El sector salud en México llega a las puertas de la fase 3 de la contingencia de coronavirus lleno de incertidumbre, pero también más comprometido que nunca.
Esta etapa será una de las mayores pruebas de fuego para las y los miles de profesionales de la salud, ya que significa una propagación masiva de la pandemia en todo el territorio mexicano.
No solo el riesgo de contagio y de mortandad será muy alto, también se endurecerán las medidas contra el virus.
Instancias de seguridad como la Guardia Nacional (GN) resguardarán hospitales si es requerido por sus directivos.
Aunque el Gobierno federal anunció la contratación de médicos y enfermeras, la adquisición de insumos provenientes de China y acuerdos con hospitales privados, está latente la amenaza de que el sistema de salud pública se sature y colapse por el alto número de personas infectadas, como ha ocurrido en otros países.
“Hay incertidumbre por parte del personal de salud sobre todo por esta cuestión de los equipos de protección personal, pero también creo que hay bastante unidad y coordinación, sobre todo de los médicos en formación: hablo de los médicos residentes, médicos pasantes, médicos internos”, dice Carlos Armando Herrera, integrante de la Asamblea Nacional de Médicos Residentes (ANMR).
En México, las malas condiciones en las que trabaja el personal del sector público de salud han sido ampliamente denunciadas, pues carecen de insumos suficientes, no tienen capacitación adecuada para atender el Covid-19, se han visto afectados por contagios en hospitales y han sido víctimas de agresiones.
Situaciones que no son nuevas y se han agravado ante la pandemia del Covid-19. Sin embargo, no han sido un obstáculo para que los profesionales de la salud respondan de manera positiva ante el Covid-19.
“Estamos tratando de subsanar todas estas deficiencias de las instituciones. Hay zozobra, hay incertidumbre de cómo vamos a responder, pero también estamos dispuestos a trabajar en equipo.
“Y si se han evitado en otros hospitales brotes como se observa en el IMSS, en Tlalnepantla, ha sido por la reacción de esos médicos residentes en medicina interna y en urgencias”, explica Herrera, quien realiza la especialidad en psiquiatría en el Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Además señala que el personal médico ha logrado sortear las faltas al comprar sus propios equipos de protección personal como guantes y mascarillas, al aplicar protocolos internacionales y detectar a aquellos pacientes que son candidatos a las pruebas diagnósticas.
“Esas son las líneas de acción que han implementado, por supuesto que no son suficientes sin el apoyo de las autoridades, pero tratamos de mantenernos firmes y no dejar caer esto en un caos total”, señala el médico residente.
La ANMR ha realizado dos encuestas entre el personal médico de todo el país para detectar las condiciones en las que opera y ello le ha permitido establecer contacto con organizaciones que están dispuestas a donar insumos en donde más se requiere, explica.
Los aliados del Coronavirus Covid-19
El coronavirus no es el enemigo más peligroso al que debe de vencer el personal de salud en México. Antes tiene que enfrentarse a tres adversarios, explica Carlos Armando Herrera.
“Por un lado son las carencias de las propias instituciones de salud, están también las agresiones por parte de la sociedad y la otra es la obstinación o la incapacidad de diálogo y de solución de las autoridades”, dice.
El residente señala que es preocupante el incremento de agresiones no solo de la ciudadanía, sino de las instituciones contra quienes han denunciado las fallas del sistema de salud.
Por otra parte, aunque se anunció la llegada de cargamentos con insumos médicos provenientes de China, estos son un misterio para quienes trabajan en el sector salud público.
En la Ciudad de México, la Secretaría de Salud local ha destinado cuatro nosocomios a pacientes con coronavirus Covid-19: el Hospital Belisario Domínguez, el Dr. Enrique Cabrera, el Hospital General de Tláhuac y el Pediátrico de la Villa.
Aunque la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció que los dos primeros ya están al cien por ciento, personal que labora ahí dice que aún faltan insumos.
“No hay material, jamás nos dieron un cubrebocas N95, nunca, ni de los normales, las caretas las tuvimos que conseguir nosotros, jamás nos dieron”, relata una residente que está en el Hospital Belisario Domínguez.
Además el retiro de estudiantes de medicina por parte de universidades como la UNAM o el IPN es otro de los obstáculos que enfrentan tanto los médicos residentes como los adscritos porque tienen que desempeñar funciones que ya no realizaban, sobre todo en áreas como urgenciología y medicina interna.