China está empezando a enfrentar un problema poblacional por la ideología antigua de concebir más varones que mujeres. Foto: Especial

Gobiernos de todo el mundo buscan aumentar la edad de jubilación de los trabajadores

Al igual que Francia, China podría buscar aumentar la edad de jubilación de los trabajadores debido a que su población joven está disminuyendo y la gente adulta aumentando; una situación que próximamente se replicaría en otras regiones como Latinoamérica

A nivel mundial, las jubilaciones se están convirtiendo en un problema político y social, lo que próximamente puede generar una crisis.

En Francia, por ejemplo, se calcula que cerca de 300 mil personas han salido a las calles durante casi un mes para protestar y tratar de evitar que aumenten la edad establecida a partir de la cual la gente ya puede recibir una pensión.

El Gobierno federal francés busca pasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 con el objetivo de que en un futuro no existan mayores dificultades relacionadas a un déficit en la caja de pensiones y, por ende, se genere un problema económico nacional.

En caso de que Francia logre aumentar la edad de jubilación, el país europeo se igualaría a sus colegas de la región, puesto que actualmente los franceses son de las pocas naciones europeas que se jubilan a los 62 años.

En España, los adultos pueden empezar a tramitar sus pensiones a partir de los 65 años, al igual que en Bélgica.

Sin embargo, en 2027 ambos países planean aumentar la edad para quedar a la par de naciones como Alemania y Dinamarca, donde sus ciudadanos se jubilan a los 67.

A diferencia de Europa, en la región de América Latina las edades para jubilarse suelen ser menores.

En Cuba, Argentina, Chile, Uruguay y Brasil las mujeres pueden iniciar sus trámites a los 60 y los hombres a los 65, en Venezuela a los 55 y 60, respectivamente.

En México la edad para jubilarse es de entre 60 y 65 y en Colombia 62 para los hombres y 57 para las mujeres.

Óscar Abad Corral, internacionalista por la UNAM y docente de la Universidad Anáhuac, opina que en un futuro, en la región latinoamericana, podría darse un fenómeno social similar al de Francia.

“Podríamos empezar a ver a las sociedades latinoamericanas recuperar la lucha, sobre todo al ver a Francia de ese modo, porque recordemos que es un país que ha sido referente político, social y económico para el mundo”, describe.

Se calcula que cerca de 300 mil personas han salido a las calles durante casi un mes en Francia para protestar por el aumento en la edad para la jubilación. Foto: Especial
Se calcula que cerca de 300 mil personas han salido a las calles durante casi un mes en Francia para protestar por el aumento en la edad para la jubilación. Foto: Especial

China, en la mira

Al igual que diferentes países del mundo, las naciones de Asia también tendrán que superar retos en la materia.

China especialmente, podría afrontar un problema mayúsculo si se considera que su población va en disminución, por lo que el gobierno deberá lidiar con sus adultos mayores al brindarles más beneficios económicos y un mejor sistema hospitalario.

En ese sentido, al igual que Francia, con el tiempo, el gobierno chino podría analizar aumentar la edad para jubilarse. Actualmente, las y los chinos pueden iniciar su trámite a los 60 años.

De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadística de China, la población descendió por primera vez tras una década de crecimiento de 1,413 millones de personas en 2021 a 1,412 millones en 2022.

Se cree que el gigante asiático llegó a esta situación debido a su política de un solo hijo impuesta en 1979, con la cual se le impedía a sus ciudadanos tener más descendencia para evitar una sobrepoblación.

Si el gobierno asiático da incentivos económicos, las nuevas generaciones no se apegarían al argumento de la falta de dinero para no tener descendencia. Foto: Especial
Si el gobierno asiático da incentivos económicos, las nuevas generaciones no se apegarían al argumento de la falta de dinero para no tener descendencia. Foto: Especial

No fue sino hasta 2016 que China puso fin a su política y elevó a tres el número de hijos que una pareja puede tener en un intento de contrarrestar el envejecimiento de la población, lo que finalmente los alcanzó.

A pesar de esa decisión, organizaciones como Amnistía Internacional criticaron a la administración del gigante asiático, asegurando que no le incumbe a los gobiernos regular cuántos hijos o hijas tiene la gente.

“Elevar el límite de uno a tres no hará que China esté más cerca de cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos. Toda persona, con independencia de su estado civil, debe poder ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, incluido el de decidir si quiere tener descendencia y cuándo”, declaró Joshua Rosenzweig, director del equipo de China de Amnistía Internacional.

Otra de las razones por las que China está empezando a enfrentar un problema poblacional es por la ideología antigua de concebir más varones que mujeres, ya que ellos eran considerados los líderes de sus pueblos, lo que finalmente repercutió en la reproducción años más tarde.

De igual manera, los jóvenes de hoy en día demeritan el casamiento y la formación de familias para seguir con las tendencias mundiales que se dan en otras partes del mundo, algo que también sucede en Europa.

“Muchos hombres optan por quedarse solteros, ya ni siquiera casados, porque lo ven como un peligro.

