Obras de artistas de renombre internacional, así como de pintores locales es lo que reúne la muestra ‘NADA INERTE NUNCA: pintura y la afinidad sujeto-objeto’ que se exhibe en el Centro de las Artes de la Universidad de Monterrey.
La muestra de obras de gran fuerza, de diversas colecciones propias de la Escuela Mexicana de Pintura del siglo XX, así como artistas representativos de la escena local que han trascendido, es lo que podrán disfrutar quienes asistan a la exhibición.
Entre las obras que se exhiben destacan artistas de renombre internacional como Frida Kahlo, Rufino Tamayo, Julio Galán y Dulce María Núñez, además de pintores locales como Sylvia Ordóñez y Arturo Marty.
La inauguración se realizó en el marco del X aniversario del Centro Roberto Garza Sada, y estuvo presidido por el rector de la UDEM, Mario Páez González; Carlos García González, vicerrector Académico; Alessandra Perlatti, directora del CRGS; Elisa Téllez, gerente del Centro de las Artes; y Christian Camacho, curador de la exposición.
Estará disponible para visitas del 16 de noviembre al 14 de diciembre, y del 8 de enero al 25 de febrero de 2024; solo permanece cerrada durante el periodo vacacional navideño.
‘NADA INERTE NUNCA: pintura y la afinidad sujeto-objeto’
Christian Camacho, curador de la exposición, señaló que la muestra se reunió debido a la importancia que ha tenido Monterrey en el coleccionismo de la pintura en México desde hace varias décadas, por lo que la calidad de estos acervos inspira a compartir una nueva lectura de las piezas presentes en las colecciones de Nuevo León.
“Sin duda, esta exhibición enriquecerá a nuestra comunidad universitaria, ya que con este proyecto, impactamos positivamente en el ecosistema cultural local”, indicó.
El también artista plástico agregó que la exposición no es una muestra cronológica, cuya lógica sea la comparación de estilos o tradiciones, sino una plática entre subtemas importantes, porque lo que interesa es el diálogo entre cosas que fueron importantes para estos artistas.
Indicó que, en una diálogo abierto en la primera de las salas entre piezas de Julio Galán y Frida Kahlo, se puede reflexionar sobre esta relación, aunque “Julio Galán sospechaba de aquellos que lo comparaban con Frida Kahlo y le daba distancia a esta comparación; pero algo que Galán admitió varias veces es que había un signo sentimental que lo unía a pintura no solo de Frida Kahlo, sino de sus contemporáneos en México, una pintura de un signo que puede ser triste, la pintura sobre el dolor; pero también la pintura que habla sobre lo referencial, artistas cuyo tema son sí mismas y sí mismos, y que no importa lo que estén pintando, nos dejan entrar a este paisaje interior de las vivencias personales, independientemente del nivel figurativo que atienda en sus obras”, puntualizó.
