A las múltiples irregularidades financieras y los vicios ocultos que aquejan a la Línea 12, se agrega un elemento que confirma la responsabilidad de Marcelo Ebrard en la fallida obra.
Además de que una parte está construida sobre lo que legalmente se conoce como suelo de conservación, el trazo definitivo viola el polígono establecido por la Organización de las Naciones Unidas como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Esa delimitación de superficie establece los límites en los que se aplica el Plan de Rescate de Xochimilco, financiado en parte con recursos internacionales.
La declaratoria de Patrimonio Cultural de la Humanidad para Xochimilco data de 1987 y la definición del polígono protegido con esta categoría se basa en un decreto oficial del año anterior, 1986, que estableció la Zona de Monumentos Históricos de Tláhuac, Milpa Alta y Xochimilco. En ese documento se definió por primera vez el polígono.
En 2006, la UNESCO firmó con el gobierno mexicano el convenio para el Plan Maestro de Rescate de Xochimilco.
Sergio Alejandro Méndez Cárdenas, académico e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, declaró el 9 de febrero pasado, durante la emisión del programa Política Ambiental en el canal Greentv, que en la reunión de 2009 del Comité de Patrimonio Mundial, celebrada en Barcelona, México fue abiertamente cuestionado por la invasión de las obras de la Línea 12. Ahí, se le advirtió a México que no solo construía una Línea de Metro sobre suelo de conservación, sino que su trazo invadía la poligonal de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
A decir del académico, especialista en la problemática de Xochimilco, la poligonal de la zona chinampera cubre la parte de los humedales y las chinampas de Tláhuac.
Méndez Cárdenas asegura que el GDF fue cuestionado por la decisión de invadir el polígono, se le subrayó que no podía hacer eso y se le advirtió que hacerlo tendría un impacto en el patrimonio cultural. No obstante, Ebrard construyó el Metro sobre esa zona y de hecho, tanto la última estación de la Línea 12 como la terminal, los talleres y encierros de sus convoyes, están dentro del polígono que define el área patrimonial de Xochimilco.
La advertencia no era vana. Méndez Cárdenas asegura el trazo sobre suelo de conservación definido por Ebrard, ya provocó el surgimiento de asentamientos irregulares en la zona de humedales, concretamente en las zonas de La Conchita y Tempiluli.
La rentabilidad política
Cuando era jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard avaló la modificación al trazo original del proyecto de la Línea 12 que no estaba proyectada hasta Milpa Alta.
Ebrard atendió la rentabilidad política por sobre consideraciones técnicas y jurídicas, pues extraoficialmente se dice que el objetivo del cambio habría sido apoyar al PRD y a sus candidatos en las delegaciones de Tláhuac y Milpa Alta, con miras al proceso electoral de 2009.
El proyecto original de trazo para la Línea 12, se modificó al menos en un 40 por ciento, pues la mayoría de las estaciones quedaron en el modelo de viaducto elevado, según lo admitió Oscar Díaz González, director general de mantenimiento del Sistema de Transporte Colectivo.
Especialistas como Manuel del Moral, académico del Departamento de Ingeniería de la Universidad Iberoamericana, expresaron que el problema de la Línea 12 no estaba en su combinación de viaducto elevado y trazo subterráneo, sino en el diseño del trazo, modificado por Ebrard en atención a razones político-electorales.
A decir de Del Moral, las modificaciones al trazo provocaron la necesidad de construir curvas complejas para la operación regular de los convoyes, que a la larga acabaron por provocar el conocido desgaste ondulatorio en las vías.
Primeros avisos locales
El 1 de abril de 2009, en la Asamblea Legislativa se solicitó la suspensión de los trabajos de la Línea 12 hasta en tanto el gobierno de Marcelo Ebrard no explicara y justificara las modificaciones aplicadas al plazo original, contra la voluntad de los vecinos que se verían afectados por las mismas. En aquel entonces fue el diputado panista, Ezequiel Rétiz, quien advirtió que faltaba transparencia de parte de las autoridades en cuanto a la obra y se estaba a punto de afectar a miles de ciudadanos por los cambios en el trazo original. El exhorto, impulsado por un panista en una Asamblea Legislativa de mayoría perredista, fue aprobado por unanimidad y turnado a la Secretaría de Obras y Servicios Públicos, pero al no ser vinculatorio, fue ignorado por el entonces jefe de Gobierno.