Cada año es mayor la cantidad de mexicanas y mexicanos que fallecen por trastornos o afecciones vinculados con el consumo de drogas tanto legales como ilegales, ante la poca efectividad que han mostrado las políticas de los tres niveles de Gobierno para prevenir y contener el uso de ese tipo de sustancias.
Aunque el fenómeno no tiene un lugar central en la agenda pública, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha corroborado que las muertes relacionadas con el consumo de drogas en México no han hecho más que crecer en los últimos años, mientras que el presupuesto público para atender la problemática disminuye.
“En el periodo 2014-2018, el número de personas que fallecieron por trastornos o afecciones relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas se incrementó, en promedio anual, en 2.1 por ciento, al pasar de 15 mil 081 personas en 2014 a 16 mil 395 personas en 2018. Conforme a la tendencia presentada, se calculó para el año 2019 un total de 17 mil 505 defunciones, superior en 16.1 por ciento a las de 2014”.
Así lo advierte el órgano en su Auditoría de Desempeño sobre la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), en específico sobre la “Prevención y Atención contra las Adicciones”, donde detalla la tasa de los decesos.
“La tasa de mortalidad por trastornos o afecciones relacionados con el consumo de sustancias psicoactivas, en el periodo 2014-2018, se incrementó de 12.6 a 13.1 defunciones por cada 100 mil personas. De conformidad con la tendencia presentada, se estimó que, en 2019, la tasa de mortalidad sería de 13.8 defunciones por cada 100 mil personas, superior en 1.2 defunciones a la registrada en 2014”.
La estructura del presupuesto para implementar la política de prevención y atención de las adicciones está conformada por cuatro programas presupuestarios: “Prevención y atención contra las adicciones”, “Actividades de Apoyo Administrativo”, “Prevención y control de enfermedades” y “Protección Contra Riesgos Sanitarios”.
Sin embargo, la bolsa que representan está reduciéndose.
“De 2013 a 2019, el presupuesto erogado en la prevención y atención de las adicciones disminuyó en 13.2 por ciento, al pasar de mil 579 millones 665 mil pesos a mil 371 millones 104 mil pesos, lo cual fue incongruente con la magnitud e incremento del problema público”.
Impacto económico del consumo de drogas
Además del valor intrínseco de las vidas humanas, la ASF señala que los decesos vinculados con el consumo de drogas en México representaron una “pérdida de producción” para el país por más de 9 mil 591 millones de pesos tan solo en el 2019.
“El costo de la pérdida de producción por muertes prematuras ocurridas en 2019, debido al consumo de sustancias psicoactivas fue de 9 mil 591 millones 641 mil pesos, lo que equivale al 0.04 por ciento del Producto Interno Bruto en ese año, y a 7.0 veces el presupuesto ejercido (mil 371 millones 104 mil pesos) en la prevención y atención de las adicciones en 2019”.
Esta cifra, señala, sólo considera el monto por sueldos que no recibieron los fallecidos, y “sin considerar los costos derivados de su posible tratamiento para el sector salud, ni los costos intangibles que representa su pérdida para sus familiares, lo que denota la necesidad de mejorar los servicios de prevención y atención de las adicciones para reducir el consumo de sustancias psicoactivas entre la población y, con ello, disminuir los riesgos y daños que implican su consumo”.
Dicho cálculo se basa en la cifra de fallecidos en 2018 a causa del consumo de sustancias psicoactivas, pero con edades entre los 15 y 64 años (12 mil 186 personas), el rango que suele participar en la actividad laboral del país.
Estrategia de humo
La ASF encontró grandes deficiencias en el accionar de la Comisión Nacional contra las Adicciones durante el año 2019, al grado de que puso en duda el que, en efecto, exista una Estrategia Nacional para Prevenir las Adicciones en el Gobierno federal.
También confirmó que la CONADIC ni siquiera ha elaborado un “programa preventivo” en la materia.
”En lo referente al programa preventivo que se dispone en la NOM-028-SSA2-2009 ‘Para la prevención, tratamiento y control de las adicciones’, la CONADIC no acreditó que hubiera elaborado, en 2019, un programa preventivo que dispusiera de un marco teórico y metodológico; estuviera basado en un diagnóstico y conocimiento de las necesidades; definiera sistemas de seguimiento y evaluación; determinara los recursos y el personal calificado; incluyera componentes de prevención universal, así como estrategias destinadas a impedir o retrasar la edad de inicio del consumo de sustancias psicoactivas”.
Ante ello, no sorprende que los niveles de consumo de drogas también estén aumentando, a partir de los últimos datos disponibles de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (Encodat), de 2016.
“De continuar con la tendencia presentada hasta 2016 en la prevalencia del consumo de sustancias psicoactivas, la ASF proyectó, que, ceteris paribus, (el resto de las cosas iguales), en 2019 el consumo de alcohol, en la población de 12 a 65 años, habría crecido de 35.9 por ciento a 40.5 por ciento; la del tabaco, de 17.6 por ciento a 18.0 por ciento, y la de otras drogas, de 1.5 por ciento a 1.6 por ciento, lo que denota que las acciones de prevención y atención de las adicciones implementadas no fueron suficientes para incidir en la disminución del consumo de sustancias adictivas”.
Así que concluye que la tendencia creciente de la morbilidad y la mortalidad denota que las medidas de prevención y atención de las adicciones no han logrado reducir el consumo de las sustancias psicoactivas y, con ello, disminuir los riesgos y daños (afecciones y decesos) que implican el uso o abuso de dichas sustancias.