Guión robado
Los abogados que asesoran al guionista de la serie “Escuadrón 2011, El Origen del Fuego” coinciden en que si Mario Ochoa no se hace responsable del incumplimiento de contrato, Televisa, el COPAG y la Secretaría de Turismo podrían pagar los platos rotos.
Porque al proyectarse la serie por televisión, estas entidades resultan implicadas. Incluso dicen que Jorge Gutiérrez Peña sería un “empleado indirecto” de la COPAG y de la Secretaría de Turismo. Y es que en los créditos de la serie, los organismos públicos aparecen como socios.
Indigo StaffLos abogados que asesoran al guionista de la serie “Escuadrón 2011, El Origen del Fuego” coinciden en que si Mario Ochoa no se hace responsable del incumplimiento de contrato, Televisa, el COPAG y la Secretaría de Turismo podrían pagar los platos rotos.
Porque al proyectarse la serie por televisión, estas entidades resultan implicadas. Incluso dicen que Jorge Gutiérrez Peña sería un “empleado indirecto” de la COPAG y de la Secretaría de Turismo. Y es que en los créditos de la serie, los organismos públicos aparecen como socios.
Jorge Gutiérrez Peña argumenta que no ha entablado una demanda porque no puede solventar los costos de un juicio mercantil de este tipo.
“Llevar una demanda, llevar un abogado, cuesta dinero. Ahorita no soy tan autosuficiente como para poder sortear económicamente esta demanda”, explica.
El guionista de la serie transmitida por la televisión local en octubre pasado afirma que es necesario auditar los recursos públicos que se entregaron a la empresa Dreamsky para la producción.
Gutiérrez Peña, al igual que alrededor de 80 personas más, fue defraudado por la empresa tapatía. Como escritor de la serie alusiva a los Juegos Panamericanos 2011, no recibió pago alguno.
La producción fue pautada en 10 capítulos con un costo total de 185 mil pesos. Cada guión fue cotizado en 18 mil 500 pesos.
El guionista tiene en su poder un contrato firmado por Mario Alberto Ochoa González como representante de Dreamsky y una serie de documentos con las fechas acordadas para los pagos, pero nunca se cumplieron.
Aunque Ochoa González les dijo en repetidas ocasiones que les pagaría una vez que la serie fuera proyectada, desapareció misteriosamente sin cumplir con los pagos.
El caso podría ser llevado al ámbito legal porque los derechos patrimoniales del guión pertenecen a Jorge Gutiérrez Peña, quien como titular de los mismos puede autorizar o prohibir su uso, tal como lo indica la Ley Federal de Derecho de Autor.
“Hay otras entidades, otras personas, que pueden ser copartícipes o corresponsables de esta situación; sin embargo, yo sí hago responsable completamente a Mario Ochoa porque él fue quien tomó decisiones en las que no estaba el asegurar los derechos de los guiones.
“Cualquier productor sabe que si no tiene seguros los derechos del guión, pues no puede hacer nada. Tú no puedes construir un edificio en un terreno que no tienes asegurado, y él levantó un edificio en un terreno que no era de él”, destaca Gutiérrez Peña.
Una buena parte de la inversión que se hizo en el proyecto provino de recursos públicos que probablemente acabaron en manos de Mario Alberto Ochoa González.
“Él se da el crédito de productor, incluso del creador original. Bueno, pues que pague, ¿no? Yo invito a la autoridad, la exhorto a que revise bien las cuentas de este individuo, Mario Alberto Ochoa González”, concluye el guionista.