Gobierno despilfarra y luego busca alzas
Hoy Nuevo León está hundido, quebrado financieramente y la administración del gobernador Rodrigo Medina pretende endosarle la culpa a los ciudadanos.
En los últimos nueve años el gobierno de Nuevo León, emanado del PRI, gastó más recursos de lo que fue capaz de recaudar en sus arcas.
En esos años recurrió casi religiosamente al crédito y disparó la deuda pública a niveles nunca antes vistos en una entidad federativa, salvo recientemente Coahuila.
César Cepeda
Hoy Nuevo León está hundido, quebrado financieramente y la administración del gobernador Rodrigo Medina pretende endosarle la culpa a los ciudadanos.
En los últimos nueve años el gobierno de Nuevo León, emanado del PRI, gastó más recursos de lo que fue capaz de recaudar en sus arcas.
En esos años recurrió casi religiosamente al crédito y disparó la deuda pública a niveles nunca antes vistos en una entidad federativa, salvo recientemente Coahuila.
En ese periodo de tiempo, el gobierno despilfarró recursos públicos en obras faraónicas y en elefantes blancos que hoy tienen comprometidas las finanzas estatales.
También en los últimos nueve años, el Estado organizó un festín de excesos donde nunca hubo restricciones presupuestales, ni mucho menos rendición de cuentas.
El despilfarro, el mal manejo y los excesos que han caracterizado los nueve años de las últimas dos administraciones priistas están cobrando hoy factura al gobierno, que está prácticamente en quiebra financiera como lo afirmó ayer a Reporte Indigo el ex gobernador Fernando Elizondo.
Sin embargo, las autoridades estatales buscan hoy que sean los contribuyentes quienes paguen por estos excesos que comenzaron en el sexenio del ex mandatario Natividad González Parás y que han continuado en los tres años que lleva el gobernador Rodrigo Medina.
Ellos son los principales responsables del crash financiero, son integrantes del “cártel de la quiebra”, que ahora quieren endosar a los ciudadanos la responsabilidad.
Aumento al Metro y nuevos impuestos
El miércoles el tesorero del Estado, Rodolfo Gómez, anunció lo que llamó su “plan de choque”: un paquete de medidas para contrarrestar la crisis presupuestal que registran las finanzas estatales, principalmente por los altos niveles de endeudamiento.
No hay en el plan oficial ningún compromiso estatal de reducir el aparato burocrático estatal, ni de bajar la nómina de funcionarios y empleados públicos.
Entre las medidas anunciadas está un plan de austeridad, que establece topes salariales y cancela nuevas plazas, compromisos que nunca han sido cumplidos por la actual administración estatal, por los dos responsables anteriores de las finanzas estatales que prometieron lo mismo.
El plan que anunció el tesorero busca mandar señales positivas a las calificadoras, quienes han advertido que reducirán la calidad crediticia de Nuevo León, principalmente por los altos niveles de endeudamiento público al que está recurriendo el gobierno.
El domingo, el Congreso del Estado autorizó una nueva deuda por casi 3 mil millones de pesos adicionales a los 2 mil 400 millones de pesos autorizados en el presupuesto anual y que en medio año ya ejerció el gobierno neolonés.
Sin embargo, esta vez el plan incluyó como parte de estas medidas un incremento en las tarifas del Metro, la contratación de más pasivos y la posible creación de un impuesto estatal adicional al del IVA que se cobra en los alimentos.
La tarifa de 4 pesos con 50 centavos que se cobra actualmente en las líneas 1 y 2 del Metro se pretende incrementar fundamentalmente para hacer factible financieramente el proyecto de la Línea 3 del Metro, que proyecta la construcción de un viaducto elevado hacia el municipio de San Nicolás, pero operado con autobuses y no con tren ligero.
Y la creación de un nuevo impuesto estatal, que anunció el tesorero Gómez, no es tan viable considerando que implica reformar a nivel federal la Ley del Impuesto al Valor Agregado.
Realmente el secretario de Finanzas intentó tender una cortina de humo con el anuncio de este nuevo impuesto.
El monto actual de la deuda pública reportada por Nuevo León a la SHCP asciende a 35 mil millones de pesos, una cifra que ya de por sí coloca al estado como una de las entidades federativas más endeudadas del país junto con Coahuila, Edomex y la Ciudad de México.
Sin embargo, este monto se disparará en los próximos meses hasta los 54 mil millones de pesos si se ejerce la nueva deuda de 2 mil 900 millones de pesos autorizada el domingo por el Congreso.
Además de los 8 mil millones de pesos por la bursatilización del Anillo Periférico y los otros 8 mil millones que comprometerán por el proyecto de agua potable Monterrey VI.
En tres años, el gobernador Rodrigo Medina superará el endeudamiento que contrató en seis años su antecesor y padrino político, el ex gobernador Natividad González Parás.
En las últimas semanas Reporte Indigo ha documentado el despilfarro de recursos que existe en la administración del gobernador Rodrigo Medina, con el consentimiento de la Secretaría de Finanzas y Tesorería del Estado que autoriza sin control ampliaciones presupuestales a las dependencias de gobierno.
En tan sólo un mes del 2011, por ejemplo, la coordinación de Comunicación Social solicitó recursos adicionales por más de la mitad de su presupuesto aprobado en el Congreso del Estado.
El sexenio de la fiesta
En la gestión del ex gobernador Natividad González Parás, su administración dilapidó recursos públicos y contrató endeudamiento, a pesar de haber recibido recursos récord por participaciones federales, principalmente por los excedentes petroleros.
Pese a la bonanza, en seis años González Parás y su tesorero Rubén Martínez Dondé duplicaron la deuda estatal.
Hoy los ciudadanos de Nuevo León pagan por los recursos dilapidados en obras y proyectos insignias de su gestión, como la Torre Administrativa, la ampliación de la avenida Lincoln, el Paseo Santa Lucía y el Fórum Universal de las Culturas.
También se pagan las consecuencias de sus despropósitos: a dos meses de las elecciones del 2009, el Estado regaló el servicio de agua potable y el servicio de transporte Metro, como parte de un supuesto programa de ahorro a las familias afectadas por la influenza.
Las empresas paraestatales Metrorrey y Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey resultaron afectadas en su patrimonio por estas medidas, que catapultaron al entonces candidato priista Rodrigo Medina a la gubernatura de Nuevo León.
Hoy los nuevoleoneses tendrán que pagar esos excesos, aunque no participaron en su despilfarro.