Un grupo de internos del centro penitenciario federal de Puente Grande, en Jalisco, iniciaron este lunes una huelga de hambre en reclamo de mejoras en sus condiciones carcelarias, pues se “atenta contra el respeto a los derechos humanos”, según denunció el colectivo integrado por el Comité “Enrique Guerrero”, el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria y el Colectivo Contra la Tortura y la Impunidad.
La huelga de hambre, que se ha registrado en tres de los ocho módulos de la prisión federal, se oficializó a las 13:00 horas, cuando 50 internos, todos de los módulos de procesados, se negaron a salir al comedor.
La protesta iniciada por los reclusos, según explicó a Reporte Índigo una de las voceras del colectivo, es en respuesta a la falta de atención médica que, por más de cuatro meses, han sufrido mayoría de los internos, y en la que se evidencia la falta de protocolos de seguimiento a las recetas médicas emitidas, a pesar de tratarse de enfermedades crónicas o padecimientos degenerativos.
A este reclamo se suman los periodos de 22 horas en las estancias, los precios excesivos de los alimentos que pueden comprar los internos, la falta de venta de material para taller (que es la única actividad educativa), además del mal estado en que se encuentra la comida que se suministra.
La huelga de hambre también obedece a la demora para autorizar una visita, a los castigos sin previa notificación de la falta y sin informarle al interno en qué consiste el castigo, así como por la demora para entregar y/o usar material educativo.
El Colectivo también reveló que al interior del CEFERESO 2 no hay venta de pilas para reloj, ni de relojes de pulsera con funciones básicas, “siendo que es el derecho a estar informado en que día se está, lo cual da noción de temporalidad para el recluso”.
Otra inconformidad de los internos es la carencia de agua para ellos y para quienes los visitan; además de que prevalece, por parte de la autoridad penitenciaria, la decisión de entregar o no dibujos, poesía, ensayos, salmos y canciones que envían los familiares, y no se permite tampoco la salida de hojas escritas a mano.
Particularmente reclaman la falta de condiciones necesarias para personas con alguna discapacidad física, la nula posibilidad de generar ingresos económicos y la falta de acceso a cursos o una carrera universitaria.
