Si bien las iniciativas ciudadanas parecerían enfocadas a acercar al mexicano de a pie a la labor legislativa, tradicionalmente vista como una tarea distante a la población, estas primeras muestras dejan entrever que se trata de otro ejercicio de democracia participativa en el que realmente sigue siendo la clase política la que lleva la batuta de la conversación. Como ha ocurrido con otros ejercicios implementados durante los últimos seis años.
Luz María Cruz Parcero, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, reflexiona sobre la similitud entre las iniciativas ciudadanas y las consultas populares como la llevada a cabo a inicios de agosto. Señalando que, cuando estos ejercicios se impulsan desde arriba, su función se centra en legitimar al poder en turno. Mientras que, cuando vienen desde abajo, son ejercicios mucho más fuertes que ponen al centro debates de mayor interés.
“Se pueden consultar asuntos que le interesen al gobierno, al Poder Legislativo, por supuesto. Pero falta incorporar mecanismos donde no sea tan exigente la ley para la ciudadanía con el fin de propiciar que los ciudadanos podamos participar.
Por su parte, Juan Manuel Aguilar Antonio, investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia, equipara las limitantes a la participación ciudadana y el uso dado por la clase política a este mecanismo a lo visto con la figura de la candidatura independiente. Recordando que la basta mayoría de quienes lograron aparecer en boletas por esta vía tenían trayectorias políticas al interior de partidos, como Jaime Rodríguez, electo gobernador de Nuevo León hace seis años.
“Creo que no se han desarrollado interlocuciones adecuadas. Generalmente, tiene que ver con dos factores fundamentales: los candados que existen dentro de la legislación, dentro del marco constitucional, y la ausencia de política por parte de los mismos actores políticos. Ya sea legisladores, gobernadores, alcaldes. Si estos mecanismos fueran más efectivos, podríamos ver a colectivos de la sociedad civil, apoyados por organizaciones internacionales, marcando agenda”.
Ambos especialistas consultados por Reporte Índigo coincidieron en la problemática que representa mantener el marco legado, diseñado y aprobado por los partidos políticos, del cual han logrado sacar beneficios que les permiten, entre otras cosas, mantener el control de la agenda legislativa del país. Señalando también la falta de diálogo con los sectores de la sociedad civil al momento de elaborar y debatir nuevas leyes.