Hace un año y medio el arresto del exportero del equipo Rayados, Omar “El Gato” Ortiz, impactó al mundo del futbol y demostró que hasta el deporte no escapa de los tentáculos del crimen.
El exfutbolista fue vinculado con el secuestro ocurrido la madrugada del 7 de octubre de 2011 de Armando Gómez, esposo de la cantante Gloria Trevi, quien en esos días ofrecía una serie de conciertos en Monterrey.
La pareja de la artista fue liberada tras permanecer privada de su libertad unas 72 horas, y el caso culminó con la captura de cinco integrantes de la banda, incluido el exportero y el líder de la organización, vinculada con el Cártel del Golfo.
El asunto se creía concluido tras el encierro de “El Gato” y el resto de los secuestradores, hasta este miércoles, cuando las autoridades estatales informaron que se habían detenido a dos personas más relacionadas con el plagio.
El vocero de Seguridad en Nuevo León, Jorge Domene, afirmó que dos mujeres fueron detenidas en el estado de Texas, en Estados Unidos, ligadas con la privación ilegal del esposo de la cantante.
Se trata de las regiomontanas Juanita Sánchez Quintanilla y su hija Lucía Garza Sánchez, capturadas durante la noche de este lunes en el aeropuerto de la ciudad de San Antonio.
La última es comadre de Trevi, quien bautizó en junio de 2011 a su hija Ivanna, procreada con el modelo y conductor de televisión Alfonso De Nigris.
El portavoz de Seguridad afirmó que mediante el Consulado de Estados Unidos se hizo la solicitud formal de identificación y sólo se espera que las autoridades estadounidenses den a conocer los resultados del trámite.
Domene aseveró que las dos mujeres fueron capturadas cuando intentaban huir de las autoridades y que, en caso de ser identificadas, se solicitará su traslado a Nuevo León para comparecer por el secuestro de Armando Gómez.
En enero del año pasado la Policía Ministerial detuvo a los secuestradores del esposo de la cantante, entre los que estaban el exfutbolista de Rayados y el líder de esta banda de plagiadores, relacionada con el narcotráfico.
Las autoridades informaron que el exportero de Rayados y de la Selección Mexicana había participado en un par de eventos que le redituaron unos 200 mil pesos, aproximadamente, y le acreditaron una condena cercana a 50 años de prisión.
Otros cinco integrantes del grupo criminal en el que participaba Ortiz escaparon a la detención y después reanudaron sus actividades delictivas en la capital regiomontana.
Los prófugos fueron los responsables de privar de su libertad a una estudiante del Tecnológico de Monterrey el pasado 21 de enero, en el estacionamiento de un Blockbuster sobre la avenida Eugenio Garza Sada.
No fue hasta el 6 de febrero que la Unidad Antisecuestros de la Policía Ministerial liberó a la alumna, originaria del municipio de Allende, en un operativo de rescate en una casa de seguridad ubicada en la colonia Lagos del Bosque, al sur de la ciudad.
Reporte Indigo publicó en aquel entonces que la ola de secuestros en la entidad sucedía cada vez que se rompía una cadena de mando.
Y es que con las detenciones se originaban nuevas “células huérfanas” de criminales que sobrevivían con los plagios.
Expertos en seguridad informaron que el incremento de los secuestros se debía a que los exintegrantes de células desmanteladas por las autoridades, o disminuidas por grupos rivales, se abrían su paso por esta veta criminal.
La guerra contra el narcotráfico y la disputa librada entre el Cártel del Golfo y Los Zetas –ahora desplazados hacia el norte del estado- generaba un repunte en estos delitos.
Ahora, el hermetismo con el que el Gobierno de Nuevo León manejó el secuestro del esposo de Gloria Trevi vuelve a percibirse con la reciente detención de otras dos presuntas secuestradoras, ligadas con la delincuencia organizada. Esta historia no deja de sorprender a los regios.