La renuncia del Rodolfo Ríos Garza estaba en la mesa del jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa desde hace meses; el fantasma de hacerla efectiva aparecía cada vez que una encuesta refería la caída de la seguridad en la capital o alguna organización No Gubernamental (ONG) recriminaba las fallas en el sistema de justicia.
El conflicto público más evidente del gobierno capitalino es con el Observatorio Nacional Ciudadano que desde marzo emitió el reporte que alertaba que la Ciudad de México registró un aumento en la cifra de homicidios dolosos, la más alta en los últimos 20 años.
Tras cada informe, la presión subía para Rodolfo Ríos al frente de la PGJCDMX y para Hiram Almeida, titular de la Secretaría de Seguridad Pública local (SSPCDMX), quienes admitían algunos repuntes pero rechazaban que fuera un tema generalizado.
Ante cada embestida, el ahora exprocurador de Justicia de la Ciudad de México mostraba, en su defensa, las estadísticas que permitían demostrar su desempeño en comparación con otras administraciones, incluso con la de Miguel Ángel Mancera, su antecesor en la PGJCDMX.
La muerte de la joven Lesvy Berlín Osorio en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el mal manejo del caso en los medios de comunicación incrementó de manera considerable la presión en contra del procurador de justicia local.
El despido de Elena Cárdenas del área de Comunicación Social de la PGJCDMX no fue suficiente para calmar el enojo social de activistas y grupos feministas, quienes exigieron se llegara aún más lejos en la investigación y en las sanciones por haber estigmatizado a la estudiante universitaria.
Convencido de los informes de su equipo de investigadores, el procurador de justicia mantuvo, hasta el final, su postura de que la muerte de Lesvy Berlín se trató de un suicidio y no un feminicidio, como reclamaban los activistas y feministas.
Fue entonces que el jefe de gobierno decidió hacer efectiva su renuncia y hacerla pública el sábado 24 de junio, justo cuando los reflectores y las redes se ocupaban de la marcha gay en la capital.
En 10 líneas, el Gobierno de la Ciudad de México informó la tarde de ese sábado que Rodolfo Ríos se separa del cargo como titular de la PGJ capitalina.
“La dimisión fue aceptada por el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa”, precisó el escueto comunicado que exaltaba la lealtad y eficacia en su trabajo y en el que también se le deseó éxito en futuras aspiraciones y responsabilidades profesionales.
Nadie en su equipo cercano confirmó que Rodolfo Ríos esté buscando en este momento ser ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Es falso, comentaron tajantes quienes pidieron reservar su identidad.
Cercano de Mancera
La de Ríos Garza es una de las salidas más inesperadas del gabinete de Miguel Ángel Mancera, cuyo equipo lo visualizaba como uno de los personajes más cercanos por su antigua amistad y cercanía de sus familias.
Tan cercano que, en el proceso electoral del 2015, el jefe de gobierno intentó impulsar a Ricardo Ríos Garza, hermano del entonces procurador capitalino, como candidato a una diputación, situación que confrontó a las tribus internas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que rechazaron la imposición.
Al final Ricardo Ríos no ganó, entonces el jefe de gobierno local lo incorporó a su gabinete como el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y todo parece que él continuará. A mediados de abril, Mancera recorrió las bodegas de esta dependencia para mostrar la mercancía ilegal decomisada en diversos operativos.
Ayer lunes, Edmundo Garrido, subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales estaba al mando de la Procuraduría de Justicia capitalina sin ocupar la oficina del quinto piso desde donde despachaba Rodolfo Ríos.
Aunque la administración de Mancera se encuentra en la etapa final, algunos funcionarios y abogados aún levantan la mano para dirigir y llevar a cabo el cierre de la PGJDF.
Expedientes y pendientes
Entre los casos importantes que le tocó atender a Rodolfo Ríos Garza está el secuestro y muerte de los jóvenes de Tepito que fueron sacados por un grupo armado de la discoteca Heaven en la Zona Rosa.
Asimismo, la investigación a funcionarios de diversos niveles implicados en las irregularidades en la construcción de la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC), de la cual se desprendió una ficha roja a Interpol, aún vigente, para la localización y captura de Enrique Horcasitas Manjarrez, exdirector del Proyecto Metro.
La irrupción y crímenes adjudicados al grupo delictivo La Unión de Tepito, a quienes recientemente se les relacionó con extorsiones y crímenes en contra de comerciantes, es uno de los capítulos aún pendientes por las autoridades.
El caso de Los Centinelas, el grupo de jóvenes de colegios privados que protagonizan golpizas en diferentes escuelas, fiestas privadas y cafés, fundamentalmente de la zona sur de la capital, es otro de los pendientes de las autoridades responsables de la seguridad y la justicia.
La muerte de Lesvy Berlín y luego la del joven Víctor Manuel Orihuela Rojas, son expedientes inconclusos de los cuales aún se piden respuestas.
A horas de la salida de Rodolfo Ríos, el Observatorio Nacional Ciudadano presentará el próximo jueves el estudio de Incidencia de los Delitos de Alto Impacto, en el que evidenciarán los 50 municipios del país. La embestida continúa.