Durante su niñez y juventud Belén González nunca se sintió insegura en Coatzacoalcos, Veracruz. Desde que nació, hace 54 años, ha vivido en esa localidad y afirma que la delincuencia resquebrajó la tranquilidad de sus pobladores desde hace apenas unos 10 años.
“Recuerdo bien mi infancia y nunca se había vivido esto en Coatzacoalcos. Veíamos en la televisión hace años que Juárez (Chihuahua) era una de las ciudades en donde había más delincuencia incluso en horas del día, y ahora eso pasa aquí”, relata Belén.
Coatzacoalcos es la ciudad con la población urbana que menos segura se siente de todo el país. De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que presentó el Inegi en marzo de 2018, el 94.8 por ciento de las personas que habitan esa urbe dijeron tener temor al transitar sus calles.
Esa percepción de inseguridad también se ve en Fresnillo, Zacatecas, donde el porcentaje fue de 94.7 por ciento de su población; a esas dos zonas urbanas le siguen Chilpancingo, Guerrero, con 93.3; Cancún, Quintana Roo, con 93.2; y Ecatepec, Estado de México, con 92.3.
Belén González, quien comercia en Coatzacoalcos pulseras y collares para sacar adelante a su familia, hace dos años ocho meses fue víctima de uno de los delitos que más se han agravado en Veracruz en los últimos tiempos: la desaparición forzada.
Jacob Vicente Jiménez González, su hijo de 30 años, no volvió a casa desde el 25 de septiembre de 2015, tras un operativo que realizó la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz en su ciudad.
“Estoy viviendo una de las tragedias más dolorosas que puede haber por la ausencia de mi hijo. La desaparición forzada por particulares o elementos de la Seguridad Pública es algo común aquí en Coatzacoalcos”, agrega la mamá de Jacob, quien lidera el colectivo Madres en Búsqueda Belén González.
Jacob Jiménez es una de las 29 personas que, según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), han desaparecido tan solo en el municipio de Coatzacoalcos entre el 2012 y abril del 2018, aunque las organizaciones de búsqueda de desaparecidos aseguran que son muchas más.
Belén González detalla que en el operativo de septiembre de 2015 en el que su hijo desapareció, de al menos 30 jóvenes más no se supo su paradero, sin embargo, de esa fecha en el RNPED solamente se registraron 8 denuncias que son investigadas como desapariciones del fuero federal, es decir, que se persigue un probable delito de desaparición forzada.
La inseguridad que percibe la gente que radica en Coatzacoalcos no es espontánea, tan solo de 2015 a 2017 el número de homicidios aumentó más del doble de casos. Mientras en el primer año mencionado se denunciaron 46 asesinatos, dos años más tarde la cifra escaló a 119.
Los secuestros en ese mismo lapso fueron 47, de los cuales 5 ocurrieron en 2015, 28 en 2016 y 9 en 2017.
En cuanto a robo de vehículos, entre 2015 y 2017 hubo 2 mil 240 denuncias por ese ilícito, además de 242 robos a negocio.
“Tan grave es la situación que el día de ayer hubo tres ejecutados. Parte de los comercios que había en la parte del malecón están cerrados y muchos profesionistas han emigrado a otras ciudades, debido a las extorsiones y al cobro de piso”, concluye Belén.
‘Me han asaltado nueve veces’
Asus 23 años, Leonardo Vega ha padecido el aumento de la delincuencia en Ecatepec, Estado de México. Dicho municipio es un foco rojo en el país, debido a la alta incidencia delictiva que ocurre en sus calles.
En la última encuesta de Seguridad Pública Urbana, más del 92 por ciento de los ecatepenses no se sintieron seguros, inclusive cambiaron su rutina debido a los ilícitos más comunes cometidos como el robo en el transporte público o de vehículo.
Cifras oficiales señalan que entre 2015 y 2017 los delincuentes robaron 28 mil 395 vehículos, es decir, 26 cada día. En tanto que hubo 6 mil 035 denuncias por asaltos en la vía pública y 4 mil 602 por robo en transporte público.
Es por esa razón que el 90 por ciento de los habitantes de Ecatepec han optado por no llevar cosas de valor cuando salen de sus hogares, el 74 por ciento evita salir de noche y un 63 por ciento no permite que los niños salgan de casa para jugar; lo anterior, con un propósito claro: no ser blanco de la delincuencia.
Debido a que Leonardo se transporta todos los días para ir al trabajo, la mayoría de los asaltos que ha sufrido han ocurrido en camiones.
Debido a sus actividades el joven regresa a su hogar entre las nueve y las 10 de la noche, y ha tenido que optar por tomar taxis o solicitar Uber para no subir a camiones, pues afirma que en las noches es cuando más ocurren los robos.
Además de que Vega ha sido víctima de asaltos, sus familiares más cercanos también han sufrido el incremento de la inseguridad.
“A mi hermana le robaron su vehículo justo en mi casa. Consideramos que la zona es insegura y que tendría que haber cambios en general para que eso vaya disminuyendo, como mejorar el transporte, las vialidades o que haya más alumbrado público”, explica Leonardo, quien ha radicado toda su vida en la colonia Jardines del Tepeyac, municipio de Ecatepec.