“Actualmente las autoridades están tratando de resolver el problema demográfico porque no hay manera de sostener este crecimiento económico si la población va a estar disminuyendo y además envejeciendo (…) Mientras menos jóvenes haya, mantener a los mayores va a ser un problema”, comenta la doctora Radina Dimitrova, docente de tiempo completo de Traducción chino-español en la Licenciatura en Traducción de la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción (ENALLT) de la UNAM.

Envejecimiento poblacional

Al contar con una población de más adultos mayores que jóvenes, como empieza a ser el caso de China, los retos económicos no van a faltar a pesar de que se trata de una de las mayores potencias mundiales.

En un futuro, en caso de que las personas en edad laboral empiecen a escasear en las empresas chinas, se cree que podrían aumentar los costos para los consumidores fuera del país, lo que llegaría a agravar la inflación en naciones que dependen en gran medida de los productos chinos importados.

De acuerdo con datos del Observatorio de Complejidad Económica (OEC), son Estados Unidos y Japón los países que mayor relación tienen con China en materia de importación, así como Corea del Sur y Alemania.

Además, el contar con una población más chica significaría una disminución en el gasto de los consumidores chinos, lo que amenazaría a las marcas que dependen de las ventas en China como Apple o Nike, según The New York Times.

“El que se haga esta advertencia para los mercados es muy significativo, porque si bien todavía no habrá un reflejo inmediato, sí quiere decir que la inversión en unos años podría variar y entonces la carga fiscal va a ser importante para determinar las inversiones y el gasto del Estado, entre otras cosas”, dice la doctora Ismene Ithaí Bras, internacionalista de la Facultad Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

Las consecuencias para China no serán inmediatas, principalmente porque la disminución de la natalidad no ha llegado a cero como sí ha ocurrido en otros países. Foto: especial
Las consecuencias para China no serán inmediatas, principalmente porque la disminución de la natalidad no ha llegado a cero como sí ha ocurrido en otros países. Foto: especial

Según explica la también docente del Instituto Rosario Castellanos, las consecuencias para China no serán inmediatas, principalmente porque la disminución de la natalidad no ha llegado a cero como sí ha ocurrido en otros países.

Desde su perspectiva, el gigante asiático aún presenta niveles de crecimiento importantes en comparación de otros países, lo que significa que sigue siendo un factor de inversión sustancial, además de lo que puede estar haciendo el propio gobierno mediante sus empresas.

“En ese sentido todavía va a estar jalando inversión de manera importante, pero sí enciende las alertas de qué es lo que va a pasar para las próximas generaciones en unos 20 años.

“Si esto se mantiene con una tendencia a la baja y no se controla, probablemente en algunas décadas sí tendrá un problema y eso implicará que toda la región también se vea comprometida porque el control de inversión sigue siendo de China”, señala la especialista.

En busca de soluciones

Ante la disminución de la población que se comienza a dar en China debido a factores en su mayoría sociales y políticos, el gobierno actual empezó a buscar soluciones para evitar una catástrofe a largo plazo.

Considerando que el aumento de hijos de uno a tres no ha traído consigo una gran ventaja, la doctora Natalia Rivera Ángel, profesora del área de Asia Pacífico de la carrera de Relaciones Internacionales de la FCPyS de la UNAM, opina que podrían seguir dándose incentivos económicos o en materia de educación para ayudar a las familias a solventar sus necesidades.

Con esa medida, las nuevas generaciones no se apegarían al argumento económico, tomando en cuenta que la falta de recursos es una de las mayores preocupaciones de los jóvenes al decidir no tener hijos.

Respecto a permitir un mayor acceso de migrantes al país para ayudar a las empresas en mano de obra, Rivera Ángel comenta que es poco probable que el gobierno chino lo apruebe.

“Tan sólo en el interior de China, si la población del este quiere trasladarse al oeste, necesita un permiso y viceversa, el gobierno no lo permite tan fácilmente; entonces, si dentro del país existen este tipo de controles, son aún más fuertes si se trata de extranjeros”, puntualiza.

De acuerdo con la especialista, en lugar de que las autoridades chinas inviertan sus fondos económicos en ciudadanos extranjeros, es más probable que lo hagan en su propia gente.

A través de estrategias como la propaganda se podría motivar a las personas a optar por el matrimonio e incluso a tener descendencia. Foto: Especial
A través de estrategias como la propaganda se podría motivar a las personas a optar por el matrimonio e incluso a tener descendencia. Foto: Especial

Apelar a la propaganda

Bajo ese panorama, la doctora Radina Dimitrova, miembro del Programa Universitario de Estudios sobre Asia y África (PUEAA) de la UNAM, afirma que aunque para el gobierno chino será difícil maquillar la situación, podría generar alguna especie de propaganda.

Con ese método, la especialista cree que se puede motivar a las personas a optar por el matrimonio e incluso a tener descendencia; una medida que utilizaban años atrás para prevenir los suicidios.

“En mi caso, cuando llegué a estudiar una maestría a China en 2016, iban al alza los suicidios y se daban folletos en las universidades. Saben que la gente joven es el futuro político, social y económico de ese país, no se toman a la ligera esos asuntos”, comparte Dimitrova.

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