Una espesa capa de residuo negro y tóxico cubre una gran extensión del fondo del mar en el Golfo de México.
Unos 38 millones de litros de petróleo producto del derrame en 2010 del pozo Deepwater Horizon, operado por el gigante British Petroleoum (BP), se asentaron en el fondo del Golfo de México, donde amenazan el ecosistema marino, de acuerdo a un nuevo estudio publicado en Environmental Science & Technology.
El descubrimiento ayuda sin duda a revolver el misterio del “crudo faltante” del accidente petrolero.
Su ubicación había hasta ahora sido desconocida por los equipos de limpieza de ambos, el gobierno estadounidense y la empresa energética.
“Esto va a afectar al Golfo en los años venideros”, advirtió Jess Chanton, líder de la investigación y profesor de oceanografía química en la Universidad Estatal de Florida.
“Los peces probablemente ingieran los contaminantes porque los gusanos ingieren el sedimento, y los peces se comen a los gusanos. Es un conducto para la contaminación de toda la cadena alimenticia”, aclaró.
El peor desastre
El derrame, considerado uno de los peores desastres medioambientales en la historia, causó que por 87 días unos 757 millones de litros de crudo se filtraran al océano.
En 2014, un juez en Estados Unidos falló en contra de BP y los responsabilizó de negligencia y conducta imprudente. El fallo podría resultar en multas adicionales que ascenderían a 16 mil millones de dólares.