Huerto en casa, equilibrio entre salud y medio ambiente
Cosechar algunos productos en casa es una actividad que además de ayudar al planeta, fomenta una buena alimentación y es una actividad que se puede realizar en familia
Julio RamírezLa opción de tener un huerto en casa para comer verduras y frutas es una buena opción para la salud que incide en la relación con nuestra familia y nos provoca bienestar, asegura la nutrióloga Alejandra Ponce, integrante del Laboratorio de Datos contra la Obesidad.
“Lo que se llama sustentable y que nosotros podemos obtener más fácil y que podemos hacer todos en casa es tener un pequeño huerto donde podamos cultivar nuestras propias hierbas y especias, o quizás plantas pequeñas que podamos estar utilizando a lo largo de todo el año, como chile, zanahoria y papas”, explica.
Alejandra Ponce comenta que estos huertos sustentables están tomando más notoriedad porque involucran a los miembros de una familia en un proyecto común que deriva en alimentación más saludable y se incide en el cuidado de la Tierra.
“Cada vez se escucha más que la gente está creando estos pequeños huertos en casa y además son una forma de acercarnos a la naturaleza y luego esto tiene un componente psicológico importante.
En este tiempo de pandemia, las familias pueden utilizar el tiempo en casa para hacer un proyecto de un huerto sustentable en el que se involucre a los menores de edad en el cuidado del medio ambiente y el conocimiento de la sana alimentación, refiere la nutrióloga.
Dice que es tiempo de visitar a los vendedores de frutas y verduras locales, quienes se encuentran principalmente en mercados o en las calles.
“Lo principal que deberíamos de hacer todos es voltear a ver a nuestros productores locales e intentar comprarles a ellos. No necesariamente van a estar en las cadenas más grandes del supermercado que conocemos, pero sí pueden estar en mercados que podemos encontrar en muchas partes de nuestras ciudades, principalmente todo lo que es fruta y verdura”, detalla Alejandra Ponce.
La especialista alerta sobre el consumo de salchichas y jamones, ya que son productos procesados y de origen cárnico que dañan la salud y al medio ambiente, además de que vienen empaquetados y utilizan conservadores.
“De los más dañinos, son los alimentos de origen animal que vienen ultraprocesados. Los embutidos, por ejemplo, requieren desde que se críe el animal hasta que quedan las sobras, las cuales tienen que pasar por otro procesamiento. Les tienen que quitar muchas cosas que pueden ser muy dañinas para nosotros, y crean un alimento que naturalmente jamás ha existido como una salchicha. No lo encuentras como la parte de un animal”, indica Alejandra Ponce.
La nutrióloga se inclina por los establecimientos en los que los clientes pueden llevar sus recipientes para evitar el consumo de bolsas de plástico.
En busca del equilibrio
Los seres humanos tenemos que buscar el equilibrio entre la salud, el desarrollo y la protección del medio ambiente, asegura el doctor Guillermo Arteaga MacKinney, integrante del Laboratorio de Datos Contra la Obesidad.
“En términos más sencillos, es pensar que hay un futuro, que después de nosotros hay gente, están nuestros hijos, nuestros nietos, y también ellos requieren un planeta, agua y aire limpios”, afirma.
El experto indica que el panorama de crecimiento poblacional en el mundo se enfila a incrementar la problemática, ya que actualmente estamos cerca de los 8 mil millones de personas y para 2030 se calcula que seamos 8.5 mil millones de seres humanos.
Cada persona en la Tierra, considera Arteaga MacKinney, tiene necesidades de sustento y deja su rastro en el medio ambiente.
“Todas las personas necesitan comer, tener bienes, quieren de alguna manera ir poco a poco mejorando el estándar de vida que se tiene contemplado, y eso ocasiona un estrés en el planeta”
“Nosotros como consumidores podemos llevar a cabo ciertas acciones y lo que se buscaría es lo mejor de los dos mundos: tener dietas que sean saludables con las cuales todos nos veamos beneficiados y que no dañen el medio ambiente”, concluye el profesor de la Universidad de Sonora, Guillermo Arteaga MacKinney