Héctor Cuén Ojeda, exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), fue asesinado durante el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada a las afueras de Culiacán. Así lo asegura el capo en una carta hecha pública por su defensa legal en la que narra que ambos habían acordado reunirse con el gobernador Rubén Rocha Moya.
“A él lo mataron al mismo tiempo y en el mismo lugar donde a mí me secuestraron. Héctor Cuén fue amigo mío desde hace mucho tiempo y lamento profundamente su muerte”, se lee en el documento publicado por la defensa de “El Mayo” en Estados Unidos en donde narra su versión de los hechos ocurridos el jueves 25 de julio.
Esto en respuesta a la versión oficial difundida por las autoridades de Sinaloa respecto a que “Héctor Cuén fue baleado la noche del 25 de julio en una gasolinera por dos motociclistas que querían robar su camioneta. Eso no es lo que pasó”. Por lo que pide a las autoridades actuar con transparencia sobre estos hechos.
BREAKING: Statement released by El Mayo Zambada through his lawyer says he was ambushed when expecting to meet Rubén Rocha Moya, the governor of Sinaloa, and Héctor Melesio Cuen Ojeda, politician who was killed on the days of the arrests. pic.twitter.com/iXLq6EC3AD
— Keegan Hamilton (@keegan_hamilton) August 10, 2024
“El Mayo” buscaba mediar entre Héctor Cuén y Rubén Rocha
De acuerdo con Zambada, Joaquín Guzmán López le pidió acudir a un rancho a las afueras de Culiacán para una reunión entre el gobernador Rocha Moya y el exrector de la UAS “sobre quién debería dirigir esa institución”. Teniendo conocimiento de que Iván Guzmán Salazar, otro hijo de “El Chapo”, también asistiría.
“Mientras caminaba hacia el área de reunión vi a Héctor Cuén y a uno de sus ayudantes. Los saludé brevemente antes de entrar a una habitación”, asegura Zambada. Quien a su vez era escoltado por Rodolfo Chaidez, parte de su aparato de seguridad, y José Rosario Heras López, comandante de la Policía Judicial del Estado de Sinaloa.
Sobre los escoltas que lo acompañaron aquel día, Zambada también lamenta “la desaparición de José Rosario Heras López y Rodolfo Chaidez a quienes nadie ha vuelto a ver ni saber de ellos desde entonces”. Por lo que pide que se dé a conocer la verdad de sus asesinatos y de cualquier otra persona que haya ocurrido ese día.