Tixtla: Insurgencia en llamas

El movimiento estudiantil de Ayotzinapa –surgido tras la tragedia de los 43 normalistas desaparecidos- logró ayer su cometido: boicotear las elecciones en el municipio de Tixtla.

Los simpatizantes de este movimiento evitaron la instalación de 15 casillas de votación ubicadas en el centro de Tixtla. Cantidad suficiente para que el Tribunal Electoral declarare nulas las elecciones en este pueblo y vuelva a intentar repetir comicios en los próximos meses.

César Cepeda César Cepeda Publicado el
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alcaldes fueron elegidos durante la jornada de ayer
"Hoy somos nosotros, pero mañana pueden ser ustedes"
Madre de uno de los 43normalistas desaparecidos
“En la Normal hay extranjeros, grupos anárquicos y normalistas de otros estados. No son de Tixtla”

El movimiento estudiantil de Ayotzinapa –surgido tras la tragedia de los 43 normalistas desaparecidos- logró ayer su cometido: boicotear las elecciones en el municipio de Tixtla.

Los simpatizantes de este movimiento evitaron la instalación de 15 casillas de votación ubicadas en el centro de Tixtla. Cantidad suficiente para que el Tribunal Electoral declarare nulas las elecciones en este pueblo y vuelva a intentar repetir comicios en los próximos meses.

Durante ese tiempo, los normalistas buscarán instaurar en Tixtla un consejo popular autónomo que sea la máxima autoridad en este pueblo de Guerrero.

La de ayer fue una jornada intensa e incendiaria en el municipio guerrerense sede de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”, donde cursaban los 43 estudiantes desaparecidos el año pasado en Iguala.

El fuego fue el protagonista de estas elecciones en Tixtla precedidas de un intento por parte de las Fuerzas Federales de sitiar este municipio buscando mantener bajo el control a los normalistas.

El día para los estudiantes y padres de los 43 comenzó a las 7 de la mañana con el repicar de las campanas de la catedral de Tixtla, cuna del insurgente Vicente Guerrero.

Tres diferentes grupos de normalistas –todos ellos encapuchados y armados algunos con palos y tubos- salieron en vehículos y caminando a recorrer los lugares donde se iban a instalar casillas de votación.

El despliegue de los normalistas provocó que los funcionarios electorales no opusieran resistencia para entregar las boletas.

“¿Nosotros qué chingados tenemos qué ver con eso?”, se preguntaba una mujer que le tocó ser funcionaria de la casilla de San Lucas, que fue la primera que aseguraron los simpatizantes de la causa estudiantil.

“Hoy somos nosotros, pero mañana pueden ser ustedes”, le contestó una de las madres de los 43 estudiantes desaparecidos que encabezaba el operativo de boicot electoral.

Tixtla ayer fue sacrificada por las autoridades electorales, estatales y federales. Durante la jornada electoral no hubo presencia de cuerpos de seguridad -ni estatales ni federales- que garantizaran la apertura de los centros de votación.

El personal del INE también dejó a la deriva a los ciudadanos convertidos en funcionarios de casilla que tuvieron que entregar el material electoral a los normalistas.

La acción de protesta logró en general evitar la instalación de 15 casillas electorales ubicadas en el centro del pueblo.

Las boletas, la papelería y el material, así como  las mamparas y sillas, fueron quemadas en el zócalo de Tixtla y también frente a los centros de votación.

Pero los normalistas fracasaron en su intento por irrumpir en la casilla ubicada en la colonia Vicente Guerrero, localizada sobre la Carretera Federal Tixtla-Chilpancingo.

En este punto hubo enfrentamientos entre normalistas y militantes afines al PRI que vigilaban la instalación de la casilla.

Los tricolores lanzaron piedras contra los estudiantes y ellos contestaron lanzando petardos contra los simpatizantes priistas, quienes estaban armados con piedras y palos.

Hubo por lo menos 4 normalistas que resultaron heridos por los proyectiles. Los estudiantes tuvieron que replegarse.

Los priistas estallaban de júbilo por la defensa exitosa de esta casilla, la única que se logró instalar en el centro de Tixtla.

“Los hicimos correr”, presumían.

Uno de los líderes propuso ir hasta las instalaciones de la Escuela Normal Rural

“Raúl Isidro Burgos”, localizada en las afueras de Tixtla, para buscar a los normalistas.

‘A punta de chingadazos’

Raúl Vega, uno de los voceros de este grupo afín al PRI, aseguró que los tixtlecos están cansados de las acciones que llevan a cabo los normalistas apoyados por personas que no son de Tixtla.

“En la Normal hay extranjeros, grupos anárquicos y normalistas de otros estados. No son de Tixtla”, asegura Vega.

También critica que el Gobierno del Estado los haya abandonado durante la jornada electoral.

“El gobierno está dejando que pase todo esto. Pero somos los ciudadanos los que vamos a defender las casillas. No vamos a permitir que se lleven esta”.

No encontraron resistencia

En la plaza principal –sobre las cenizas de la fogata que prendieron por la mañana los normalistas para destruir el material electoral- los priistas quemaron pertenencias y carteles del movimiento de Ayotzinapa.

En el zócalo de Tixtla se vivieron momentos de tensión protagonizados por los seguidores de los bandos.

Los dos grupos –separados únicamente por la explanada- se gritaban consignas e insultos.  

No hubo golpes, pero sí agresiones verbales y empujones. 

Mientras que los simpatizantes de Ayotzinapa gritaban: “¡Fuera el PRI! ¡Fuera el PRI!”, el otro grupo contestaba: “¡Fue el comité! “¡Fue el comité!”, en relación a quién ordenó a los estudiante desparecidos viajar a Iguala la noche del 26 de septiembre. 

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En alto riesgo Por Indigo Staff

 

 

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