"Se entregarán en sitio un promedio de 30 árboles mensuales a partir del mes de septiembre del año en curso, siempre y cuando su ubicación haya sido aprobada previamente por la Dirección de Imagen Urbana”
La colonia fue concebida con una vocación residencial, con vistas panorámicas y un respeto a la naturaleza, pero los vecinos han tenido que acudir a los juzgados federales para litigar contra obras que amenazan el ecosistema
El frenesí por el desarrollo urbano en San Pedro ha ocasionado la deforestación en la zona de la Sierra Madre, donde hasta el año pasado se habían derribado más de 400 árboles nativos, algunos de ellos centenarios.
Aunque el Ayuntamiento sampetrino se comprometió a reemplazarlos, hasta la fecha no se ha reforestado el área, donde se continúan diversos proyectos inmobiliarios como la torre Nubo.
Ante este crecimiento descontrolado, los miembros de la Asociación de Colonos de Valle de San Ángel presentaron al Municipio un programa para remediar la tala, pero la autoridad no ha respondido a los reclamos.
Este exclusivo fraccionamiento se ubica en la zona boscosa muy cerca de la meseta de Chipinque, situada en las faldas de la Sierra Madre Oriental y que forma parte de la reserva ecológica Parque Nacional Cumbres.
La colonia fue concebida con una vocación residencial, con vistas panorámicas y un respeto a la naturaleza, pero los vecinos han tenido que acudir a los juzgados federales para impugnar obras que, aseguran, representan una amenaza al ecosistema.
Aún como titular de la extinta Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de San Pedro, el ahora director de Medio Ambiente del Municipio, Eduardo Alberto Martínez, dio a conocer la afectación en la respuesta a una solicitud de información, planteada por una vecina.
La ciudadana solicitó al exsecretario municipal informar sobre la cantidad de árboles derribados por nuevas construcciones en la colonia Valle de San Ángel, en los sectores Español, Francés y Mexicano.
Martínez señaló en su contestación que de agosto de 2011, a julio de 2012, se habían derribado “aproximadamente 411 árboles” y que el proyecto de reforestación, planteado por los colonos de Valle de San Ángel, debía incluir un programa calendarizado de plantación.
“A efecto de proporcionarle el arbolado necesario, de acuerdo al área a plantear, haciendo de su conocimiento que dicha plantación debe ser supervisada por jardineros especializados”, advirtió en su respuesta del 30 de agosto del año pasado.
Derivado de esa contestación, los vecinos presentaron el pasado 2 de julio el “Programa de Reforestación de Zona de Montaña, Chipinque y Valle de San Ángel” al Ayuntamiento, en el cual definieron el plan de remediación de la zona.
Los colonos manifestaron en el documento su interés por conservar y preservar la riqueza arbórea de esa área, y resaltaron los riesgos de las políticas de desarrollo urbano y la reglamentación de uso de suelo vigente.
“En 20 años, de continuarse esta tendencia, habremos perdido 8 mil árboles nativos adultos de la zona, algunos centenarios”, se lee en el escrito.
Con el fin de llevar a cabo el plan, la asociación creó un Comité de Reforestación para coadyuvar en las medidas de reposición, siembra, cuidado y desarrollo de los árboles que el Municipio entregaría.
El programa especifica que los árboles debían ser nativos de la región, como roble encino, pino siempre verde, pino blanco, pino teocote y la anacahuita de 4 a 6 pulgadas de diámetro, como mínimo.
Para implementarlo en camellones, parques y áreas municipales, la organización pidió el apoyo de la Secretaría de Servicios Públicos de San Pedro.
“Los árboles que se siembren en las banquetas serán responsabilidad directa de los vecinos que los adopten”, especificaron.
El plan solicitó de manera urgente la instalación de barras de contención para proteger encinos impactados por automóviles con más de 18 años de vida, limpieza de áreas verdes, podas y la colocación de rodetes para recolectar agua de lluvias.
“Ofrecemos nuestro colaboración y apoyo de la misma manera que exigimos su interés y compromiso”, indicaron los vecinos.
Como respuesta a la propuesta, tres funcionarios del Ayuntamiento sampetrino se comprometieron a entregar los árboles en un oficio del 25 de julio de este año.
La secretaria de Servicios Públicos, Gilda Guajardo, el director de Imagen Urbana, Ricardo Bonilla, y el actual director de Medio Ambiente, Eduardo Alberto Martínez, prometieron entregar 400 árboles a los tres sectores afectados.
“Se entregarán en sitio un promedio de 30 árboles mensuales a partir del mes de septiembre del año en curso, siempre y cuando su ubicación haya sido aprobada previamente por la Dirección de Imagen Urbana”, se lee.
“El apoyo para la elaboración de pozos que se solicita a la Secretaría de Servicios Públicos en donde serán plantados los árboles en cuestión, se dará solamente en los espacios que la misma Dirección de Imagen Urbana determine”.
El secretario de la Asociación de Colonos de Valle de San Ángel, Jorge Dewey, confirma que hasta la fecha el Municipio no ha cumplido el compromiso.
“No tenemos nada en contra de los edificios, pero sí que se regule la reinversión a la preservación de la sierra”, explica Dewey.
“Hay valores superiores que el derecho adquirido a la propiedad, la conservación del medio es superior”.
Mientras la autoridad municipal incumple, el bosque de la Sierra Madre continuará bajo el acecho del desarrollo inmobiliario sin control.