeA. 

El puesto de Livas en Intellego era inmediato anterior a su entrada a Pemex. Había fungido en la compañía de desarrollo tecnológico como director de desarrollo de negocios.

La polémica provino entonces porque Intellego es desde 2004 socio de SAP, la multinacional alemana especializada en diseños de productos informáticos para empresas.

Según Reforma, “SAP en México ha ganado millones de dólares en licitaciones y adjudicaciones con la petrolera”. 

En ese momento, el contrato vigente era una adjudicación multianual para unificar sus sistemas informativos. 

El caso Pemex-SAP obligó a renunciar a Manuel Reynauld, entonces director de Planeación Estratégica y Operativa de Pemex. La causa: aceptó un viaje ofrecido por SAP a una carrera de la Fórmula Uno.

El caso sirvió para que Livas admitiera que había asesorado a SAP a través de Intellego antes de entrar a Pemex. 

Dijo entonces a Reforma: “(Desde Intellego) le dimos asesoría en algunos aspectos al propio SAP, en esa época me tocó conocer a fondo toda la estructura de los sistemas de Pemex, entonces conocí toda la parte contable”.

Dos meses más tarde la revista InformationWeek entrevistó al director de SAP para México y Centroamérica, Ali Hamid, quien aseguró que el caso “fue un asunto político.

“Estoy seguro de que limpiaremos nuestro nombre con Pemex y el gobierno (…) estoy calculando que a finales de agosto-septiembre ya se desapareció el ruido (de Pemex) y podamos festejar un excelente arranque para el futuro”.

En efecto, la Secretaría de la Función Pública (SFP) anunció que habían iniciado una investigación que podría llevar a la inhabilitación del exfuncionario, pero el caso no prosperó. Actualmente ni la empresa ni el funcionario constan en ningún registro de servidores sancionados. 

Más aún, en junio del año pasado la oficialía mayor de la SFP contrató a Intellego para darles un curso sobre promoción de cultura organizacional del ciudadano. El contrato duró dos meses y medio, tuvo un costo de un millón 150 mil pesos. 

Segunda vuelta

El camino de regreso a la paraestatal inició en junio de 2010, cuando el Instituto Mexicano del Petróleo les pagó 520 mil pesos por actualizar el catálogo institucional de procesos de Pemex. 

Luego el año pasado la Comisión Federal de Electricidad les pagó 23.4 millones de pesos por hacer estudios y análisis matemáticos. 

El tercer paso sucedió en diciembre con la adjudicación para que organizaran 800 mil transacciones financieras. 

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