Durante una entrevista, el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, opinó sobre el conflicto que prevalece en estos momentos en Venezuela, de lo que señaló se debe buscar un acuerdo a través del diálogo y los mecanismos democráticos que se establecieron en aquel país.
De acuerdo con el titular del INE, llegar a la violencia significaría el agotamiento de las vías democráticas en Venezuela, y afirmó que México no puede cerrar los ojos en la situación que vive ese país, acción que podría ser insensata.
“En todo caso, sí lo que creo que es compartido y sería insensato no hacerlo, es cerrar los ojos frente a una situación crítica de un país hermano que ojalá se resuelva de la manera como tienen que resolverse las diferencias políticas en el mundo moderno; es decir, a través de cauces democráticos y con el respeto irrestricto de los derechos fundamentales”, expresó Córdova.
El funcionario también señaló que es posible que, ante la petición de ciudadanos venezolanos de solicitar la colaboración del INE en las elecciones de Venezuela, el Instituto apoye de manera asistencial y técnica siempre y cuando exista una petición oficial de un organismo electoral.
“La asistencia tiene que ser respetuosa de las distintas coyunturas, tiene que ser pedida porque de otra manera estaríamos hablando de una imposición de la que el INE nunca ha sido parte ni cuando era IFE, ni será parte en el futuro”, explicó.
El presidente del INE también declaró que el ejemplo de Venezuela sirve para entender que la descalificación y la polarización pueden poner en riesgo la democracia.
“Venezuela es un ejemplo importante de la necesidad que en democracia supone el respeto a las posiciones distintas y los riesgos que para la democracia significa la polarización y la descalificación del contrario”, manifestó.
Agregó que lo único que debe respetarse es el orden democrático y global de la modernidad, ya que los organismos multilaterales son las instancias de respaldo y en el ámbito de sus competencias y deben promocionar la defensa y el respeto de los derechos humanos.
“Democracia y derechos humanos son una apuesta civilizatoria de la modernidad y no es algo que dependa de la soberanía, sino que supone el orden democrático y global de la modernidad”, concluyó.
