San Pedro sin control

En su primer año como alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández ha logrado lo impensable: convertir el municipio sampetrino en una zona insegura.

El día de hoy, cuando Fernández rinda su primer informe de gobierno no podrá presentar buenas cuentas a los ciudadanos.

Ejecuciones, secuestros y una ola de robos han marcado la gestión del edil panista que por tercera vez se desempeña como alcalde del municipio más rico de México.

Los delitos han exhibido a la Secretaría de Seguridad Pública, a cargo ahora del mayor Luis Antonio Lucas Martínez, quien carece de una estrategia eficiente para combatir la inseguridad que viven miles de sampetrinos.

Lucas Martínez, egresado de la Policía Militar, llegó de la Ciudad de México para reforzar la seguridad en San Pedro, pero esto solo ha quedado en el discurso.

Todo apunta que la aplicación para teléfonos móviles “Safe Town” (Municipio Seguro) ha sido un fracaso, pues el anuncio de la instalación del botón de pánico para reportar personas o vehículos sospechosos y hacer denuncias, entre otras cosas, no ha evitado los robos y ejecuciones.

Incluso, la integración de tres pelotones que formarán un nuevo grupo de reacción, constituido por exmilitares y militares, no ha tenido resultados positivos.

A cinco meses del nombramiento como mando de la Policía de San Pedro, el mayor no ha podido contener los embates de la delincuencia común y organizada.

Tan solo este fin de semana se registró la ejecución de un joven en la colonia San Pedro 400 a plena luz del día, un robo de cinco cajas fuertes de una residencia en El Rosario y la liberación de dos secuestrados del restaurante London Pub.

En este último hecho, el alcalde de San Pedro, Mauricio Fernández, declaró públicamente que habrían sido “levantados” por un tema de drogas.

La familia de los plagiados optó por contratar a negociadores privados y pagar un rescate.

Esto exhibe que ni el propio Mauricio Fernández sabe qué está pasando en el municipio de San Pedro, considerado alguna vez como el más seguro de México.

Pero la pregunta queda en el aire. 

¿Qué hace la Policía de San Pedro para bajar los delitos? No se sabe exactamente, y la delincuencia común y organizada opera con toda libertad en este municipio.

La falta de resultados y vigilancia de la policía sampetrina para combatir la inseguridad abre la puerta para cuestionar el desempeño del mayor Luis Antonio Lucas Martínez, quien no ha tenido un inicio muy destacado.  

La vida nocturna en el Centrito Valle se ha convertido en el punto de operación de la delincuencia, pues la venta de droga al menudeo no tiene límite.    

En julio de este año, el Observatorio Ciudadano detectó que el robo con violencia en San Pedro subió en un 120 por ciento, de acuerdo al número de denuncias. En especial en los delitos patrimoniales, en robo a negocio y a casa habitación, comentó públicamente Jesús Cavazos, consejero de la Canaco Monterrey. 

Mauricio Fernández, edil de San Pedro, se dedicó más a decir que el estado enfrenta en la actualidad un reacomodo de organizaciones criminales, situación que se mantendrá por algún tiempo, pero nunca habló que el municipio que él gobierna también pasa por una crisis de inseguridad ligada el crimen organizado.

“Hay nuevos cárteles que se están formando y algunos de ellos tienen presencia en Nuevo León, no es un tema nada sencillo, es un reacomodo de organizaciones criminales que vamos a vivir por algún rato”, señaló públicamente el alcalde.

Inoperante la Inspección y Vigilancia

La Dirección de Reglamentos, Inspección y Vigilancia del Municipio de San Pedro pareciera estar acéfala y sin un orden.

Por ejemplo, el bar El Canto viola el horario de venta de alcohol, pues este fin de semana vendió cerveza después de las 2:00 horas sin ningún problema, y cerró hasta las 3:00 horas sin que fuera molestado por personal de esta dirección.

Aunque los encargados del antro aseguraron a Reporte Indigo que andaba personal del municipio afuera del bar, lo cierto es que no se apreció que estuviera supervisando el cierre de venta de alcohol.

Esto exhibe la falta de lealtad entre los bares en San Pedro, porque mientras algunos cierran a la hora que marca el reglamento de alcoholes, otros se pasan del horario para continuar operando.

Es decir, actualmente estos lugares no tienen una supervisión seria y se tiene un descontrol, lo que exhibe la inoperancia del área de Reglamentos, Inspección y Vigilancia del Municipio de San Pedro.

Dirección que tiene más de cuatro meses sin un director que ponga orden en los más de 200 bares que operan en el municipio sampetrino.