Hostil porvenir para la producción de leche en México

Falta de apoyos gubernamentales ante problemáticas como sobreoferta, crisis financieras y altos niveles de importación integran el complejo panorama previsto para la industria de los productos lácteos
Karina Vargas Karina Vargas Publicado el
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La leche de bovino es uno de los productos que integran la canasta básica en México; sin embargo, las autoridades no cuentan con una estrategia que ayude a la industria a enfrentar problemas como la inflación y las importaciones.

Asimismo, especialistas señalan que la crisis hídrica que se vive en el país afectará paulatinamente la producción de leche, mientras que la demanda de alimentos será mayor en los siguientes años debido al crecimiento poblacional y la urbanización.

Por lo que advierten que es necesario que el Gobierno federal emprenda acciones que prevengan un panorama complicado tanto para los productores como para los consumidores con el establecimiento de programas similares al del Abasto Social de Leche, a cargo de la empresa Liconsa (Leche Industrializada Conasupo S.A. de C.V.).

Aunque la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) pronosticó que en 2023 se mantendría una tendencia de crecimiento de más de dos por ciento anual en la producción del lácteo, el panorama no luce tan alentador.

Así lo advirtió la Federación Mexicana de la Leche (Femeleche) en días recientes al subrayar que  la Semana Santa es una de las épocas más difíciles para el sector, debido a que se registra un descenso en el consumo de dichos productos.

Los desafíos

En diciembre de 2022, Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, aseguró que, aun cuando los ganaderos lecheros en México “no han tenido las mejores condiciones de desarrollo”, la producción lechera ha sostenido un ritmo anual de crecimiento en los últimos años.

“En términos de volúmenes de producción y de consumo, esta rama productiva es la segunda en el sector ganadero, después de la carne de bovino y de pollo. No obstante, el país es deficitario y dependiente de importaciones lácteas y, por tanto, enfrenta grandes retos en materia de tecnología, genética y, sobre todo, manejo, para elevar la eficiencia productiva”, precisó el funcionario.

De acuerdo con Suárez, el reto fundamental está en las normas oficiales mexicanas y su cumplimiento, verificación y exigibilidad, pues los intereses creados desde los gobiernos anteriores y las presiones de los cabilderos que representan a las grandes industrias lácteas y a los intereses extranjeros, han paralizado el trabajo normativo.

No obstante, para Vicente Gómez Cobo, presidente de la Femeleche, los desafíos son mayores, ya que se vive una incertidumbre mundial, derivada de las crisis que existen en la actualidad.

Los ganaderos lecheros no han tenido las mejores condiciones, según Víctor Suárez Carrera, subsecretario de la Sader. Foto: Especial
Los ganaderos lecheros no han tenido las mejores condiciones, según Víctor Suárez Carrera, subsecretario de la Sader. Foto: Especial

“¿Cuántas crisis estamos viviendo de manera recurrente? Una crisis alimentaria, financiera, ambiental, de seguridad, energética. A la hora que estas situaciones interactúan entre ellas, se potencializan los resultados negativos. Hoy, tenemos un tema de producción, de precios y de consumo”, dijo en conferencia de prensa al anunciar el Octavo Foro Internacional de Lechería, que se realizará en abril próximo.

El especialista explicó que al haber una disminución en los ingresos de la población, el consumo de alimentos cambia, lo que impacta de manera directa a los productores, quienes enfrentan de manera paralela un alza en las tasas de interés debido a la inflación.

Por lo que, si el productor tiene una baja en sus precios y un aumento en sus costos, la crisis se potencializa.

Las propuestas

Ante este panorama, la Femeleche propone la creación de políticas públicas que promuevan la capacitación y el uso de la tecnología en la industria, así como el combate a la competencia desleal.

Además de que se fomente la integración de la cadena a los pequeños y medianos productores; se establezca la normatividad clara sobre la calidad, sanidad e inocuidad, y su cumplimiento; se transparente la cadena de comercialización de la leche; y se optimice el uso del agua y de la energía.

Respecto a la dependencia alimentaria, señala la necesidad de que existan apoyos gubernamentales para mejorar la productividad del sector, que haya financiamiento competitivo y oportuno, acceso a nuevas tecnologías y equipamiento, y que se genere información de mercado.

Asimismo, plantea que se establezcan planes de fomento al consumo de productos nacionales con el objetivo de mejorar la dependencia alimentaria, ya que México produce únicamente el 60 por ciento de la leche que consume, según la asociación.

“Durante décadas se nos dijo que era mejor comprar lo que estuviera barato. La teoría del comercio internacional dictaba: ‘tú produce en lo que eres eficiente y produce en lo que no eres eficiente’, el problema son las distorsiones que se dan en el mercado, cuando tú compras, no en lo que eres deficiente, si no en lo que los demás subsidian”
Vicente Gómez CoboPresidente de la Femeleche

Leche en polvo, la discordia

El reporte “La producción y el comercio de lácteos en México”, publicado en junio de 2019 por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, indica que México exporta cantidades limitadas de productos lácteos, pero como importador destaca en el escenario internacional por ser un importante comprador de leche descremada en polvo.

En 2018, el país adquirió del exterior 360 mil toneladas, por lo que se convirtió en la principal nación importadora de dicho insumo, por arriba de China (255 mil toneladas), Argelia (185 mil toneladas), Filipinas (160 mil toneladas) e Indonesia (150 mil toneladas).

“Gran cantidad de la leche descremada en polvo comprada por México es distribuida a precio reducido a través de Liconsa, con la finalidad de contribuir a mejorar la nutrición y alimentación de la población de escasos recursos”, menciona el estudio.

Al respecto, el titular de la Femeleche mencionó que el país podría reducir las importaciones si se aprovecha el insumo local si se toma en cuenta que en Semana Santa hay una sobreoferta de lácteos, lo que podría procesarse como leche descremada en polvo para evitar que se caduque y que los productores tengan que venderla a precios menores.

“Lo que hoy pedimos al Gobierno, ante una posibilidad de sobrante de leche, que esta no se eche a perder. ¿Cómo se conserva? Procesándola y la forma en la que más dura es la leche en polvo. México compite con los precios de los sobrantes de otros países”, comentó.

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