Gobierno y Congreso de Nuevo León mantienen relación política tóxica

Los desencuentros entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo han suscitado un ambiente tóxico en Nuevo León
Jesús Padilla Jesús Padilla Publicado el
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La relación entre la llamada nueva política, encabezada por el gobernador Samuel García, con la vieja representada, según el mandatario, por diputados del Congreso local y alcaldes del PAN y PRI, resultó tóxica.

La creación y aprobación del presupuesto de egresos para este año es la mayor evidencia de que este vínculo se encuentra desgastado, pues ambas partes han llegado incluso a los tribunales para pelear cómo se distribuirá el dinero público en 2023.

La cortesía política se esfumó a lo largo de 2022. No existe diálogo con respeto, mucho menos acuerdos. Durante la crisis en su relación, se ha suscitado un intercambio de serias acusaciones.

El conflicto entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo aumentó de nivel cuando entró en el juego un tercer involucrado: los alcaldes de los municipios panistas y priistas de la entidad.

Sin embargo, después de que el gobernador no enviara el presupuesto de egresos al Congreso, y esto tornara aún más difícil la comunicación entre ambos poderes, este lunes se abrió la puerta a la reconciliación.

En 2021, personajes como Carlos de la Fuente, coordinador de la bancada del PAN en el Congreso local; Zeferino Salgado, líder panista del Grupo San Nicolás; César Garza, alcalde de Apodaca; Heriberto Treviño, coordinador de la bancada del PRI y Francisco Cienfuegos, coordinador de enlace de los legisladores nacionales, se sentaron a la mesa del gobernador, según lo reveló Salgado.

Poco después, cuando comenzaron las diferencias, García los identificó como representantes de la vieja política, a la vez que acusó a estos y otros personajes de ser corruptos.

La buena relación de García con la vieja política duró hasta el primer trimestre del 2022, después de que varios diputados y alcaldes priistas y panistas se sumaran a Movimiento Ciudadano (MC). Tras una breve reconciliación, al momento de acercarse la hora de preparar el presupuesto, la comunicación entre García y la oposición se rompió.

Durante esta batalla entre poderes, el gobernador llamó chantajista, salvaje y ruin a Francisco Cienfuegos, a la vez que lo señaló como el intermediario del PRI y solicitó que su nuevo interlocutor fuera el edil priista César Garza.

“Me quieren quitar 12 mil millones. No le voy a dar ni un peso al PRIAN para hacer estructuras y para robárselo. No voy a hacer más grande al PRIAN, ese monstruo tiene que morir y vamos a tener el dinero bien cuidado.

“Y no como estos bandidos que con factureras, con prestanombres, por mucho tiempo estuvieron robe y robe”, dijo García.

La relación política tóxica entre el gobernador y la oposición provocó ingobernabilidad en Nuevo León y una inoperancia total en distintas instituciones clave para la democracia, como el Congreso del estado, han mencionado voces como la del diputado de Morena, Waldo Fernández.

Desencuentro anunciado

Desde mayo, el gobernador Samuel García buscó tener el control del Congreso, donde las bancadas de diputados del PRI y PAN, cuyos líderes Heriberto Treviño y Carlos de la Fuente, respectivamente, tienen la mayoría.

El priista, Héctor García, y el panista, Roberto Farías, por su parte, se sumaron a Movimiento Ciudadano para fortalecer la bancada de este partido, aunque este esfuerzo no alcanzó que MC se convirtiera en la segunda fuerza política del estado.

Poco después, el mandatario sumó a Jesús Nava, quien ganó la alcaldía de Santa Catarina abanderando al PAN. Con esto MC gobierna dos localidades metropolitanas, pues hoy Monterrey, tiene como alcalde a Luis Donaldo Colosio Riojas.

Por su parte Horacio Tijerina, dirigente de MC, sumó alcaldes de la zona rural. Finalmente, PAN y PRI cerraron filas y conservaron la mayoría.

El segundo enfrentamiento

Samuel García sostuvo un severo conflicto, incluso por redes sociales, por el caso de la joven Debanhi Escobar con el entonces fiscal Gustavo Adolfo Guerrero.

García ejerció presión para que Gustavo Adolfo fuera removido de su cargo, poco después Guerrero renunció.

En la terna para este cargo aparece como candidato el rival de campaña de García, el priista Adrián de la Garza, quien fue procurador y exalcalde de Monterrey.

“Discúlpenme diputados, pero no me voy a doblar. No voy a dejar que Adrián sea fiscal y punto, y mucho menos al ser uno de los principales actores de la vieja política”, aseguró el mandatario.

El gobernador informó que vetaría a Adrián, lo que ocasionó que desde el Congreso buscaran reformar varias leyes para quitarle esta facultad.

Conflictos en el Congreso

La relación tóxica entre la nueva y la vieja política llegó al Congreso a través de la bancada de Movimiento Ciudadano, la cual se encuentra a cargo de Eduardo Gaona. Las diputadas Sandra Pámanes e Iraís Reyes, así como Gaona, generaron desencuentros con la oposición en el Congreso.

Las legisladoras han utilizado palabras como “miserables” para dirigirse a los diputados del PRI y PAN.

Uno de los temas que más conflictos ha causado entre los legisladores es el desafuero de Javier Navarro, secretario de Gobierno, quien no ha publicado alrededor de 38 decretos legislativos en el Periódico Oficial, lo que ocasionó que la Fiscalía Anticorrupción solicitara un proceso para quitarle el fuero.

“El fiscal de la corrupción no ha hecho nada, el señor (Garza y Garza) abre en cuatro días, o en muy poco tiempo una carpeta contra el secretario General de Gobierno, es una vergüenza, el uso faccioso que está dando el PRI y el PAN a la Fiscalía”, dijo Reyes el pasado 22 de noviembre.

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