El 13 de diciembre, Juan Carlos Valle sufrió la mordedura de una araña violinista en Puebla, cuya picadura es peligrosa y puede incluso ser mortal si no se trata a tiempo. A pesar de la urgencia del caso no pudo encontrar atención médica en la entidad, lo que complicó aún más la situación.
Ante la falta de recursos locales para tratar la emergencia, se vio obligado a viajar hasta la Ciudad de México, donde finalmente recibió el antídoto necesario para contrarrestar el veneno.
La araña violinista lo picó en el Parque del Arte
Según relató Juan Carlos, él se encontraba de visita Puebla y decidió hacer ejercicio en el Parque del Arte, ubicado en la zona de Angelópolis, la mañana del viernes. Fue en ese lugar donde probablemente fue mordido por una araña, aunque en ese momento no le prestó atención, pensando que había sido picado por un mosquito.
No fue sino hasta la mañana del sábado cuando él y su familia se preocuparon al notar que uno de sus dedos estaba morado, con una ampolla y el dolor se intensificaba cada vez más. De inmediato, acudieron al Hospital Puebla, donde la toxicóloga Leslie Moranchel lo atendió. Fue ella quien, tras examinarlo, identificó rápidamente que la mordedura había sido de una araña violinista.
Ningún hospital en Puebla le proporcionó el antídoto
A pesar de que el hospital privado donde Juan Carlos acudió se enorgullece de contar con personal altamente capacitado, equipo de última generación e infraestructura adecuada para brindar atención médica oportuna, le informaron que no tenían disponible el antídoto necesario para contrarrestar el veneno de la araña.
La toxicóloga, reconociendo la urgencia de la situación, comenzó a consultar con otros hospitales hasta encontrar que el Hospital General del Sur (HGS) era el único en la ciudad que disponía del antídoto. Sin embargo, el Hospital Puebla alegó razones “administrativas” para no conseguir el Faboterápico de dicho hospital público, lo que llevó a Juan Carlos a darse de alta de manera voluntaria.
Con la mayor rapidez posible, lo trasladaron al HGS, donde le pidieron varios documentos. Al darse cuenta de que Juan Carlos era derechohabiente, los médicos le indicaron que debía dirigirse al Hospital La Margarita del IMSS, ubicado a casi media hora de distancia. A pesar de que ya sabían que allí tampoco había el antídoto, le recomendaron acudir allí para recibir atención médica.
A medida que el veneno avanzaba por su brazo, Juan Carlos decidió hablar con el subdirector del HGS, quien le expresó indiferencia ante la gravedad del caso. En esa conversación, Juan Carlos le explicó que el tiempo era esencial, ya que el veneno seguía propagándose rápidamente. A pesar de su preocupación, el subdirector respondió de manera tajante: “No es mi problema, si se le cae el brazo es problema del IMSS y de usted“.
Se trasladó a la CDMX para ser atendido
La toxicóloga Moranchel logró averiguar que el hospital Ángeles de Lomas del Pedregal disponía del antídoto, por lo que Juan Carlos y su familia optaron por dejar de lado los intentos en Puebla y se dirigieron de inmediato a la Ciudad de México.
Según lo informado por un familiar en redes sociales, en dicho hospital debieron pagar aproximadamente 90 mil pesos, pero al recibir el antídoto, la salud de Juan Carlos comenzó a mejorar considerablemente. La familia decidió hacer pública su experiencia debido a la grave escasez de antídotos en la región, a pesar de que en el estado ya se han registrado muertes por mordeduras de este tipo de araña.
